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El anis SEGARRA un refresco del verano.-

Dicen los libros de ciencias que el agua es la mejor de las bebidas, apaga como ninguna la sed y no daña el cuerpo humano. Pero como en todas las cosas de las vida, siempre hay un pero y en este caso, es el confundir el uso con el abuso.
Cuando regresamos cansados a casa después de todo el día de duro trabajo en el campo, lo que más nos apetece es beber para calmar la sed y si se trata durante el verano, seguro que nos zampamos varios vasos de agua ininterrumpidamente, pudiendo llegar incluso a empacharnos y sentarnos mal. No digamos si por el calor estival, el agua que disponemos, en lugar de estar fresquita, está a temperatura ambiente.
Existe en el mundo una planta de la familia de las umbelíferas conocida con el nombre de matalahuga que produce unas pequeñitas semillas con propiedades estomacales entre otras de sus cualidades y que añadidas al agua, favorecen las funciones digestivas de nuestro organismo, por ello, los destilados de verdad como el anís SEGARRA apagan rápidamente la sed con solo añadir unas gotitas a un vaso de agua.

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Las obligaciones ineludibles.-

Durante este mes abril, reconozco que no he dado la talla, las intervenciones que he realizado en el blog distan mucho de lo acostumbrado al lector y sin excusas de ninguna clase, la falta de presencia ha sido porque no he querido escribir, puesto que aunque uno esté cansado después de todo el día de faena, si se tiene una verdadera afición, se encuentra el tiempo en donde sea.
Puesto que no todos me conocéis aunque muchos me hayáis visto, mi única afición es la electrónica y aunque hoy la tenga descuidada por exceso de obligaciones, en el mundo del Internet estoy por casualidad, casi de rebote de la telecomunicación y las manualidades, continúan siendo mi debilidad.
Para este mes que hoy finalizamos, me propuse poner en funcionamiento una máquina diseñada para cumplir un cometido que no era el necesitado y para ello, he debido realizar correcciones de proyecto con la imaginación, sin tener acceso a poder observar el funcionamiento de la propia maquinaria. Puede parecer un imposible pero, para algo fui a la escuela y recordando alguna lección de mis Excelentísimos Maestros, hoy puedo haceros partícipes que mi lema: «Cuando no se tiene, se pinta» está vigente, por ello, me he demostrado a mi mismo que es posible reparar lo imposible aunque para ello se deba rediseñar un invento.