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La Santisima Virgen del Pilar.-

En la calle donde vivo, había en medio del paseo de la Independencia una fuente redonda de granito artificial con un pilar central y dos caños laterales por los que manaba el agua. Encima del pilar, una bola con una farola, presidía la estampa. Mi padre, Julián Segarra Ortí, regularmente se desplazaba hasta Zaragoza con su camioneta y remolque a proveerse de azúcar en la CIA (Compañía de Industrias Agrícolas) para elaborar los licores del Maestrazgo en su destilería de Chert y un buen día de vacaciones, me llevó con él a Zaragoza.
Debido a que circulaba con remolque y cuando iba cargado, el puerto de Torre Miró se hacía eterno, si bien a la ida fuimos por Alcañiz, a la vuelta lo hicimos por Calanda, Mas de Las Matas y Aguaviva pudiendo conocer la fuente de los 72 caños y la estanca en Alcañiz, las ruinas del antiguo poblado en Azaila, el valle de los Monegros y la llegada a Zaragoza, de la que hablaré mañana.
Acerándonos a visitar a la Santísima Virgen del Pilar, me caí de culo, estaba megagigasuperilusionado con La Pilarica y esperando verla encima de una fuente como la de mi pueblo, de repente, el mundo se me viene encima. Aquello era más grande que la catedral de Tarragona que era lo más grande que había visto en mi vida, aquello era enorme, inmenso, a los ojos de un niño que aún no había tomado la comunión y venía de un pueblo del Maestrazgo a verla (mientras escribo el corazón se me ha acelerado y estoy lloroso). Visitamos su altar y encina de un pilarcito del tamaño como un mojoncito de mármol jaspeado muy pulido y brillante (así lo recuerdo), aparecía ante mis ojos una pequeñita Virgen (con todos los respetos) como la Virgen de Vallivana. Al lado, en un lugar ovalado y preparado al efecto, los fieles devotos dábamos un beso. ¡Una experiencia inolvidable!. La Santísima Virgen del Pilar estaba en una catedral.

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Chispa.-

   Dª. Pilar y el Sr. Salvador, acompañados de Chispa y sus muy buenos amigos Dª. Ana, el Sr. José Ramón, Dª. Vanessa, el Sr. Raúl, Dª. Inma y el Sr. Manu también se acercaron de visita a la Destilería de Julián Segarra de Chert para comprender el funcionamiento de un alambique y el proceso de la destilación, además del envejecimiento natural del Brandy del Maestrazgo en barriles de roble tranquilamente con el paso de los años.

chispa

A pasar el rato.-

Son las 13:30 hora oficial del domingo día de la Virgen del Pilar, «Reina y Señora de la Hispanidad» y como no tenemos ninguna visita que atender, decidimos sentarnos a la mesa para comer. Nos hemos comido la ensalada y empezado el primer plato cuando, de repente, se abre la puerta de la calle y comprendemos que alguien viene a vernos.
Me levanto de la mesa y me acerco para atenderles con una sonrisa de oreja a oreja. Se trata de una pareja de mediana edad, de la que la mujer permanece en la calle mojándose porque llueve mientras el hombre está en la entrada.
Yo.- ¡Hola buenos días!. Pase, pase, no guarde cumplidos que se va ud. a mojar. ¿En qué puedo atenderles? y el hombre responde con una pregunta.
El.- ¿Se puede visitar?.
Yo.- ¿Visitar por comprar o visitar por pasar el rato?.
El.- Responde, por pasar el rato.
Yo.- Les explico, que ahora estoy pasando el rato comiendo y les pregunto. ¿Pueden udes. volver a venir a pasar el rato otro rato?.
El.- De acuerdo, ¡volveremos otro rato!, responde el hombre y despidiéndose, se van.
Al entrar y sentarme para reanudar la comida, mi padre me pregunta y le explico. Entonces él comenta: ¿Qué a esta hora no tienen que hacer la comida o comen de bocadillo?.
Yo.- Supongo irán al restaurante a pasar el rato.
En esta vida, no hay nada como ser claros y llamar a las cosas por su nombre, sin ambigüedades, porque puedo entender que una persona de viaje, coincida su paso por Chert con la hora de comer y en mi caso, le atiendo sin problemas aunque deba levantarme de la mesa interrumpiendo mi comida pero, el domingo al mediodía a la hora de comer, ¿se bebe ir a visitar una destilería por pasar el rato?.
La destilería de Julián Segarra de Chert, es un lugar de trabajo en el que se atiende cortés y cordialmente a todas las vistas pero no dónde el ocioso, el que no tiene nada que hacer, deba ir a que le entretengan a la hora de comer o de dormir del destilador, a estas horas, el visitante dominguero, debería pensar en ir a otra parte recordando que mi tiempo es tan valioso como el suyo.

A pasar el rato.-

Son las 13:30 hora oficial del domingo día de la Virgen del Pilar, «Reina y Señora de la Hispanidad» y como no tenemos ninguna visita que atender, decidimos sentarnos a la mesa para comer. Nos hemos comido la ensalada y empezado el primer plato cuando, de repente, se abre la puerta de la calle y comprendemos que alguien viene a vernos.
Me levanto de la mesa y me acerco para atenderles con una sonrisa de oreja a oreja. Se trata de una pareja de mediana edad, de la que la mujer permanece en la calle mojándose porque llueve mientras el hombre está en la entrada.
Yo.- ¡Hola buenos días!. Pase, pase, no guarde cumplidos que se va ud. a mojar. ¿En qué puedo atenderles? y el hombre responde con una pregunta.
El.- ¿Se puede visitar?.
Yo.- ¿Visitar por comprar o visitar por pasar el rato?.
El.- Responde, por pasar el rato.
Yo.- Les explico, que ahora estoy pasando el rato comiendo y les pregunto. ¿Pueden udes. volver a venir a pasar el rato otro rato?.
El.- De acuerdo, ¡volveremos otro rato!, responde el hombre y despidiéndose, se van.
Al entrar y sentarme para reanudar la comida, mi padre me pregunta y le explico. Entonces él comenta: ¿Qué a esta hora no tienen que hacer la comida o comen de bocadillo?.
Yo.- Supongo irán al restaurante a pasar el rato.
En esta vida, no hay nada como ser claros y llamar a las cosas por su nombre, sin ambigüedades, porque puedo entender que una persona de viaje, coincida su paso por Chert con la hora de comer y en mi caso, le atiendo sin problemas aunque deba levantarme de la mesa interrumpiendo mi comida pero, el domingo al mediodía a la hora de comer, ¿se bebe ir a visitar una destilería por pasar el rato?.
La destilería de Julián Segarra de Chert, es un lugar de trabajo en el que se atiende cortés y cordialmente a todas las vistas pero no dónde el ocioso, el que no tiene nada que hacer, deba ir a que le entretengan a la hora de comer o de dormir del destilador, a estas horas, el visitante dominguero, debería pensar en ir a otra parte recordando que mi tiempo es tan valioso como el suyo.