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Rustic Art.-

Es el nombre con el que conocemos actualmente a la posada más antigua del lugar de Anroig, la que sus propietarios Joan y Odette, han restaurado y acondicionado con gran mimo y acierto para convertirla en el establecimiento de turismo rural por excelencia con todas las comodidades del tercer milenio pero con el encanto de una acogedora casa rústica de gruesas paredes de piedra y techo de madera de olivo.
Para su restauración, se ha recuperado en antiguo oficio de aladrero aplicando las mismas técnicas que se aprovechaban antaño en el trabajo manual de la madera y en la elaboración de objetos con ella. Es un lugar para relajarse y descansar en plena naturaleza disfrutando de sus comodidades y saborear incluso la historia.
Su entorno es un cruce de caminos y desde siempre, parada obligatoria de postas, de hecho, el lugar, aunque parezca extraño por la tranquilidad que se percibe y su reducida edificación, cuenta con el código postal ES12370 con todos los derechos y privilegios que pueda tener cualquier otro del Reino de España aunque hoy no exista Estafeta de Correos.

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Los turistas de invierno.-

En mi época de estudiante, entre otros, tuve por Maestro a D. Angel Giner Ribera, el personaje que se presentó al concurso nacional de TVE «Los hombres saben, los pueblos marchan» y lo ganó. En ocasiones D. Angel comentaba que entre sus alumnos, habían muchos turistas de invierno, porque durante el año académico, asistían a clase por entretenimiento, no estudiaban y al suspender el curso, aprovechaban el verano para intentar aprender y recuperar en un tiempo climatológico en el que apetece ir a la playa a tomar el sol y descansar.
Algunos comerciantes aventajados, no se preocupan en cumplir correctamente sus obligaciones o deberes y en mi sector productivo, dominado por las grandes multinacionales, elaboran licores de muy baja calidad, digo muy baja por usar un calificativo suave porque cuando precisan algún destilado para un acontecimiento familiar o para sus apreciadas amistades, recurren a los elaborados por otros colegas que saben de su esmero en el proceso de la destilación y luego, se quejan por perder mercado y a los Clientes, pero no me refiero a los clientes intermediarios que intentan engañar pícaramente a los consumidores con productos supuestamente competitivos, sino a los distinguidos Clientes consumidores que si saben y entienden de lo que compran.

Los turistas de invierno.-

En mi época de estudiante, entre otros, tuve por Maestro a D. Angel Giner Ribera, el personaje que se presentó al concurso nacional de TVE «Los hombres saben, los pueblos marchan» y lo ganó. En ocasiones D. Angel comentaba que entre sus alumnos, habían muchos turistas de invierno, porque durante el año académico, asistían a clase por entretenimiento, no estudiaban y al suspender el curso, aprovechaban el verano para intentar aprender y recuperar en un tiempo climatológico en el que apetece ir a la playa a tomar el sol y descansar.
Algunos comerciantes aventajados, no se preocupan en cumplir correctamente sus obligaciones o deberes y en mi sector productivo, dominado por las grandes multinacionales, elaboran licores de muy baja calidad, digo muy baja por usar un calificativo suave porque cuando precisan algún destilado para un acontecimiento familiar o para sus apreciadas amistades, recurren a los elaborados por otros colegas que saben de su esmero en el proceso de la destilación y luego, se quejan por perder mercado y a los Clientes, pero no me refiero a los clientes intermediarios que intentan engañar pícaramente a los consumidores con productos supuestamente competitivos, sino a los distinguidos Clientes consumidores que si saben y entienden de lo que compran.