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Dejar salir antes de entrar.-

Las personas públicas de nuestro país, han querido manifestar transparencia al resto de los ciudadanos y han publicitado su patrimonio, lo que ha motivado un acceso masivo de cotilleo para saber de sus propiedades, motivando el bloqueo del espacio web por una gran afluencia de chismosas vistas y acreditando que la frase de que en Internet cabemos todos, no llega a ser del todo cierta a tenor de los comentarios televisivos de estos últimos días sobre su colapso.
Personalmente me trae sin cuidado la situación del resto de mis vecinos por tener obligaciones más importantes en las qué pensar y atender y no digamos del patrimonio de los alejados, pero en este caso, lo importante no es lo declarado a la entrada de la legislatura sino también, la correspondiente declaración a la salida que, en el supuesto caso de no existir acumulación ni generación, debería ser coincidente.
Porque si bien es cierto que todas las personas somos iguales ante la Ley, habrá que empezar a valorar si la Ley es igual para todas las personas, ya que mientras unas exigen sus derechos de ayudas a las Instituciones, las otras son quienes atienden formalmente la obligación de pagar los Impuestos o Contribuciones.

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La puerta de la fabrica de alcohol.-

Si algún curioso lector ha tenido la ocurrencia de leerse la reglamentación de los alcoholes, habrá observado que el Sr. Legislador está pendiente de todo hasta incluso de los más mínimos detalles, porque con la experiencia de más de 100 años regulando este tipo de actividades, no puede permitirse ni un solo desliz.
Entre las anecdóticas sorpresas que encontramos está la obligatoriedad de que este tipo de establecimientos dispongan de una puerta. No debe extrañarnos que en la reglamentación se cite claramente que todas las fábricas de alcohol tendrán una puerta y no es por evidencia ya que de no tenerla, todos, tanto el Fabricante como los Sres. Inspectores deberían entrar por la ventana y no sería nada práctico.
Pero la verdadera razón por la que todas las fábricas de alcohol tengan una puerta, es más bien económica. Porque si el Estado dispusiese ordenar a los Sres. Funcionarios el control de movimiento, tanto de las entradas como de las salidas de cada una de las fábricas, con el desembolso de un bigote postizo y unas gafas oscuras es suficiente y de tener cada fábrica de alcohol muchas puertas para controlar, el gasto en bigotes y gafas lo harían prohibitivo.