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La caza en el parany.-

Hace unos meses se dictó una nueva Sentencia de la Audiencia Provincial de Castellón desestimando un recurso presentado por el Ministerio Fiscal contra un paranyer que era considerado nada más y nada menos como delincuente por disponer de un parany en una finca de su propiedad.
El pasado día 19 de mayo el Tribunal Constitucional emitía un auto por el que suspende este tipo de caza tradicional a la espera de que que el máximo órgano jurídico determine la constitucionalidad de la ley autonómica de caza.
Y en todo este desaguisado, supongo que algo tendrán que decir la Consejería de Medio Ambiente y las ONG’s medioambientales defensoras de la biodiversidad, porque lo que realmente importa saber al sufrido labrador cosechero recolector de aceitunas es saber si la manutención de las especies protegidas correrá por cuenta de los abanderados reivindicadores como el Ministerio Fiscal o continuarán siendo los currantes de siempre, ahora acusados delincuentes.

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Las expropiaciones del gobierno.-

Un buen día, te llaman los responsables del Ministerio de Fomento para decirte que necesitan parte de tu finca con la finalidad de construir una carretera y aplicando el sistema de valoración por capitalización de rentas, te corresponden tres euros por el terreno que te van a quitar.
Empiezas a echar números y protestas pero tanto si es declarado de utilidad pública, como sin ser declarado, debes resignarte a pasar por el aro y si no estás de acuerdo, espabílate o aguántate porque te ha tocado la lotería del disgusto más grande de tu vida. Se acaba la carretera, se inaugura y tu aún estás esperando la indemnización del justiprecio, aunque te dan una cantidad adinerada a cuenta y con el paso del tiempo, si tienes un saco de paciencia y un camión para llevarla, acabas por cobrar lo que te quieren pagar.
Pero si accedes a los Tribunales después de un largo procedimiento administrativo y después de 18 años ganas el reconocimiento de tu reglamentaria y fundada protesta, compruebas durante varios años más como las decisiones judiciales son de obligatorio cumplimiento para todos a los que les afecten salvo para el Ministerio de Fomento y el Departamento homólogo de la Generalidad Valenciana que pasan olímpicamente del ordenamiento legal y su cumplimiento.

El gaseoducto del Maestrazgo.-

Durante el tiempo que estuve incorporado a filas para prestar el servicio militar, se decidió trazar el gaseoducto del levante español y evidentemente no se pensó en proyectarlo y hacerlo por las playas de Benicasim, ni de Oropesa del Mar, ni de Peñíscola. Lástima, porque ahora no se tendía que hacer una canalización para llevar el gas desde la comarca del Maestrazgo a los pueblos costeros y favorecerles con el gas de ciudad, un gas que pasa por nuestro lado pero que no podemos usar.
Para la ejecución del proyecto, se reclamó la presencia de los propietarios de las fincas necesarias, se les entregó un dinero sin discusión y se invitó a discrepar, con un resultado final de dejar a todos los labradores afectados con una sonrisa de oreja a oreja y si concluida la obra hubo alguna queja, rápidamente la empresa concesionaria o quien sea, repuso las paredes de las fincas en un estado parecido o diferente al que tenían antes de la intervención de la maquinaria y todos quedamos muy contentos.
Cuando ha habido alguna incidencia, se nos ha llamado a los vecinos propietarios de las fincas importunadas y sin mediar palabra, se nos ha entregado de entrada un cheque para pagar un labrado en la zona afectada y valorándose razonablemente el precio de cualquier estropicio por las inevitables intervenciones de la compañía responsable que siempre son de lo más agradables, se ha sumado a la indemnización correspondiente. ¡Me gusta hacer negocios con Ustedes!.

El ser competitivo.-

El miércoles, un amigo quiso agasajarnos en la fiesta con la compra en la panadería del pueblo de una coca de manzana y menos mal que llevaba al efecto una botella de Licor Carajillo SEGARRA y la regamos con unas gotas, porque he de reconocer que los cerdos en las pocilgas, comen mejores y más sabrosas manzanas, sin citar el insípido bizcocho, que sabía a nada.
Ayer jueves, fui a ver a una persona conocida de las que dicen que no trabaja porque su faena no está remunerada y casualmente, la pillé infraganti en su casa con una coca de manzana confeccionada por ella misma en el horno de su cocina y al probarla, degusté el sabor de las manzanas y de la deliciosa pasta base soporte de la coca, parece ser que fue a una finca en la que tiene un manzano de los que casi nunca puede comer manzanas porque los bichos del campo las estropean y este año, ha tenido las suerte de recoger unas pocas con las que elaboró la ocurrente coca de manzana para su familia.
Unas horas más tarde, en el transcurso de mi viaje, un conocido me detiene para preguntarme que eran los sulfitos y mi respuesta fue inmediata, ¡veneno!, al parecer adquirió una botella de un supuesto buen vino pensando que aquel producto le sentaría bien a su estómago y a su cerebro, pero tampoco acertó. En el mercado existe mucha basura y muy bien presentada, con un bonito envase y mejor embalaje pero como goza de un precio muy competitivo, los incautos, la compran por tener la ventaja añadida de ser barata.

El ser competitivo.-

El miércoles, un amigo quiso agasajarnos en la fiesta con la compra en la panadería del pueblo de una coca de manzana y menos mal que llevaba al efecto una botella de Licor Carajillo SEGARRA y la regamos con unas gotas, porque he de reconocer que los cerdos en las pocilgas, comen mejores y más sabrosas manzanas, sin citar el insípido bizcocho, que sabía a nada.
Ayer jueves, fui a ver a una persona conocida de las que dicen que no trabaja porque su faena no está remunerada y casualmente, la pillé infraganti en su casa con una coca de manzana confeccionada por ella misma en el horno de su cocina y al probarla, degusté el sabor de las manzanas y de la deliciosa pasta base soporte de la coca, parece ser que fue a una finca en la que tiene un manzano de los que casi nunca puede comer manzanas porque los bichos del campo las estropean y este año, ha tenido las suerte de recoger unas pocas con las que elaboró la ocurrente coca de manzana para su familia.
Unas horas más tarde, en el transcurso de mi viaje, un conocido me detiene para preguntarme que eran los sulfitos y mi respuesta fue inmediata, ¡veneno!, al parecer adquirió una botella de un supuesto buen vino pensando que aquel producto le sentaría bien a su estómago y a su cerebro, pero tampoco acertó. En el mercado existe mucha basura y muy bien presentada, con un bonito envase y mejor embalaje pero como goza de un precio muy competitivo, los incautos, la compran por tener la ventaja añadida de ser barata.