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La alcachofa en el restaurante Arbequina.-

   Aprovechando la temporada invernal en la que los agricultores nos ofrecen el fruto de su trabajo y la alcachofa está en todo su esplendor con todas sus propiedades naturales que nos ayudan a digerir cualquier comida que pueda sobrecargar el hígado y la vesícula con un reducidísimo aporte de calorías y convirtiéndose en la reina de la huerta, mi amigo Modesto Fabregat Santiago, desde el restaurante Arbequina, nos brinda otra de sus Jornadas Gastronómicas.

   El restaurante Arbequina ofrece un amplio abanico de variadísimos platos para degustar, entre los que cabe mencionar el aperitivo de alcachofa en escabeche al estilo oriental, el entrante frío de alcachofa con ahumados, toffe de pipas de girasol y gelatina de naranja, el fondo de alcachofa confitado relleno, el pescado de lonja sobre meloso de alcachofa, el delicioso farcellet de cordero confitado con trinchant de alcachofa y Modesto, se atreve hasta con el singular postre de coulant de alcachofa con turrón y jalea de vainilla, todo un lujo para los sentidos.

   Del 5 de Febrero al 7 de Marzo podemos disfrutar en el restaurante Arbequina de la calle Bartolomé Reus en Castellón de La Plana de las Séptimas Jornadas Gastronómicas de la Alcachofa con un excelente menú preparado al efecto y compuesto de:

– Pincho de alcachofas y pulpito.

– Alcachofas en escabeche ligero con su espuma y boquerones.

– Crema de Alcachofas, huevo escalfado y jamón ibérico.

– Pescado de lonja con alcachofas licuada al curry.

– Hamburguesa de buey vallés del Esla con alcachofas confitadas.

– Brownie de alcachofas cremoso de leche, helado de arbequina y chips de alcachofa.

 …/… según disponibilidad de mercado.

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Los alimentos funcionales o artificiales.-

A los animales les damos para comer piensos artificiales a base de compuestos, unos piensos compuestos que nadie sabe de qué están compuestos pero con un nombre que suena musicalmente al oído del granjero que los administra. Y para nuestra familia, compramos alimentos artificiales, pero como no lo podemos decir, hay que inventar una palabreja sugestiva y atrayente, por ello. les decimos funcionales.
Ha pasado por mis manos un envase vacío de una bebida rica en omegas, la última letra del alfabeto griego, si hubiese estado rica en alfas igual corro inmediatamente a la tienda a comprar uno porque tiene estabilizadores, aromas y vitaminas, entiéndase bien, estabilizadores, aromas y vitaminas de las que se añaden del saco, también lleva sal por el sodio y calcio y con un valor energético de tantas kilocalorías que te tomas un vaso y no necesitas pantalla en la moto y además, como de propina, según un estudio de no se sabe dónde, en compañía de una dieta equilibrada, te ayuda a reducir el nivel de colesterol, los síntomas de la menopausia y a luchar contra la osteoporosis, supongo será por sus proteínas de alto valor nutritivo, porque para su elaboración se han usado productos no transgénicos, de ahí su contenido graso que al parecer proviene mayoritariamente de unas desconocidas grasas poliinsaturadas y sin tener lactosa, ¡que desilusión!, me pensaba que era leche y por eso no lo dice por ninguna parte del envase.
Ahora ya se por qué soy tan pueblerino, de pequeño mi madre le compraba la leche al tío Tomás cuando la ordeñaba a su regreso al pueblo después de estar todo el día guardando las cabras y ovejas por el campo y el hombre, no sabía que debía enriquecerla con una pizca de vitaminas.

