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El olivo milenario del Maestrazgo.-

Un patrimonio personal de los labradores de esta olvidada tierra levantina que siempre pagaron religiosamente los derechos reales de sucesión y transmisión de padres a hijos durante todas las generaciones que nos han precedido y las contribuciones y tributos por conservar y cuidar el suelo para obtener un producto, el aceite de aceituna farga desprestigiado e infravalorado por el comerciante y el consumidor. Y como propietario de una cosa, puedo decidir sobre ella, quemándola, abandonándola, cuidándola o vendiéndola.
Esta realidad social por la que los labradores del Maestrazgo no conseguimos obtener rendimiento de nuestras actividades agrícolas, ha conducido a tomar la sabia decisión de malvender los olivos enteros para otros fines diferentes a la producción de aceite; unos majestuosos olivos que para cabar su tallo con la azada al objeto de retirar sus brotes bordes, se precisa en algunos casos de media hora de reloj haciendo transpiración deportiva que significa sudando.
Los labradores del Maestrazgo, no precisamos reconocimiento ni protección de nuestra propiedad, ni de lo que en ella tengamos plantado o cultivemos, ni regulaciones de compraventa, ni influencia en la cesta de la compra, es suficiente solamente, que se nos coticen los productos de nuestra actividad agrícola por el valor acorde con el esfuerzo invertido en su obtención.

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