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El vicio de las virtudes.-

A principios del mes pasado, este blog dejó de ser operativo. Cuando colocaba las etiquetas, me decía que no era posible por haber superado el máximo permitido y como desde el primer día solo me admite un determinado número de caracteres que limita la cantidad de etiquetas, estaba dispuesto a abandonarlo y me pasé a http://juliansegarra.blogspot.com/ que apenas utilizo.
Accidentalmente hace un par de días coloqué por error un artículo y cual mi sorpresa fue admitido. Por suerte, me percaté de mi equivocación de blog y ante la extrañeza de su permisibilidad, he decidido que voy a continuar escribiendo en él para disfrute del lector por tener la posibilidad de comentar mis ocurrencias.
Y es que bajo mi criterio, me satisface su buena consideración en la red del Internet y ahora que he conseguido gratuitamente lo que todo el mundo está dispuesto a pagar por tenerlo, es una lástima que defraude a los asiduos lectores; aunque reconozco que me agrada más la programación del hipertexto de las páginas web porque no entiendo nada.

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La visita cultural.-

Desde hace más de 100 años los Departamento del Estado encargados de controlar a los destiladores de licores y alcoholes han ordenado a su servicio de inspección girar visita por los establecimientos autorizados y desde la existencia de la democracia, se han sumado los Autonómicos, por lo que la expresión de visita es muy habitual y nunca causa extrañeza.
Durante el tiempo que empecé a visitar potenciales Clientes en la confianza de que me favoreciesen con la compra de mis destilados, me ocurrieron muchas anécdotas porque cada persona tiene su carácter e incluso el estado anímico varía según el día, por lo que aprendí pronto mi estrategia de venta, máxime cuando se suprimió la venta a granel de los licores y debía enfrentarme a la ilegal competencia de los clandestinos.
En alguna ocasión, especialmente cuando mi posible Cliente no me compraba, le invitaba a girar visita por la Destilería de Chert, pero apostillaba, ¡Visita Cultural!, observando como mi invitado elevaba las cejas poniendo cara de desconcierto y entonces aclaraba: Para conocer el proceso de la destilación y degustar los elaborados, con lo que el rostro se relajaba y aprovechaba para condicionar: Hago un examen muy difícil y pongo a todos un 4’9 y aclaro: En la parte teórica pregunto el color del Ron Blanco SEGARRA y apruebo con matrícula de honor, pero en la practica, aunque probar, prueban todos, aprobar, no apruebo a nadie, les pongo un 4’9 y dejo repetir. Se puede repetir de una copita de anís, también de ginebra, o de ron, o de brandy, o de absenta, o de todo, aunque repetir el curso entero no es aconsejable en el misma día, porque si quieres examinarte de todas las asignaturas, puedes pillar el sincope de la retina distraída.