• Páginas

  • Categorías

  • Archivos

La recomendacion medica.-

A mi muy buen amigo Chema, se le ha ocurrido visitar al Doctor y según me comenta, le ha prohibido degustar los destilados y no sabe el por qué. Tranquilo que con una caldera del tamaño como la que tiene Julián Segarra en su destilería de Chert, la producción está garantizada y el servicio en condiciones normales también.
La destilación es una operación básica de la ingeniería química que aprovecha la técnica de la separación de los componentes de las mezclas basándose en su diferente volatilidad por lo que cuando el destilador controla correctamente el proceso de la destilación, el destilado es un resultado perfecto, al haber conseguido eliminar las sustancias indeseables de las que verdaderamente son útiles y necesarias para la renovación de las células del organismo de las personas, utilizando el alcohol como disolvente de los principios activos de las plantas por sus cualidades de conservante en el tiempo, de digestión a nivel estomacal y asimilación en las células.
En el mercado, cada día existen menos destilados de verdad porque hay mucho intrusismo de personajes y empresarios sin escrúpulos que engañan a sus Clientes, por ello, el señor Médico desaconseja su consumo.
Hace varios años al Sr. José le pasó lo mismo que al Sr. Chema, pero insistió al Facultativo preguntando si el día de su Santo Onomástico podía tomarse una copita de brandy, por lo que el Doctor se ratificó en su diagnóstico y recomendación. El Sr. José, quiso aclarar, ¿y si es de Brandy SEGARRA Superior?. ¡Hombre!, respondió el Doctor, si es de Brandy SEGARRA del tipo Superior, ¡si puede usted beber brandy!.
De no haber fallecido súbitamente mientras escribo estas líneas, me consta que ambos sabios aún viven.

Anuncio publicitario

La ignorancia del no querer saber.-

Tampoco es necesario haber cursado grandes estudios universitarios y presumir de pared llena de diplomas para poder dejar de ser ignorante y máxime hoy que tenemos a nuestro alcance la biblioteca universal del Internet a la que cada cual agrega sus conocimientos o escribe sus ocurrencias.
Afortunadamente para las personas de a pie, los Estados están gobernados por las mentes más ilustres del país y continuamente se cambian las leyes para mejorarlas y adaptarlas a las nuevas tendencias comerciales, de forma que lo que ayer era prohibido, hoy, a consecuencia de un estudio realizado por un importante científico de una importante universidad de un importante lejano lugar, goza de las mejores propagandas indicativas de lo bien que con su consumo se favorece el desarrollo físico personal.
Y en consecuencia, no somos bobos, porque no tomamos un pitobob, ya que si elegimos comer sin masticar un pitoton, continuamos siendo un poco más tontos de lo que éramos antes de su ingesta, aunque he de reconocer que, tras la deglución, en el cuerpo del incauto consumidor, se produce una sensación de rejuvenecimiento que notas como cada día eres más viejo porque para que te funcione el inventillo, en lugar de uno, deberías beberte dos.

La ignorancia del no querer saber.-

Tampoco es necesario haber cursado grandes estudios universitarios y presumir de pared llena de diplomas para poder dejar de ser ignorante y máxime hoy que tenemos a nuestro alcance la biblioteca universal del Internet a la que cada cual agrega sus conocimientos o escribe sus ocurrencias.
Afortunadamente para las personas de a pie, los Estados están gobernados por las mentes más ilustres del país y continuamente se cambian las leyes para mejorarlas y adaptarlas a las nuevas tendencias comerciales, de forma que lo que ayer era prohibido, hoy, a consecuencia de un estudio realizado por un importante científico de una importante universidad de un importante lejano lugar, goza de las mejores propagandas indicativas de lo bien que con su consumo se favorece el desarrollo físico personal.
Y en consecuencia, no somos bobos, porque no tomamos un pitobob, ya que si elegimos comer sin masticar un pitoton, continuamos siendo un poco más tontos de lo que éramos antes de su ingesta, aunque he de reconocer que, tras la deglución, en el cuerpo del incauto consumidor, se produce una sensación de rejuvenecimiento que notas como cada día eres más viejo porque para que te funcione el inventillo, en lugar de uno, deberías beberte dos.