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El error 404 o la falta de existencia.-

En esta sociedad que nos ha tocado vivir, los números sustituyen a los nombres en lugar de acompañarlos y nos arrinconan hasta los límites de la indefensión de tal forma, que sin ellos no somos nadie. Que si la identidad, que si el teléfono, que si la matricula, que si la calificación escolar y un largo etcétera pasando por el pin, la casa o el piso y el precio de las cosas. Solo nos falta la era informática con el sistema binario “0” y “1” sustituyendo a “nada” y “todo”, «abierto» y «cerrado» para acabar de completar la secuencia. Sería más fácil si al bautizar a un bebé le asignaran por nombre 10110101.
Desde el día de la Virgen de Carmen (16072009) no puedo acceder a los espacios web que controlaba hasta entonces porque de forma repetitiva todos los días al intentar añadir información me da por respuesta error 404.
En principio es muy fácil saber de qué se trata, entrando a la red del Internet, haces la pregunta correspondiente al buscador y aclarada la respuesta. Muy bien, pero ¿cómo solucionarlo?.
Mi amigo el Sr. D. Rafael Prades Pedra se ha interesado en colaborar y me ha explicado su naturaleza, pero por lo que compruebo está tan verde como yo o ¿debería decir fuera de coordenadas?, por aquello de los números.
El error 404 aparece sencillamente cuando buscas algo y no lo encuentras, por consiguiente, si busco el agujero de la cerradura de la puerta y no encuentro la cerradura ¿cómo podré abrir la puerta?. No es menester ir a la escuela para saber que si no encuentras la escuela no se puede entrar en ella. ¡Como me gustaría ser estudiante de la escuela con error 404!.

«Lo Lleó del Maestrat«.

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La fecha de caducidad en los alimentos.-

Recuerdo cuando era pequeño que todo se compraba y todo de vendía sin importar la fecha de su fabricación o la del límite de su aconsejado consumo. Las cosas eran tal cual y especialmente los alimentos, se comían frescos del tiempo, no como ahora fríos de la nevera porque, ciertamente no habían.
Estamos acostumbrados y vivimos de forma de lo más normal, que en las casas modernas en lugar de despensa haya un armario que suple mínimamente sus funciones y asociado a él, un gran frigorífico lleno de artículos comestibles envasados y etiquetados según la norma regulada por el Real Decreto 1334/1999, indicando sus ingredientes y con su importantísima fecha de caducidad bien rotulada.
Con tanto laboratorio repleto de investigadores para añadirle a los alimentos que comemos aquello que le falta y quitarle, lo que supuestamente le sobra, nadie ha inventado un sencillo sistema para que el alimento se pueda conservar por tiempo indefinido sin que se estropee perdiendo sus cualidades y si es posible mejorarlas.

El colmo de lo absurdo.-

   Esta mañana he recibido en mi correo electrónico el artículo colgado en http://casaconjacuzzi.blogspost.com al que estoy suscrito, con el comentario de la chapuza legislativa reguladora de la recogida de setas.

   Mi amplia experiencia en la recogida de setas y lo digo con guasa y de esta forma para que quede constancia porque desde hace cuatro años soy «Recolector Mayor de Rovellones en el Reino de España» y a la llegada del tiempo propicio de su crecimiento, me apunto un día al año con mis amigos para acercarnos al monte y trincar todos los que encontramos a nuestro paso, me permite comentar el absurdo aspecto legal de la Orden.

   En calidad de agricultor fiscalmente declarado, cuando voy al campo a recoger los frutos de mi actividad agrícola, lo hago con capazo y saco, cuando he ido al monte a recolectar setas de las que solo elijo los rovellones, lo hago con cesta pero nunca se me ocurriría ir al campo o al monte acompañado de una balanza.

   Las balanzas se usan a nivel comercial por quienes supuestamente recogen setas (en la tienda de la esquina), mientras degustan una merendola en el bar o restaurante del pueblo. Hay que ser analfabeto de una actividad como la de recogida de setas para fijar los límites en 6 kilogramos, los límites, de haberlos, deberían medirse por cestos, porque al monte se va con cesta y no con balanza.

El río Bergantes.-

Continuando el camino por la vía ibera desde Morella, ahora transcurre por las inmediaciones del río Bergantes siguiendo su curso para alcanzar la antigua Bisgargis que fue población íbera de los ilercavones y posteriormente colonia romana con el nombre de Bisgargis Blandae.
En el pueblo de Forcall, el río Bergantes coinciden los ríos Caldés y el de Cantavieja para sumar las aguas de sus vertientes hacia el río Ebro y entre las vaguadas de las montañas, transcurren paralelos con el camino íbero buscando la vecina provincia de Teruel.
Al límite de la provincia de Castellón, se eleva el pueblo de Zorita de Maestrazgo que, paradójicamente y pese a su nombre, nunca fue del Maestrazgo y al otro lado de la vía íbera, hoy convertida en carretera, siempre a la distancia aproximadas de un día de camino, está el abandonado edificio de la Venta del Jabonero.