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El veranillo del membrillo.-

Estamos en una época cronológica en la que los membrillos adquieren su coloración amarillenta indicando que es tiempo de su recolección. Como fruta no es agradable al paladar cuando se consumen de forma natural, pero una vez cocidos, con el cambio experimentado se consiguen unas cualidades excepcionales tanto en almíbar como en confitura. En Argentina, al queso con dulce de membrillo se llamaba un completo y conservado para el crudo invierno, es un regalo de la naturaleza deleite de lo más exigentes dioses.
Pero no todos los días voy a desayunar queso con membrillo por muy bueno que sea y más que me guste, en ocasiones me apetece desayunar tomate frito con pimiento y sardina, lo que exige ser complementado con un vaso de vino y siendo cosechero recolector de uva y elaborador de vino, no voy a ser tan mentecato como para rubricar este excelente desayuno con un vaso de insípida agua.
Con las pretensiones que tienen nuestros gobernantes que desayunan lechita light con café y pretenden rebajar la tasa de alcoholemia a 0’0 mg. de alcohol en sangre, he tomado la decisión de no salir de reparto de licores los días que almuerce bacalao con tomate. Si alguien necesita del licor que elaboro, deberá desplazarse hasta Chert para llevárselo personalmente de la destilería y no es por que quiera perder Clientes, es porque el Gobierno de España no quiere que pague tantos Impuestos.

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La ventaja de tener amigos guapos.-

El pasado lunes día 6 de julio recibía un escrito muy razonado desde la Agencia Valenciana de Turismo que me sentaba como un patada en la espinilla. Nunca me acostumbro a recibir cohetes de este tipo por los que en el plazo de diez días me soltarán a los perros rabiosos para que me muerdan en el dedo pequeño del pie izquierdo y me encierran en el cuarto de los ratones con los quesos, los chorizos y los jamones. Ya estoy hasta el gorro de tal expresión cuando entiendo que se podría sustituir por otra más bonita y agradable como a la mayor brevedad posible dentro de los próximos 10 días que, en mi caso, todos los Funcionarios de las distintas Administraciones que controlan mis andanzas saben que entiendo de inmediato.
Cuando recibo cohetes de este tipo que por su contenido compruebo que son inflamables, tóxicos, infecciosos, comburentes, explosivos, corrosivos y radiactivos, tengo por costumbre cortarle la mecha, encenderla y devolverlo.
En esta sociedad que nos ha tocado vivir, parece que se nos quiere vender la llave del éxito y la importancia, machándonos desde los medios de comunicación masiva con la idea genérica de que lo importante es el ser guapo. Cual lejos de la realidad cuando comprobamos que lo verdaderamente importante es el tener amigos guapos.

Del lapicero largo a la memoria corta.-

   Estamos en una época del año en la que nadie piensa en sillas, ni en escobas, todo el mundo tiene en la mente quesos, turrones, chorizos, cavas, jamones, langostinos, licores, bombones y demás exquisitas viandas, por lo que me llamó la Srta. Dª. Carmen pidiéndome Brandy del Maestrazgo y para explicarme el lugar de la entrega de la mercancía, como no dispongo de teléfono móvil, me pasó las instrucciones vía teléfono fijo.

   Para no olvidar, lo mejor es anotar, porque dicho sea de paso, más vale tener un lapicero largo que una memoria corta y tomando apuntes directamente en mi bloc de notas, en la imagen queda muy bien reflejado el resultado.

lugardeentrega

   Aunque pienso que está claro el lugar de la entrega del licor, por si alguien lo observa, le diré que hay una errata. Esta tarde me he desplazado directamente sin detenerme a preguntar a nadie por el camino y cuando he llegado a destino, no encontraba la puerta de entrada del local, debiendo parar y bajar del coche a consultar. Está en la pared sur del edificio y por no indicarlo en la nota es por lo que no la encontraba.

Estresados hasta los huevos.-

Cuentan que el ratoncito de la ciudad llamado don Ricardo, salió un día soleado por el campo y se encontró con el ratoncito Gasparet, el del Cuento del tord Wenceslas y viendo como recogía almendras y bellotas del monte, entablaron conversación. A la hora de comer, se fueron «al cau» de Gasparet que estaba bien surtido de frutos secos y le invitó a degustar sus exquisiteces. Para don Ricardo todo le parecía poco e insignificante presumiendo que en la despensa de la ciudad habían más y mejores viandas, por lo que le emplazó para que en algún viaje a la ciudad, pasase por la casa dónde él se alimentaba.
Llegado el tiempo de las declaraciones y liquidaciones fiscales, debió el ratoncito Gasparet desplazarse hasta la ciudad a presentar y pagar su contribución, aprovechando para acercarse a visitar a su muy buen amigo el ratoncito don Ricardo que le mostró la gran despensa muy bien surtida de chorizos, quesos y jamones.
De repente, la dueña de la casa, abrió la puerta y entró el gato. Como don Ricardo ya sabía lo que ocurría, fue presto a esconderse, pero al no haber avisado a Gasparet, recibió un susto casi de muerte. Gasparet, se escondió detrás de una caja de botellas de Brandy del Maestrazgo y aguantando la respiración, intentó pasar desapercibido del gato que afortunadamente no pudo atraparlo.
La vida acelerada en las grandes ciudades estresa a cualquiera, en la «capi» están estresadas las personas, están estresados los cabritos, están estresadas las vacas, está estresada la leche, están estresados los cerdos, están estresadas las gallinas y están estresados hasta los huevos.