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Receptes de la cuina de la iaia.-

Organizado por el Centre de Turisme de la Consellería de Turisme de Castelló Interior, hoy lunes 25 de octubre durante todo el día, las personas asistentes amantes de la buena mesa y mejor comer dels Ports y del Maestrat, de la mano de los fogones de don Juan Gorrea Collado del Restaurante «La Taula de Lliria» del Camp del Turia, pudieron aprender, saborear y disfrutar de una clase magistral de toda una serie de recetas hoy olvidadas sobre los guisos que antaño deleitaban los paladares de nuestro predecesores que sentados al calor de hogar, se alimentaban con tan genuinos y apetitosos manjares.
Aprovechando las verduras frescas de la huerta, las carnes de los animales de corral y la pesca de los hombres de la mar, don Juan Gorrea Collado fue mostrando y guisando toda una serie de inimaginables recetas como la paella de ajos tiernos y perejil, los canelones de pollo y sobrasada, los garbanzos con bacalao, la sepia con sambarot, las alitas de pollo al vino de lacrima, los macarrones con caldo o el guisado de patata con langostinos entre otros, a cual mejor.
Todos los asistentes quedaron maravillados al comprobar que las cosas buenas no tienen por qué llevar nombres rimbombantes ni ingredientes exóticos, porque lo nuestro, aunque no siempre sepamos valorar, es lo mejor cuando se guisa con amor.

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Contratar los servicios de Capitan.-

Hace unos meses, circulado por la carretera, accedí a una glorieta con tan buena suerte de coincidir con un Guardia a quien hice detener su motocicleta no cediéndole el paso y obteniendo como premio el correspondiente Boletín de Denuncia.
Observo que la cantidad económica propuesta es muy sustanciosa para los tiempos que corren y aunque si pago con diligencia obtendré una reducción que me permite llevar a mi novia a comer al restaurante tres veces, lleva acompañada de la retirada de varios puntos que por ser un regalo de la Administración no es preocupante. Lo verdaderamente importante es que como entiendo que la infracción es considerable como muy grave, posiblemente conllevará asociada la retirada del Permiso de Conducción, lo que me impedirá desplazarme «fora vila» para ir a festejar.
Llevo muchos días sin dormir intentando encontrar la forma de explicárselo a mi novia para evitar el divorcio y se me acaba de ocurrir la solución consistente en contratar los servicios de Capitán.
El problema radica en si cuando llego a casa de mi novia, debo aparcar a Capitán en fila o en batería, porque no se como mantenerlo quieto, ya que para hacer los repartos de los Clientes que me favorezcan con la compra de los licores que elaboro en mi destilería, siempre puedo rellenar el documento de circulación escribiendo en modo de transporte «en burro», en clase «Capitán» y en matrícula «no tiene».
Rezo a Dios todos los días para que ilumine a los Sres. Guardias Denunciantes y no se les ocurra ahora acercarse a denunciar a Capitán, porque ¡digo yo!, en caso de ser denunciado y estar yo ausente entregando el licor a un Cliente, ¿cómo y dónde sujetarán el Boletín de la Denuncia?.

El viajar justo o con poco dinero.-

También es un forma de viajar. Hoy está de moda y cuando algo está de moda, aún siendo el peor de los vicios, se convierte en la mejor de las virtudes. El presumir de haber ido a ver las cosas más exóticas de los lugares más lejanos y lo barato que compramos cualquier tontería inservible de recuerdo acreditativo del viaje, se ha convertido en un sentimiento colectivo que hasta en la televisión se utiliza como campaña publicitaria.
Claro que hubiéramos podido ir a comer al restaurante del pueblo o de la calle en donde vivimos, pero eso no tendría gracia, como no la tiene si para degustar el café no utilizásemos el coche y nos desplazáramos bien lejos, porque como nuestro vecino o amigo también puede acercarse al bar como nosotros, ya no es posible el vanagloriarnos.
Ahora que el turismo rural está de moda, es curioso observar en los pueblos, a grupos de personas deambulando por las calles, porque el andar es gratis y su reducida disponibilidad económica, no les permite satisfacer más gastos que los imprescindibles de la gasolina para su vehículo y el alojamiento, es para no dormir debajo del puente.

Los alimentos naturales.-

Con la evolución de la persona, me refiero al género homo, especie sapiens (el que cree saber), las palabras han perdido su valor y para aparentar cierto grado de credibilidad hay que acompañarlas de calificativos ostentosos y sugestivos que nos aproximen a una realidad inexistente pero que para el profano, le pueda servir de referencia.
De alimentos, solo hay de una clase porque, el resto no son alimentos, lo que ocurre es que confundimos alimentarnos con comer o ingerir cosas y quienes hemos tenido la oportunidad de visitar en alguna ocasión una fábrica de piensos, me refiero a piensos compuestos, podemos concluir que si fuésemos animales no comeríamos.
Afortunadamente para conseguir un alimento natural hay que buscarlo en estado salvaje, porque desgraciadamente, los comestibles criados y cosechados por las personas, al rendimiento económico que se cotizan con la excusa de no incrementar el precio de la cesta de la compra, cada día tienen menos de naturales.
Pero para consuelo del ignorante, podemos comprar cosas en la tienda durante todo el año.

