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El picaro comercio fraudulento.-

En todas las actividades económicas existen personas serias y otras aventureras porque el Estado, con su ansia de recaudar impuestos, permite que cualquier indeseable sin seriedad comercial, desarrolle cualquier actividad económica y con la tan cacareada expresión de la competitividad que al parecer nadie sabe lo que es realmente y muchos tergiversan, enraízan y crecen toda clase de malas hierbas.
Es vergonzoso ver por la televisión al mismísimo Director General Jefe del Servicio de Calidad Alimentaria en su poltrona del despacho con cara de circunstancia y si saber ni enterarse de lo que pasa en la calle porque su propio Servicio de Control está almorzando y no cumpliendo su supuesto cometido y por otro lado a la Policía Local extralimitándose ilegalmente en sus competencias o funciones.
No podemos culpar a toda la clase comercial por el hecho de que existan unos pocos informales y desaprensivos que amparándose en la ignorancia del consumidor se aprovechen para lucrarse, en este caso, el culpable también es fundamentalmente el consumidor que se deja engañar cuando adquiere productos incomprensiblemente de oferta y a precios extrañamente reducidos favoreciendo a los malos comerciantes con su compra.

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La visita cultural.-

Desde hace más de 100 años los Departamento del Estado encargados de controlar a los destiladores de licores y alcoholes han ordenado a su servicio de inspección girar visita por los establecimientos autorizados y desde la existencia de la democracia, se han sumado los Autonómicos, por lo que la expresión de visita es muy habitual y nunca causa extrañeza.
Durante el tiempo que empecé a visitar potenciales Clientes en la confianza de que me favoreciesen con la compra de mis destilados, me ocurrieron muchas anécdotas porque cada persona tiene su carácter e incluso el estado anímico varía según el día, por lo que aprendí pronto mi estrategia de venta, máxime cuando se suprimió la venta a granel de los licores y debía enfrentarme a la ilegal competencia de los clandestinos.
En alguna ocasión, especialmente cuando mi posible Cliente no me compraba, le invitaba a girar visita por la Destilería de Chert, pero apostillaba, ¡Visita Cultural!, observando como mi invitado elevaba las cejas poniendo cara de desconcierto y entonces aclaraba: Para conocer el proceso de la destilación y degustar los elaborados, con lo que el rostro se relajaba y aprovechaba para condicionar: Hago un examen muy difícil y pongo a todos un 4’9 y aclaro: En la parte teórica pregunto el color del Ron Blanco SEGARRA y apruebo con matrícula de honor, pero en la practica, aunque probar, prueban todos, aprobar, no apruebo a nadie, les pongo un 4’9 y dejo repetir. Se puede repetir de una copita de anís, también de ginebra, o de ron, o de brandy, o de absenta, o de todo, aunque repetir el curso entero no es aconsejable en el misma día, porque si quieres examinarte de todas las asignaturas, puedes pillar el sincope de la retina distraída.