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Tomás y Juan Salvador.-

   Mis amigos los Sres. Tomás y Juan Salvador, han visitado el pueblo de Chert para ver a sus hijos y nietos jugar al fútbol, mientras aprovecharon para acercarse a la Destilería de Julián Segarra y saludarme, lo que propicia comprobar que el proceso de la destilación del licor natural  con el alambique de cobre, por ser domingo estaba inoperativo, mientras los barriles de roble de la bodega si envejecían el brandy que contienen.

tomasyjuansalvador

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Agregar otra flor al ramo.-

Cuando vamos a la floristería para comprar en la tienda un ramo de flores, elegimos una cantidad determinada y de una clase específica en función de nuestro propio criterio o presupuesto y se nos atiende por pedido. Este detalle, lo puede presentar cualquiera que tenga la voluntad de gastarse unas monedas pero realmente, no tiene nada de particular y muchísimo menos de detalle personal. Parece ser que aparecer en Internet es el sueño de algunos de los Representantes de nuestros Ayuntamientos que al descubrir las nuevas tecnologías de la comunicación por mediación de sus hijos, también les agradaría pertenecer al club de los elegidos y con el presupuesto municipal, se puede contratar a un webmaster para que haga una web pero sin conocimiento de las peculiaridades diferenciales del pueblo y sus vecinos. En el mundo del Internet existen programadores informáticos de todos los colorines y personas como D. Juan Antonio Micó Navarro con iniciativa propia y como cualquier otro vecino del pueblo de Chert, cuando escribe sobre un tema, lo eleva a la red para añadir una flor personal más de su propio jardín. El pueblo de Chert es de Maestrazgo pero con un gran detalle diferencial, su web cultural es el resultado de la voluntad de sus vecinos al igual que la elección de los componentes de su Consistorio Municipal.

El intrusismo internautico.-

A principios del mes, observé que el Excmo. Ayuntamiento de Chert había puesto en funcionamiento una página web que accidentalmente localicé en la red y es evidente que como hijo y vecino del pueblo, no pude resistir en acceder a sus contenidos. En la sección de actividades económicas, aparecía un listado de los comercios del pueblo y me percaté de que la Destilería de Julián Segarra de Chert no figuraba, por lo que atendiendo la invitación en la sección de contactos, aproveché para enviar un correo electrónico con el Asunto: También soy vecino de Chert, pidiendo al webmaster el añadido y dándole las gracias. Desde el día siguiente, el espacio web, en lugar de reparado aparece bloqueado.
Ayer recibí vista del departamento correspondiente de la Generalidad Valenciana, siguiendo instrucciones desde Bruselas, para comprobar el proyecto http://www.ruralwifi.net/, su estado, actividad y operatividad, porque aunque para el lector pueda parecer extraño, las acciones que realizo, están sujetas a su normativa u ordenamiento y mi comportamiento no es precisamente como el de algunos intrusos que, porque sus actos son realizados sin orden ni concierto, imaginan que los demás hacen lo mismo.
Al hilo de uno de los comentarios del Sr. Inspector sobre la actividad de promoción turística y cultural que realizo sin subvenciones aquí en el Maestrazgo, ambos tuvimos la oportunidad de comprobar que Julián Segarra, en aquel instante tenía 799 referencias directas, ¡lástima!, ya no podré dormir, de haber tenido la cita en la web del Ajuntament de Xert, hubiera coincidido con el 800 aniversario de nacimiento del Rey Jaime I.

El homo sapiens.-

Desde que nacemos, empezamos a descubrir un nuevo mundo totalmente desconocido que puede ser fascinante o frustrante según la instrucción que vamos recibiendo en el avance de nuestro aprendizaje, tal vez por ello, a nuestra especie la autodenominemos «homo sapiens» que significa el que quiere saber. Lo cierto es que la evolución tecnológica de los últimos tiempos nos pilla a todos fuera de juego e intentar incorporarla en nuestra vida, es tarea harto difícil al exigirnos una reorganización interna del cerebro y del espíritu que no siempre estamos dispuestos a poder realizar, mas si cabe, cuando en el mundo consumista, lo que ayer era un gran avance, hoy descubrimos como algo obsoleto porque, no somos nosotros los que evolucionamos sino las máquinas de nuestro entorno de las que solo aprovechamos una pequeñísima parte de sus posibilidades.
Un buen día tuve interés en aprender a programar en hipertexto y así lo hice porque el Internet me brindaba la oportunidad de almacenar información en una libreta de un armario de mi casa tan especial para mi, que por sus características, a su vez permitía a todo el mundo acceder a esta información de la que su importancia, residía en las ideas u ocurrencias que podía despertar en el lector para la ejecución de nuevas iniciativas y entre todos, cada cual en su parcela, compartir del conocimiento universal al alcance de todos nosotros mismos en cualquier parte de mundo y a cualquier hora. Ahora ya no era menester ir a una biblioteca en su horario público para instruirnos, nosotros, desde nuestra propia voluntad, avanzamos en los conocimiento que nos inquietan desde cualquier lugar y en cualquier instante. Pero, aquí nace el gran problema del autoaprendizaje. El ser autodidacto es tarea harto difícil y exige mucha voluntad o interés. Las personas somos seres de costumbres y cuando aprendemos a hacer una cosa de una manera, nos es muy difícil abandonar el método que tanto sacrificio nos cuesta en aprenderlo, para volverlo reaprender de otra forma que se supone debería ser la correcta.
En este preciso instante hay una corriente de sentimiento colectivo por el que al parecer, si no tienes un blog eres casi menos que subnormal, pero el blog, no es una planta cualquiera en un monte, no es un árbol que plantamos en nuestro campo y podemos ir a cuidarlo cualquier día que nos plazca, sino que se trata de un hijo al que debemos prodigarle todos los cuidados diarios que podamos y que por nuestras obligaciones, no siempre estamos dispuestos a concederle, por consiguiente, el resultado es el que es y todos los días nacen bloges nuevos y al igual que en el mundo del comercio, casi todos quedan en el olvido perdidos por las unidades de memoria internáutica de la red, pero aún así, lo importante no es lo que nosotros hayamos podido escribir para compartir en un instante de nuestra vida, sino la ocurrencia que pueda despertar en la mente del lector, en cualquier otro momento de la suya.