Estresados hasta los huevos.-

Cuentan que el ratoncito de la ciudad llamado don Ricardo, salió un día soleado por el campo y se encontró con el ratoncito Gasparet, el del Cuento del tord Wenceslas y viendo como recogía almendras y bellotas del monte, entablaron conversación. A la hora de comer, se fueron «al cau» de Gasparet que estaba bien surtido de frutos secos y le invitó a degustar sus exquisiteces. Para don Ricardo todo le parecía poco e insignificante presumiendo que en la despensa de la ciudad habían más y mejores viandas, por lo que le emplazó para que en algún viaje a la ciudad, pasase por la casa dónde él se alimentaba.
Llegado el tiempo de las declaraciones y liquidaciones fiscales, debió el ratoncito Gasparet desplazarse hasta la ciudad a presentar y pagar su contribución, aprovechando para acercarse a visitar a su muy buen amigo el ratoncito don Ricardo que le mostró la gran despensa muy bien surtida de chorizos, quesos y jamones.
De repente, la dueña de la casa, abrió la puerta y entró el gato. Como don Ricardo ya sabía lo que ocurría, fue presto a esconderse, pero al no haber avisado a Gasparet, recibió un susto casi de muerte. Gasparet, se escondió detrás de una caja de botellas de Brandy del Maestrazgo y aguantando la respiración, intentó pasar desapercibido del gato que afortunadamente no pudo atraparlo.
La vida acelerada en las grandes ciudades estresa a cualquiera, en la «capi» están estresadas las personas, están estresados los cabritos, están estresadas las vacas, está estresada la leche, están estresados los cerdos, están estresadas las gallinas y están estresados hasta los huevos.

A pasar el rato.-

Son las 13:30 hora oficial del domingo día de la Virgen del Pilar, «Reina y Señora de la Hispanidad» y como no tenemos ninguna visita que atender, decidimos sentarnos a la mesa para comer. Nos hemos comido la ensalada y empezado el primer plato cuando, de repente, se abre la puerta de la calle y comprendemos que alguien viene a vernos.
Me levanto de la mesa y me acerco para atenderles con una sonrisa de oreja a oreja. Se trata de una pareja de mediana edad, de la que la mujer permanece en la calle mojándose porque llueve mientras el hombre está en la entrada.
Yo.- ¡Hola buenos días!. Pase, pase, no guarde cumplidos que se va ud. a mojar. ¿En qué puedo atenderles? y el hombre responde con una pregunta.
El.- ¿Se puede visitar?.
Yo.- ¿Visitar por comprar o visitar por pasar el rato?.
El.- Responde, por pasar el rato.
Yo.- Les explico, que ahora estoy pasando el rato comiendo y les pregunto. ¿Pueden udes. volver a venir a pasar el rato otro rato?.
El.- De acuerdo, ¡volveremos otro rato!, responde el hombre y despidiéndose, se van.
Al entrar y sentarme para reanudar la comida, mi padre me pregunta y le explico. Entonces él comenta: ¿Qué a esta hora no tienen que hacer la comida o comen de bocadillo?.
Yo.- Supongo irán al restaurante a pasar el rato.
En esta vida, no hay nada como ser claros y llamar a las cosas por su nombre, sin ambigüedades, porque puedo entender que una persona de viaje, coincida su paso por Chert con la hora de comer y en mi caso, le atiendo sin problemas aunque deba levantarme de la mesa interrumpiendo mi comida pero, el domingo al mediodía a la hora de comer, ¿se bebe ir a visitar una destilería por pasar el rato?.
La destilería de Julián Segarra de Chert, es un lugar de trabajo en el que se atiende cortés y cordialmente a todas las vistas pero no dónde el ocioso, el que no tiene nada que hacer, deba ir a que le entretengan a la hora de comer o de dormir del destilador, a estas horas, el visitante dominguero, debería pensar en ir a otra parte recordando que mi tiempo es tan valioso como el suyo.

A pasar el rato.-

Son las 13:30 hora oficial del domingo día de la Virgen del Pilar, «Reina y Señora de la Hispanidad» y como no tenemos ninguna visita que atender, decidimos sentarnos a la mesa para comer. Nos hemos comido la ensalada y empezado el primer plato cuando, de repente, se abre la puerta de la calle y comprendemos que alguien viene a vernos.
Me levanto de la mesa y me acerco para atenderles con una sonrisa de oreja a oreja. Se trata de una pareja de mediana edad, de la que la mujer permanece en la calle mojándose porque llueve mientras el hombre está en la entrada.
Yo.- ¡Hola buenos días!. Pase, pase, no guarde cumplidos que se va ud. a mojar. ¿En qué puedo atenderles? y el hombre responde con una pregunta.
El.- ¿Se puede visitar?.
Yo.- ¿Visitar por comprar o visitar por pasar el rato?.
El.- Responde, por pasar el rato.
Yo.- Les explico, que ahora estoy pasando el rato comiendo y les pregunto. ¿Pueden udes. volver a venir a pasar el rato otro rato?.
El.- De acuerdo, ¡volveremos otro rato!, responde el hombre y despidiéndose, se van.
Al entrar y sentarme para reanudar la comida, mi padre me pregunta y le explico. Entonces él comenta: ¿Qué a esta hora no tienen que hacer la comida o comen de bocadillo?.
Yo.- Supongo irán al restaurante a pasar el rato.
En esta vida, no hay nada como ser claros y llamar a las cosas por su nombre, sin ambigüedades, porque puedo entender que una persona de viaje, coincida su paso por Chert con la hora de comer y en mi caso, le atiendo sin problemas aunque deba levantarme de la mesa interrumpiendo mi comida pero, el domingo al mediodía a la hora de comer, ¿se bebe ir a visitar una destilería por pasar el rato?.
La destilería de Julián Segarra de Chert, es un lugar de trabajo en el que se atiende cortés y cordialmente a todas las vistas pero no dónde el ocioso, el que no tiene nada que hacer, deba ir a que le entretengan a la hora de comer o de dormir del destilador, a estas horas, el visitante dominguero, debería pensar en ir a otra parte recordando que mi tiempo es tan valioso como el suyo.