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De los servicios y la seguridad.-

Las prioridades sociales han cambiado con el paso de los años y en pleno siglo XXI ya no se conciben playas en entornos naturales, por lo que los ayuntamientos se esfuerzan en mantenerlas limpias y seguras con inversiones millonarias que hace tan solo unos años eran inimaginables por innecesarias.
Hoy precisamos de socorristas profesionales con más puestos de vigilancia y de sanitarios mejor equipados y con más amplio horario laboral, sin olvidar a los servicios de limpieza encargados de retirar las basuras que los bañistas abandonan incívicamente a diario en su estancia, lo que exige más dotaciones en cuanto al número de máquinas y técnicos encargados en las infraestructuras y en el mantenimiento.
De esta suerte, ayuntamientos como el de Castellón de La Plana, desembolsan cantidades del orden de 1,200.000 euros para sufragar gastos en limpieza y seguridad estival en las tres playas de su municipio, mientras los gobernantes, en un derroche de austeridad, consiguen ahorrar entre 120.000 a 150.000 euros recortando los sueldos de los funcionarios y personal político del Consistorio.

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Los vinhos verdes portugueses.-

Acabo de asistir a un curso sobre vinos verdes portugueses conducido por el Sr. D. José Luís Aleixandre Benavent e impartido en el CdT del Grao de Castellón, unas nuevas y amplias instalaciones que merecen ser aprovechadas para ampliar nuestra instrucción, documentación y saber personal.
Se dice que los vinhos verdes portugueses deben su nombre al color del paisaje verde en el entorno donde se cultivan los viñedos y aunque en principio fue decepcionante para mi el saber esta razón, concluida la docencia y después de haber tenido la oportunidad de degustar unos pocos vinos representativos de vinhos verdes, puedo decir que su nombre obedece a las características reales del caldo debidas a la insuficiencia maduración de la uva.
El marketing también forma parte de la cultura lusitana y se está aprovechando muy hábilmente para favorecer la venta de sus productos autóctonos aunque si bien para quienes siempre han ido a pie y nunca conocieron la existencia de la motocicleta, la bicicleta es entendida como un gran invento, las cosas son tal cual son y al final cada cual acaba ocupando el lugar que le corresponde en el difícil caminar del sabio y exigente mundo comercial.

Curarse de todas las dolencias.-

Ahora que estoy relajándome en la escritura del articulito en el blog, me estoy enterando más de lo que pasa a mi alrededor al apoyar los pies firmes en el suelo, puesto que con la tarea diaria que me autoimponía, me estaba perdiendo el saber lo que se cuece en la calle y es que no hay nada como hacer un cigarro regularmente para, dejando el trabajo de lado, observar el entorno.
Durante el último medio siglo no hemos evolucionado en nada, me pensaba que ya estábamos de vuelta y observo sorprendido como aún vamos de idas. Y es que para curarnos de cualquier dolencia, la mejor medicina continúa siendo un partido de fútbol.
Para remediar todos los males y curar las preocupaciones, con un Barça de Campeón conseguimos llenar un estadio de personas y convertir el campo de fútbol en el lugar del mundo donde existe la mayor densidad de felicidad por metro cuadrado, en donde además, a nadie le duele nada, ni existe la gripe porcina, ni la crisis económica, ni el paro laboral, con la palabra «gol», ¡todos curados!.

El papiro de Artemidoro de Efeso.-

Cuando se descubrió la momia, se comentó que en él parecía una representación de la Península Ibérica, lo cierto es que hay que ponerle mucha imaginación para obtener semejante conclusión y desde que se la publicitado su hallazgo, en los últimos años algunas personas han escrito ríos de tinta intentando localizar en él su pueblo o su entorno.
Quienes hemos tenido la oportunidad de ver de lo que hablo, podemos explicar que se trata de un trozo de papel en el que existen dos líneas irregulares separadas entre ellas a una distancia que podría definir como casi constante. Una de las líneas aparece como un trazado simple y limpio, la otra tiene como unos pequeños puntos que si pusiéramos mucha imaginación, podríamos pensar que se trata de asentamientos humanos, pueblos o lugares.
Aunque lo que yo he visto no va rotulado con ningún nombre, si nos sugestionamos con un camión de imaginación, podríamos asociar el dibujo del papel rectangular del papiro a un río y a un camino. El río que atraviesa el papiro de Artemidoro de Efeso, podría muy bien vincularse al río íbero, el río de lo íberos o el río del país de los íberos que conocemos como Ebro y el otro trazado, podría muy bien representar un camino, el camino íbero o el camino del país de los íberos.

