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Pretender asesorar sin haber aprendido.-

Un Director de una Sucursal Bancaria se acercó a saludarme y conocerme a mi domicilio por una incidencia que tuvo con un personaje conocido del que prudentemente no se citó en la conversación de la entrevista y para su tranquilidad emocional, entendí pretendía tantear el estado de la plaza en la que había accedido con la intención de torear una vaquita confitera y al abrir el portón de los corrales, se encontró con lo que parecía un toro cerril.
Pensando que sabía un algo del mundo de los negocios y teniendo claro que su Cliente Favorito le había salido “rana”, en prueba de buena voluntad se me ocurrió abrirle una cuenta en su Sucursal para incrementar su Agenda de Clientes. Las condiciones ofrecidas por el Sr. Director eran las correctas y al paso del tiempo fue en esta Entidad Bancaria con quien contraté mi Garantía Fiscal para el desarrollo de mi actividad económica. Con el tiempo, el hombre se jubiló y ocuparon su puesto de trabajo nuevos Directivos con nuevas normativas.
Dado que los intereses bancarios se redujeron a nulos, para evitar gastos, me ofrecieron cambiar la domiciliación de pago de la Cuota mensual a la Seguridad Social. Con el tiempo, apostando por el rigor y la transparencia, la Entidad Bancaria modificó por su parte las condiciones específicas, invitándome a realizar unos ingresos adinerados mensuales que rigurosamente atiendo.
Pero como la principal característica de los comerciantes de la segunda década del siglo XXI es la escasa actividad económica, lo que conlleva reducidos movimientos adinerados y el aconsejable por no llamar imprescindible cierre de Sucursales Bancarias por ser también Entidades sufridoras de estas ventajas, supongo debieron exigirles a las cabezas pensantes despertar la imaginación para cobrar otro tipo de servicios adicionales que nunca se contrataron en la firma de condiciones y se inventó la cuota anual del servicio de acceso a orientación jurídica telefónica y del servicio de acceso a descuentos y beneficios.
Incomprensible es el observar como en lugar de la reglamentaria factura, se expide un Extracto de Comunicación de Cobro por un supuesto servicio que se dice ofrecer y del que desconozco por no usarlo ni haberlo contratado, pero como quiera que no pienso saber, sino que realmente se “un algo” del mundo de los negocios, me he permitido aclarar tal informal documento por no estar ajustado a derecho e incumplir con el ordenamiento legal para ser contabilizado reglamentariamente.
Es imposible ofrecer correcta orientación jurídica por quien es ignorante de la legislación vigente y la incumple presumiendo además, de no ser una ONG.

«Lo Lleó del Maestrat«

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La observacion astronomica.-

Noche clara y despejada de nubes, con una temperatura ambiente de 23ºC, humedad relativa del aire al 77%, sin un pizca de viento y con absoluta tranquilidad, propiciaban un tiempo atmosférico agradable para la observación estelar del firmamento chertolino sin ropa de abrigo. Con estas condiciones ambientales, los amantes de la observación astronómica tenemos una cita obligada con el cielo durante estos días de la luna nueva para, aprovechándonos de las ventajas climatológicas, darnos el gustazo de la contemplación celeste en la que las estrellas brillan con todo su esplendor.
Después de cenar, atender el correo electrónico y otras obligaciones coyunturales, la noche va avanzando lo suficiente como para permitir la visión del cosmos con solo salir a la calle, en mi caso, lo hago al terrado de la casa donde vivo. Al abrir la puerta, lo primero que veo son las tres farolas del patio de las escuelas del pueblo que el Sr. Alcalde ha mandado encender por la noche para que los hombres del mañana puedan hacer sus gamberradas con luz ambiental suficiente, no obstante, la luminosidad de Júpiter que por su tamaño y distancia refleja excelentemente la luz del Sol, le convierten, en esta época del año, en el astro más brillante del cielo y me permite distinguirlo de inmediato como una lentejuela por encima del tejado de las escuelas.
Mi visión se eleva hacia el cenit fascinando las retinas de mis ojos mientras observo el paso de un avión en dirección norte a sur, desde Barcelona a Valencia del Cid y con sus luces blanca y roja intermitentes y blanca azulada fija me entretiene un instante hasta que oigo el leve ruido ambiental de sus motores que por la distancia, llega muy amortiguado como un susurro.
Hacia el norte, el edificio de la casa en la que vivo, oculta la luz de la calle Independencia y permite distinguir claramente la Constelación de la Osa Mayor y junto a Megrez, la estrellita María Jesús que no siendo visible a simple vista doy fe de su existencia. Me fijo evidentemente en el carro y proyecto cinco veces la distancia entre las estrellas Merak y Dubhe para localizar la Estrella Polar que da nombre a la Unidad de Observación Astronómica del Maestrazgo en Chert y el carro de la Osa Menor, mientras, entre ambas, puedo distinguir la cola de la Constelación Dragón en un conjunto observable a ojo desnudo sin ningún tipo de instrumental óptico. A la derecha de la Estrella Polar en dirección al este geográfico, la Constelación de Cefeo precede a la Constelación de Casiopea y la Vía Láctea con todo su esplendor, me invitan a concienciarme una vez más de la inmensidad el Universo y la pequeñez de mi persona.