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El ser competitivo.-

El miércoles, un amigo quiso agasajarnos en la fiesta con la compra en la panadería del pueblo de una coca de manzana y menos mal que llevaba al efecto una botella de Licor Carajillo SEGARRA y la regamos con unas gotas, porque he de reconocer que los cerdos en las pocilgas, comen mejores y más sabrosas manzanas, sin citar el insípido bizcocho, que sabía a nada.
Ayer jueves, fui a ver a una persona conocida de las que dicen que no trabaja porque su faena no está remunerada y casualmente, la pillé infraganti en su casa con una coca de manzana confeccionada por ella misma en el horno de su cocina y al probarla, degusté el sabor de las manzanas y de la deliciosa pasta base soporte de la coca, parece ser que fue a una finca en la que tiene un manzano de los que casi nunca puede comer manzanas porque los bichos del campo las estropean y este año, ha tenido las suerte de recoger unas pocas con las que elaboró la ocurrente coca de manzana para su familia.
Unas horas más tarde, en el transcurso de mi viaje, un conocido me detiene para preguntarme que eran los sulfitos y mi respuesta fue inmediata, ¡veneno!, al parecer adquirió una botella de un supuesto buen vino pensando que aquel producto le sentaría bien a su estómago y a su cerebro, pero tampoco acertó. En el mercado existe mucha basura y muy bien presentada, con un bonito envase y mejor embalaje pero como goza de un precio muy competitivo, los incautos, la compran por tener la ventaja añadida de ser barata.

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El ser competitivo.-

El miércoles, un amigo quiso agasajarnos en la fiesta con la compra en la panadería del pueblo de una coca de manzana y menos mal que llevaba al efecto una botella de Licor Carajillo SEGARRA y la regamos con unas gotas, porque he de reconocer que los cerdos en las pocilgas, comen mejores y más sabrosas manzanas, sin citar el insípido bizcocho, que sabía a nada.
Ayer jueves, fui a ver a una persona conocida de las que dicen que no trabaja porque su faena no está remunerada y casualmente, la pillé infraganti en su casa con una coca de manzana confeccionada por ella misma en el horno de su cocina y al probarla, degusté el sabor de las manzanas y de la deliciosa pasta base soporte de la coca, parece ser que fue a una finca en la que tiene un manzano de los que casi nunca puede comer manzanas porque los bichos del campo las estropean y este año, ha tenido las suerte de recoger unas pocas con las que elaboró la ocurrente coca de manzana para su familia.
Unas horas más tarde, en el transcurso de mi viaje, un conocido me detiene para preguntarme que eran los sulfitos y mi respuesta fue inmediata, ¡veneno!, al parecer adquirió una botella de un supuesto buen vino pensando que aquel producto le sentaría bien a su estómago y a su cerebro, pero tampoco acertó. En el mercado existe mucha basura y muy bien presentada, con un bonito envase y mejor embalaje pero como goza de un precio muy competitivo, los incautos, la compran por tener la ventaja añadida de ser barata.

El acceso a internet.-

La aparente complejidad de la red de Internet, hace que aflore nuestra sapiencia y cuando algo no funciona como nosotros esperamos, trasladamos nuestro problema al vecino, al que le participamos del anormal funcionamiento de nuestra infraestructura, en la confianza que sea él quien ponga sus conocimientos a nuestra disposición para que nos solucione la incidencia y correr solícito al bar, a presumir de lo bien que nos funcionan las nuevas tecnologías en nuestra computadora personal.
En la sociedad de consumo que nos ha tocado vivir, todo se mueve alrededor de lo mismo y si cuando vamos a comprar una botella de Brandy del Maestrazgo no tenemos el servicio esperado, nunca es culpa del destilador sino de tendero o bodeguero a quien le compramos y que, por no pagar, dispone y ofrece lo que se merece, porque al comprar una botella de licor de la marca SEGARRA, no solo pagamos el contenido de la botella, sino el tenerla a nuestra disposición, impuestos, servicio, transporte, envasado, destilación, en fin, «todo» y cuando alguien de la cadena no paga lo que debe, se rompe.
En Internet ocurre lo mismo, cuando pagamos una conexión a determinada velocidad, pagamos la conexión y la velocidad, pero si quien nos factura, no paga lo que debe, ni tenemos conexión, ni velocidad y a quien debemos remitir las quejas, es a quien pagamos, no al vecino, cuando nada tiene que ver con nuestros contratos comerciales y aceptado o resignado mal servicio, de hecho, Julián Segarra Esbrí de Chert, tiene acceso a todos los artículos publicados en la red de Internet y con la conexión internáutica de rural wifi gratuita, se puede comprobar fácilmente por quienes se acerquen a la zona de cobertura aunque, como es gratis, no se puede protestar.

El acceso a internet.-

La aparente complejidad de la red de Internet, hace que aflore nuestra sapiencia y cuando algo no funciona como nosotros esperamos, trasladamos nuestro problema al vecino, al que le participamos del anormal funcionamiento de nuestra infraestructura, en la confianza que sea él quien ponga sus conocimientos a nuestra disposición para que nos solucione la incidencia y correr solícito al bar, a presumir de lo bien que nos funcionan las nuevas tecnologías en nuestra computadora personal.
En la sociedad de consumo que nos ha tocado vivir, todo se mueve alrededor de lo mismo y si cuando vamos a comprar una botella de Brandy del Maestrazgo no tenemos el servicio esperado, nunca es culpa del destilador sino de tendero o bodeguero a quien le compramos y que, por no pagar, dispone y ofrece lo que se merece, porque al comprar una botella de licor de la marca SEGARRA, no solo pagamos el contenido de la botella, sino el tenerla a nuestra disposición, impuestos, servicio, transporte, envasado, destilación, en fin, «todo» y cuando alguien de la cadena no paga lo que debe, se rompe.
En Internet ocurre lo mismo, cuando pagamos una conexión a determinada velocidad, pagamos la conexión y la velocidad, pero si quien nos factura, no paga lo que debe, ni tenemos conexión, ni velocidad y a quien debemos remitir las quejas, es a quien pagamos, no al vecino, cuando nada tiene que ver con nuestros contratos comerciales y aceptado o resignado mal servicio, de hecho, Julián Segarra Esbrí de Chert, tiene acceso a todos los artículos publicados en la red de Internet y con la conexión internáutica de rural wifi gratuita, se puede comprobar fácilmente por quienes se acerquen a la zona de cobertura aunque, como es gratis, no se puede protestar.