El reciclaje del aprendizaje.-

   Cuanto más cosas aprendemos más conscientes somos de lo poco que sabemos y Dª. Luisa Almuni Fos, pensando en las personas del Maestrazgo y en sus inquietudes, nos ha organizado un curso sobre «Imagen aplicada a lo que al visitante le interesa ver». Un curso impartido magistralmente por Dª. Olga Morente Batiste en colaboración con Dª. Ana Belén Bel del Tover García que, gracias al Excmo. Ayuntamiento de Catí, nos ha documentado con el lenguaje gráfico y su alfabetización visual.

   Desde ahora, vamos a cuidar si cabe un poco más la imagen, dentro de nuestras reducidas posibilidades, desarrollando la creatividad, destacando la originalidad y su belleza, centrándonos más en lo tradicional y natural de nuestro entorno y pensando  en su proyección universal.

El homo sapiens.-

Desde que nacemos, empezamos a descubrir un nuevo mundo totalmente desconocido que puede ser fascinante o frustrante según la instrucción que vamos recibiendo en el avance de nuestro aprendizaje, tal vez por ello, a nuestra especie la autodenominemos «homo sapiens» que significa el que quiere saber. Lo cierto es que la evolución tecnológica de los últimos tiempos nos pilla a todos fuera de juego e intentar incorporarla en nuestra vida, es tarea harto difícil al exigirnos una reorganización interna del cerebro y del espíritu que no siempre estamos dispuestos a poder realizar, mas si cabe, cuando en el mundo consumista, lo que ayer era un gran avance, hoy descubrimos como algo obsoleto porque, no somos nosotros los que evolucionamos sino las máquinas de nuestro entorno de las que solo aprovechamos una pequeñísima parte de sus posibilidades.
Un buen día tuve interés en aprender a programar en hipertexto y así lo hice porque el Internet me brindaba la oportunidad de almacenar información en una libreta de un armario de mi casa tan especial para mi, que por sus características, a su vez permitía a todo el mundo acceder a esta información de la que su importancia, residía en las ideas u ocurrencias que podía despertar en el lector para la ejecución de nuevas iniciativas y entre todos, cada cual en su parcela, compartir del conocimiento universal al alcance de todos nosotros mismos en cualquier parte de mundo y a cualquier hora. Ahora ya no era menester ir a una biblioteca en su horario público para instruirnos, nosotros, desde nuestra propia voluntad, avanzamos en los conocimiento que nos inquietan desde cualquier lugar y en cualquier instante. Pero, aquí nace el gran problema del autoaprendizaje. El ser autodidacto es tarea harto difícil y exige mucha voluntad o interés. Las personas somos seres de costumbres y cuando aprendemos a hacer una cosa de una manera, nos es muy difícil abandonar el método que tanto sacrificio nos cuesta en aprenderlo, para volverlo reaprender de otra forma que se supone debería ser la correcta.
En este preciso instante hay una corriente de sentimiento colectivo por el que al parecer, si no tienes un blog eres casi menos que subnormal, pero el blog, no es una planta cualquiera en un monte, no es un árbol que plantamos en nuestro campo y podemos ir a cuidarlo cualquier día que nos plazca, sino que se trata de un hijo al que debemos prodigarle todos los cuidados diarios que podamos y que por nuestras obligaciones, no siempre estamos dispuestos a concederle, por consiguiente, el resultado es el que es y todos los días nacen bloges nuevos y al igual que en el mundo del comercio, casi todos quedan en el olvido perdidos por las unidades de memoria internáutica de la red, pero aún así, lo importante no es lo que nosotros hayamos podido escribir para compartir en un instante de nuestra vida, sino la ocurrencia que pueda despertar en la mente del lector, en cualquier otro momento de la suya.