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La Fabrica Nacional de Moneda y Timbre.-

Cuando hay un movimiento bursátil de valor en el dinero, vemos en las imágenes televisivas la película de una máquina de la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre haciendo hojas de billetes de 50 euros. A mi me agradaría verlos de 50.000 euros pero dado que aún no existen, me conformaría con los de 500 euros. Estas llamativas imágenes inducen al error de pensar que los Gobiernos Occidentales tienen las máquinas en funcionamiento todos los días del año, incluso en los años bisiestos y para ellos, el disponer de dinero no es problema por ser los propietarios de las máquina de fabricarlos, por consiguiente, como ciudadanos de a pie, no debemos preocuparnos al estar salvados por una máquina que no se avería nunca y ante cualquier imprevisto, siempre está el Estado para subvencionarnos.
Cada vez que sale un billete en circulación, el valor del resto desciende proporcionalmente. El gran problema para los Estados Europeos y por extrapolación para sus ciudadanos, es que con las máquinas de hacer billetes no tienen suficiente dinero y precisan pedir aportaciones a los Contribuyentes.
Afortunadamente la cantidad de Contribuyentes va descendiendo progresivamente cada año y como no inventemos máquinas de hacer billetes de 10.000 euros para regalarlos a quienes acreditan estar necesitados, en pocos años lo vamos a tener pero que muy claro.

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Las declaraciones telematicas.-

Desde que al Sr. Ministro de Hacienda del Reino de España le han convencido de las ventajas de los novedosos sistemas informáticos, algunos de sus fieles Contribuyentes estamos obligados por ley a presentar algunas declaraciones correspondientes a nuestras actividades por vía telemática. Menos mal que al nacer, una radiación estelar con el poder divino, irrumpió en mi preclara mente y sé confeccionarlas y enviarlas, máxime ahora que disponemos de alta velocidad para acercarnos a la Delegación, porque dicho sea de paso está en el pueblo costero de Vinaròs. Se imagina el lector del blog que las Dependencias de la Delegación de la A.E.A.T. estuviesen ubicadas en poblaciones como Castellfort o Vistabella, una presentación con velocidad, sería imposible porque no todos somos Miguel Indurain.
Aunque ya llevo algún tiempo haciendo este tipo de gestiones administrativas, aún no me he enterado de como debo hacerlas y cada trimestre me pongo frente al computador como un espadachín pero en mi caso con una rama de olivera en la mano y aunque reírme no me río nada, tengo que reconocer que en alguna ocasión he sudado más que destilando en verano.
A falta del impreso M-390, ya tengo todo el maremágnum declarativo ordenado y solo me resta llenar los casilleros de los documentos impresos o virtuales y apretar el botón y aunque durante unos días estaré con el corazón como un puño, sabré que lo habré hecho bien, si al paso del tiempo no recibo una sanción.

Como marear la perdiz.-

El pasado miércoles leía en el BOE nº 152 del martes día de San Juan, la Orden EHA/1796/2008 publicada en la página 28185 por la que se modifica la del año pasado y se aprueban nuevos modelos 130 y 131 para el pago fraccionado del IRPF y 31o del IVA, de esta suerte, los Contribuyentes que aprovechando nuestro desplazamiento a las Dependencias de la AEAT, adquirimos impresos para todo el año, podremos tirarlos a la basura por inservibles ya que con la puesta a la venta de los nuevos, favoreceremos al Colegio de Huérfanos de Hacienda.
Debo ser muy torpe porque no entiendo nada, pero, nada de nada y con esto de los cuatrocientos euros deducibles en el pago a cuenta del impuesto a razón de cien euros por trimestres menos en el segundo trimestre de 2008 que, por no haber deducido ninguno el en primer trimestres, se nos concede la posibilidad de doble deducción en el segundo, estoy más mareado que una perdiz después de beberse toda una calderada de la destilación de ginebra SEGARRA. ¡Claro!, es que entonces más que mareado, estaría borracho.
Como este año en la declaración liquidación del IRPF se nos han cambiado las escalas de gravamen, los mínimos familiares y también el método de cálculo, con un resultado final que como siempre, es el que es, esperaremos a la declaración de renta del año que viene sobre el ejercicio 2008 por si acaso con la bonificación de los cuatrocientos euros a cuenta, no hayan suficientes para pagar el resultado de la nueva declaración, que seguro, nos va a sorprender con la modificación y el supuesto ahorro, o tal vez seamos tan olvidadizos que no sepamos la verdadera naturaleza del pago fraccionado.

Como marear la perdiz.-

El pasado miércoles leía en el BOE nº 152 del martes día de San Juan, la Orden EHA/1796/2008 publicada en la página 28185 por la que se modifica la del año pasado y se aprueban nuevos modelos 130 y 131 para el pago fraccionado del IRPF y 31o del IVA, de esta suerte, los Contribuyentes que aprovechando nuestro desplazamiento a las Dependencias de la AEAT, adquirimos impresos para todo el año, podremos tirarlos a la basura por inservibles ya que con la puesta a la venta de los nuevos, favoreceremos al Colegio de Huérfanos de Hacienda.
Debo ser muy torpe porque no entiendo nada, pero, nada de nada y con esto de los cuatrocientos euros deducibles en el pago a cuenta del impuesto a razón de cien euros por trimestres menos en el segundo trimestre de 2008 que, por no haber deducido ninguno el en primer trimestres, se nos concede la posibilidad de doble deducción en el segundo, estoy más mareado que una perdiz después de beberse toda una calderada de la destilación de ginebra SEGARRA. ¡Claro!, es que entonces más que mareado, estaría borracho.
Como este año en la declaración liquidación del IRPF se nos han cambiado las escalas de gravamen, los mínimos familiares y también el método de cálculo, con un resultado final que como siempre, es el que es, esperaremos a la declaración de renta del año que viene sobre el ejercicio 2008 por si acaso con la bonificación de los cuatrocientos euros a cuenta, no hayan suficientes para pagar el resultado de la nueva declaración, que seguro, nos va a sorprender con la modificación y el supuesto ahorro, o tal vez seamos tan olvidadizos que no sepamos la verdadera naturaleza del pago fraccionado.