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Aprovechar la ignorancia ajena.-

Corría la década de los setenta cuando el Legislador pensó en ciertos calificativos como cordial, reconstituyente, viejo y otros decidiendo que no deberían emplearse en el etiquetado de las bebidas derivadas de alcoholes naturales, prohibiendo su uso tajantemente.
En una ocasión visitando a uno de mis Clientes pasteleros, estuvimos hablando de uno de sus elaborados. Se trataba de una coca de tomate que argumentó estaba utilizando en su confección tomate natural. Siguiendo la conversación, explicó que el tomate lo compraba en grandes botes de hojalata y en la etiquetas decía tomate natural por lo que me tomé la libertad de aclararle que sus cocas de tomate, eran de tomate de conserva, lo que era de tomate natural era la conserva de tomate empleada.
Una publicidad televisiva de una fraudulenta multinacional, pregona estos días que vende pan natural, sin ser sancionada por los Servicios de Defensa contra Fraudes o de Calidad Alimentaria que le regalan su beneplácito. No se puede fabricar ni vender pan natural, el pan natural no existe, todo el pan es artificial, aunque reconozco que puede ser elaborado con harina de trigo natural, porque lo natural es el trigo.

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La coca de tomate de Odette Calvo.-

En pleno siglo XXI, con todos los avances tecnológicos, la evolución alcanzada y la sapiencia generacional acumulada, no hay quien entienda el fenómeno social del turismo rural. Y no es porque no existan lugares pintorescos a los que poder visitar y admirar, sino porque en la mayoría de los casos, las cosas aparentemente más sencillas, estando a nuestro alcance, no somos conscientes de disfrutarlas.
Por razones de trabajo, ayer tarde me acerqué a casa de Dª. Odette y el Sr. Joan que estaban ensimismados con sus obligaciones cotidianas y tras despachar los asuntos de mi visita, Dª. Odette me ha obsequiado con un trozo de coca de tomate que acaba de elaborar en el horno de la cocina de su casa y otro de sabrosísima manzana que no lo digo.
Como plato complementario a la hora de cenar, me comí el par de riquísimos trozos de coca y especialmente la de tomate, estaba de muerte, seguro que he cometido el pecado mortal de gula que, por no tener propósito de enmienda, no entiendo la razón de confesarme porque no se me puede perdonar. Ahora comprendo las ventajas de ser turista y disfrutar del turismo rural.