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Los derechos de los clandestinos.-

Que siempre están por encima de las obligaciones de los legales con el beneplácito que quienes aportan poco esfuerzo y sudor a las Arcas de Tesoro Público, confundiendo la solidaridad de boquilla hacia el sinvergüenza, con la necedad.
Este año en las declaraciones fiscales se ha suprimido el impuesto sobre el patrimonio, un impuesto que gravaba a las personas que ahorraban parte de sus ingresos procedentes del trabajo personal y lo reinvertían en la creación de riqueza.
Para marear la perdiz, parece ser que la culpa de los males sociales actuales está en los paraísos fiscales, a donde algunos se llevan supuestamente el dinero que ganan y pagan los impuestos que les corresponde acorde con el ordenamiento legal de su situación fiscal.
En el Reino de España, por trabajar, se gana un dinero, por ganarlo, se pagan unos impuestos y con el sobrante, haces lo que te apetece, pero lo que no se puede es gastar el dinero que no has ganado.

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El establecimiento turistico.-

Debería buscar el ordenamiento legal para enterarme del significado del concepto porque no lo tengo nada claro, puesto que si los turistas no se fabrican, el vocablo establecimiento nada tendrá que ver con una actividad fabril y entonces, ¿por qué vienen los turistas a la Destilería de Julián Segarra de Chert?.
Chert, un pequeño pueblo perdido entre las montañas del Maestrazgo, de los que hace tan solo unas décadas tenía que desaparecer por su escasez de recursos económicos, en donde reside y trabaja como cualquier vecino, el Destilador del Maestrazgo y desde hace unos años, es parada obligatoria para todo visitante de la comarca que, pasando por sus inmediaciones, se precie de darse el gustazo de disfrutar del lugar más interesante del Maestrazgo.
Julián Segarra, un personaje atípico y único, con el que se puede dialogar del tema que más te plazca y preguntarle sobre cualquiera de tus inquietudes, aunque no precisa presentación porque, a través de la red del Internet, el curioso turista puede hacerse alguna idea aproximativa si le busca porque seguro le encuentra.
Y la destilería, ah!, aquí está el truco del almendruco y con fundadas sospechas, el atractivo turístico del pueblo y de la comarca, ¡la destilería de Chert!, ¿será por tener alambique autorizado y operativo?, ¿o por envejecer el licor destilado en barriles de roble?, pero lo bien cierto es que quien no adquiere el Licor del Maestrazgo, no puede acreditar el haber estado en el Maestrazgo, ni recordar, ni disfrutar realmente de las cosas muy buenas que solo encontrará en esta tierra.

El colmo de lo absurdo.-

   Esta mañana he recibido en mi correo electrónico el artículo colgado en http://casaconjacuzzi.blogspost.com al que estoy suscrito, con el comentario de la chapuza legislativa reguladora de la recogida de setas.

   Mi amplia experiencia en la recogida de setas y lo digo con guasa y de esta forma para que quede constancia porque desde hace cuatro años soy «Recolector Mayor de Rovellones en el Reino de España» y a la llegada del tiempo propicio de su crecimiento, me apunto un día al año con mis amigos para acercarnos al monte y trincar todos los que encontramos a nuestro paso, me permite comentar el absurdo aspecto legal de la Orden.

   En calidad de agricultor fiscalmente declarado, cuando voy al campo a recoger los frutos de mi actividad agrícola, lo hago con capazo y saco, cuando he ido al monte a recolectar setas de las que solo elijo los rovellones, lo hago con cesta pero nunca se me ocurriría ir al campo o al monte acompañado de una balanza.

   Las balanzas se usan a nivel comercial por quienes supuestamente recogen setas (en la tienda de la esquina), mientras degustan una merendola en el bar o restaurante del pueblo. Hay que ser analfabeto de una actividad como la de recogida de setas para fijar los límites en 6 kilogramos, los límites, de haberlos, deberían medirse por cestos, porque al monte se va con cesta y no con balanza.