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La crisis de quejarse por dar lastima.-

En un documental de la televisión sobre la vida salvaje, aparecían unos listos osos plantados tranquilamente en unas rocas en medio de un río con la boca abierta y unas tontas truchas que pretendiendo superar el desnivel, se esforzaban en saltar desde el agua a contracorriente para colarse directamente en las bocas de los osos.
El festín era de tal magnitud que, durante los días que duró el esfuerzo de las pequeñas truchas por acercarse a desovar en el lugar elegido, los grandotes osos se lo pasaron pipa, pero … se acabó lo que se daba y la crisis truchera obligó a buscarse la vida a cada uno de los listos, inteligentes o pillines descomunales osos.
Se respira en el enrarecido ambiente contaminado del consumismo favorecido por las multinacionales, como un entorno generalizado de psicosis colectiva que obliga a empezar a pensar en comer patata porque el pollo, al parecer, se está acabando y como no reduzcamos nuestro nivel de gasto, léase despilfarro, valorando lo superfluo y lo necesario, cada día que pasa lo vamos a tener más claro.

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Hoy hemos tenido suerte.-

Aunque por encima de la Mola de les Calderes continúan viéndose nubarrones negros parece como si el susto ya hay pasado.
Hace tan solo una hora la oscuridad se ha apoderado de Chert, el viento del oeste arrastraba unas nubes que presagiaban tormenta y en cambio, en el ambiente se hacía sentir un bascoso airecillo de levante, de repente, pasadas las cinco de la tarde unas extrañas gotas de lluvia acompañadas de unos crocks catacroks hacían presentir lo peor, el nivel de luminosidad ambiental ha descendido lo suficiente como para activar las células sensoras y se han encendido las luces públicas del pueblo como si de noche se tratase, mientras tanto, un malévolo rumos se oía en las altas capas de la atmósfera.
Los labradores estamos acostumbrados a conocer este indeseado momento y antaño, cuando se presentaba, algunas personas coordinadas, se acercaban en dirección a la tormenta y lanzaban unos cohetes aéreos explosivos que calentaban las piedras de granizo del interior de la nube ayudando a precipitase en compañía de agua e impidiendo que el granizo estropease las cosechas.
En la actualidad como los productos derivados de la actividad agrícola carecen de valor e interés comercial y social, los cohetes se guardan para las festividades locales y no se permite su utilización para estos necesarios, aconsejados y útiles menesteres.
Por suerte para todos, el calor de las nubes levantinas no era suficiente como para elevar las nubes tormentosas superiores más frías y el granizo, no ha precipitado como tal, ha empezado a llover de forma prudencial y la cosecha de la uva de esta nualidad, por el momento, se ha salvado.

Hoy hemos tenido suerte.-

Aunque por encima de la Mola de les Calderes continúan viéndose nubarrones negros parece como si el susto ya hay pasado.
Hace tan solo una hora la oscuridad se ha apoderado de Chert, el viento del oeste arrastraba unas nubes que presagiaban tormenta y en cambio, en el ambiente se hacía sentir un bascoso airecillo de levante, de repente, pasadas las cinco de la tarde unas extrañas gotas de lluvia acompañadas de unos crocks catacroks hacían presentir lo peor, el nivel de luminosidad ambiental ha descendido lo suficiente como para activar las células sensoras y se han encendido las luces públicas del pueblo como si de noche se tratase, mientras tanto, un malévolo rumos se oía en las altas capas de la atmósfera.
Los labradores estamos acostumbrados a conocer este indeseado momento y antaño, cuando se presentaba, algunas personas coordinadas, se acercaban en dirección a la tormenta y lanzaban unos cohetes aéreos explosivos que calentaban las piedras de granizo del interior de la nube ayudando a precipitase en compañía de agua e impidiendo que el granizo estropease las cosechas.
En la actualidad como los productos derivados de la actividad agrícola carecen de valor e interés comercial y social, los cohetes se guardan para las festividades locales y no se permite su utilización para estos necesarios, aconsejados y útiles menesteres.
Por suerte para todos, el calor de las nubes levantinas no era suficiente como para elevar las nubes tormentosas superiores más frías y el granizo, no ha precipitado como tal, ha empezado a llover de forma prudencial y la cosecha de la uva de esta nualidad, por el momento, se ha salvado.