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La ventaja de tener amigos guapos.-

El pasado lunes día 6 de julio recibía un escrito muy razonado desde la Agencia Valenciana de Turismo que me sentaba como un patada en la espinilla. Nunca me acostumbro a recibir cohetes de este tipo por los que en el plazo de diez días me soltarán a los perros rabiosos para que me muerdan en el dedo pequeño del pie izquierdo y me encierran en el cuarto de los ratones con los quesos, los chorizos y los jamones. Ya estoy hasta el gorro de tal expresión cuando entiendo que se podría sustituir por otra más bonita y agradable como a la mayor brevedad posible dentro de los próximos 10 días que, en mi caso, todos los Funcionarios de las distintas Administraciones que controlan mis andanzas saben que entiendo de inmediato.
Cuando recibo cohetes de este tipo que por su contenido compruebo que son inflamables, tóxicos, infecciosos, comburentes, explosivos, corrosivos y radiactivos, tengo por costumbre cortarle la mecha, encenderla y devolverlo.
En esta sociedad que nos ha tocado vivir, parece que se nos quiere vender la llave del éxito y la importancia, machándonos desde los medios de comunicación masiva con la idea genérica de que lo importante es el ser guapo. Cual lejos de la realidad cuando comprobamos que lo verdaderamente importante es el tener amigos guapos.
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De la competitividad a la crisis.-

Durante muchos años, los medios de comunicación de masas y nuestros elegidos gobernantes, nos han machacado hasta la saciedad con los vocablos competitividad y competitivo como soluciones de futuro y la verdad es que nadie nunca ha sabido lo que realmente significaban. Al final, las personas sabelotodo, han confundido la expresión, asociándola a algo económico de precio, porque, por su falta de sapiencia, es la única referencia que poseen.
El resultado verdadero, es el conseguir propiciar el gradual deterioro de los procesos de fabricación de cualquier producto hasta alcanzar la comercialización de basura, pero hay que reconocer que se vende al incauto comprador muy buen presentada y a un precio muy competitivo, lo que siempre satisface y en otras ocasiones, incluso enorgullece, máxime si la podemos mostrar a otras personas cercanas tan analfabetas como nosotros para permitirnos el lujazo de poder presumir de ceporro.
Y cuando por alguna razón, las personas dejan de comprar basura, los inteligentísimos vendedores, se lamentan de tener crisis, ¿crisis?, si crisis por no poder seguir engañando a más personas necias.
Ahora es el momento de cerrar el negocio que nunca hubieses tenido que abrir, aprendiendo que en el árbol de comercio, florecen muchos pero lo que se dice madurar, maduran pocos.