Del endulzante al edulcorante.-

Aprovechándose de la ignorancia de los consumidores, se presentan los edulcorantes como sustancias encargadas de endulzar los alimentos, confundiendo la sacarosa, con la sacarina (E 954), el ciclamato (E 952), el aspartamo (E 951) o la taumatina (E 957), etc. que, por su naturaleza química, nada tiene que ver con el azúcar natural (el que no tiene E ni número).
Como quiera que existen edulcorantes como la fructosa o el sorbitol que podemos encontrar en la naturaleza, se nos cuela la sacarina o los ciclamatos con la excusa de no aportar calorías, sin citarnos que son artificiales y sintéticos, nocivos para la salud pero que pueden supuestamente administrarse en caso de enfermedades como la diabetes si consultamos con el farmacéutico. De esta suerte, nos encontramos que los ciclamatos (E 952) están prohibidos en los Estados Unidos, Japón, Francia e Inglaterra, pero en España, su consumo solo está contraindicado en niños y embarazadas, aunque si padeces la enfermedad de la fenilcetonuria tienes prohibido el aspartamo.
Los gobiernos del Canadá y Francia, prohíben el consumo de la sacarina, pero si vives en Estados Unidos, solo con saber, por constar en la etiqueta rotulado en letra pequeña, que el producto que comes contiene este aditivo nocivo para la salud, es más que suficiente y máxime si no estás embarazado o embarazada, porque en caso de estarlo, no se aconseja su ingesta, en cambio, el Sorbitol (E 420), es (de los E numerado), el más chiripitifláutico, porque tiene parecidos efectos en el organismo humano a la fructosa, aunque te puede causar diarrea y dolores abdominales si consumes mucho y como se emplea en la fabricación de chicles y caramelos, si no tomas más de cinco al día, no pasa nada, es decir, menos de 2,5 gr. al día. (Una bolsita de azúcar son unos 8 gr.).
El hecho de poder disponer de estas auténticas maravillas a un precio reducido y se permita el uso comercial en la elaboración de alimentos baratos, el endulzante y conservante de toda la vida, la sacarosa, el que no tiene E numerada por ser el azúcar de mesa, el que se saca de la remolacha y de la caña de azúcar cultivada por los labradores españoles, el utilizado desde siempre por Julián Segarra en la elaboración de los exquisitos licores en su destilería de Chert, ha quedado desplazado por tener contraindicaciones muy graves cuando lo consumes a saco, porque, al levantarlo, con todo su peso, podría causarte daños irreparables en la espalda.

Del endulzante al edulcorante.-

Aprovechándose de la ignorancia de los consumidores, se presentan los edulcorantes como sustancias encargadas de endulzar los alimentos, confundiendo la sacarosa, con la sacarina (E 954), el ciclamato (E 952), el aspartamo (E 951) o la taumatina (E 957), etc. que, por su naturaleza química, nada tiene que ver con el azúcar natural (el que no tiene E ni número).
Como quiera que existen edulcorantes como la fructosa o el sorbitol que podemos encontrar en la naturaleza, se nos cuela la sacarina o los ciclamatos con la excusa de no aportar calorías, sin citarnos que son artificiales y sintéticos, nocivos para la salud pero que pueden supuestamente administrarse en caso de enfermedades como la diabetes si consultamos con el farmacéutico. De esta suerte, nos encontramos que los ciclamatos (E 952) están prohibidos en los Estados Unidos, Japón, Francia e Inglaterra, pero en España, su consumo solo está contraindicado en niños y embarazadas, aunque si padeces la enfermedad de la fenilcetonuria tienes prohibido el aspartamo.
Los gobiernos del Canadá y Francia, prohíben el consumo de la sacarina, pero si vives en Estados Unidos, solo con saber, por constar en la etiqueta rotulado en letra pequeña, que el producto que comes contiene este aditivo nocivo para la salud, es más que suficiente y máxime si no estás embarazado o embarazada, porque en caso de estarlo, no se aconseja su ingesta, en cambio, el Sorbitol (E 420), es (de los E numerado), el más chiripitifláutico, porque tiene parecidos efectos en el organismo humano a la fructosa, aunque te puede causar diarrea y dolores abdominales si consumes mucho y como se emplea en la fabricación de chicles y caramelos, si no tomas más de cinco al día, no pasa nada, es decir, menos de 2,5 gr. al día. (Una bolsita de azúcar son unos 8 gr.).
El hecho de poder disponer de estas auténticas maravillas a un precio reducido y se permita el uso comercial en la elaboración de alimentos baratos, el endulzante y conservante de toda la vida, la sacarosa, el que no tiene E numerada por ser el azúcar de mesa, el que se saca de la remolacha y de la caña de azúcar cultivada por los labradores españoles, el utilizado desde siempre por Julián Segarra en la elaboración de los exquisitos licores en su destilería de Chert, ha quedado desplazado por tener contraindicaciones muy graves cuando lo consumes a saco, porque, al levantarlo, con todo su peso, podría causarte daños irreparables en la espalda.