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A los pies de la mujer elegante.-

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Zapatos de mujer

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"La Pastora" por Jose Calvo Segarra.-

De pequeño, en un viaje realizado en compañía de su abuelo Julián Segarra Ferreres y un vecino de Chert, le gastaron una broma. Viendo a unos hombres con unas escaleras encima de un macho que iban a podar olivos, le dijeron que se estuviera quieto porque eran maquis y le íban a quitar una peseta de papel que llevaba en la mano. De ahí debió quedarle un recuerdo que le haría profundizar en el conocimiento del maquis.
El personaje de Tresot (Teresa Pla Meseguer) siempre fue muy popular por los pueblos dels Ports y del Maestrazgo: Vallibona, Chert, Catí, Rossell, La Pobla de Benifassar, Coratxar, Fredes … y cuando José Calvo Segarra se enteró a sus 19 años del primer juicio que se le realizaba en Tarragona tras su detención en Andorra, no dudó en asistir para conocer al personaje que ya era un mito.
Cumplida la condena impuesta, parte en la prisión de Valencia y parte en el penal del Dueso, José Calvo Segarra se interesó en entrevistar a Florencio Pla Meseguer que vivía en la casa del funcionario de prisiones Marino Vinuesa acogido como de la familia. En el año 2004 falleció La Pastora, cuando José Calvo Segarra ya había comenzado a escribir su documentado libro en el que se ha valido también de otros numerosos testimonios.

Las encuestas de satisfaccion.-

Mi abuela Vicenta Ortí Ferreres, la que había nacido dentro de una caldera según el sargento de carabineros, decía que en el árbol de comercio florecen muchos pero maduran pocos. En todos los negocios existen personas ocurrentes que piensan que la finalidad de su oficio es ganar dinero y nunca pueden entender que también puede ser una forma de vivir.
Algo que no hago en mi negocio es realizar encuestas para saber el grado de satisfacción de mis Clientes, para mi es tan evidente el resultado que es muy difícil mejorar, lo que ocurre es que acompañando a los Clientes, se cuelan espabiladillos a los que debería ponerles alguna medida correctora para detener y separar a los sinvergüenzas que no saben valorar las atenciones regaladas.
Cuando una persona llega a un lugar y encuentra lo que no espera encontrar, siempre se lleva sorprendidamente un recuerdo de la visita y por poca experiencia que tenga en recorrer el mundo, determina la diferencia que guarda en lo más hondo de su corazón.

El viajar justo o con poco dinero.-

También es un forma de viajar. Hoy está de moda y cuando algo está de moda, aún siendo el peor de los vicios, se convierte en la mejor de las virtudes. El presumir de haber ido a ver las cosas más exóticas de los lugares más lejanos y lo barato que compramos cualquier tontería inservible de recuerdo acreditativo del viaje, se ha convertido en un sentimiento colectivo que hasta en la televisión se utiliza como campaña publicitaria.
Claro que hubiéramos podido ir a comer al restaurante del pueblo o de la calle en donde vivimos, pero eso no tendría gracia, como no la tiene si para degustar el café no utilizásemos el coche y nos desplazáramos bien lejos, porque como nuestro vecino o amigo también puede acercarse al bar como nosotros, ya no es posible el vanagloriarnos.
Ahora que el turismo rural está de moda, es curioso observar en los pueblos, a grupos de personas deambulando por las calles, porque el andar es gratis y su reducida disponibilidad económica, no les permite satisfacer más gastos que los imprescindibles de la gasolina para su vehículo y el alojamiento, es para no dormir debajo del puente.

Premio Falla l’Antiga de Campanar.-

   Esta mañana al levantarme y abrir la ventana, el Sol se asomaba tímidamente por encima de las montañas del horizonte y un aire cargado de los aromas de las más variopintas flores que crecen por nuestro entorno, me anunciaban que la primavera está haciendo su entrada en El Maestrazgo. En el conjunto, un toque de fragancia especial venida directamente desde «La Ciudad de las Flores«, me traía la noticia del resultado del sorteo del Premio de la Falla l´Antiga de Campanar, cuya ganadora ha sido la Srta. Dª. Rosa Navarro de Valencia del Cid, confiando próximamente nos honre con su visita.

ganadorarosanavarro

   La Feria de Turismo de Interior de la Comunidad Valenciana organizada durante el pasado fin de semana, facilita que abramos las puertas del Maestrazgo a la vecina y hermana ciudad de Valencia del Cid, la que tantos gratos y entrañables recuerdos guardo en mi corazón.

Las Galletas Royo.-

Fue una de las vistas mas emocionantes de mi vida y de la que guardo el gratísimo recuerdo de los que nunca se olvidan. En Zaragoza, visitamos entre otras cosas a los dueños del establecimiento GALLETAS ROYO, pero todo en castellano, allí había que hablar con la lengua traductora.
La pasta de las galletas estaba en un cajón y una cuchilla las cortaba en finas láminas que unidas a las obleas se hacían las galletas. En una sierra parecida a las que en Chert usan los carpinteros para cortar la madera, estaban cortando las galletas en plan salvaje o industrial, junto a la máquina, los recortes sobrantes caían dentro de una caja preparada al efecto y las galletas viena eran cuidadosamente amontonadas en otra.
El Sr. Royo, mientras hablaba con mi padre, me invitó a degustar los trozos sobrantes de los que había cortado la máquina. Evidentemente no me lo pensé dos veces, la vergüenza me la había dejado en el pueblo y me puse de recortes de galleta Royo como un pavo. Nunca en mi vida había comido tanta galleta, tan rica y tan sabrosa. Cuando ya no quise comer más galleta, el Sr. Royo me sonrió pícaramente y tomando una caja del estante, me la regaló para mi madre que, al llegar a casa, nos la comimos entre toda la familia durante unos días.

Recuerdos de la escuela.-

Aunque nunca he parado de estudiar y muchísimo menos de aprender, no recuerdo con agrado mi época de estudiante y tal vez por ello, no me gustaría revivirla, pero con la incorporación en nuestros propios domicilios de las computadoras personales, he de reconocer que desde hace doce años, cuando accedí por primera vez a la red de Internet, añoro el no poder vivir mi actividad docente en los tiempos actuales.
El año pasado, al Sr. Conseller de Educación la Generalidad Valenciana D. Alejandro Font de Mora Turón, se le ocurrió regalar unos ordenadores para los colegios de los niños de primaria como los chavales de la escuela de don Miquel Beltrán de Chert y Dª. Araceli Segarra Ferreres, me invitó un día a verlos. La emoción me embargó de tal manera que sentado con una pequeñita sillita, con el culo casi a ras de suelo y con las rodillas por debajo de los hombros pegadas a las axilas, me puse a manipular el bonito y llamativo inventillo con las teclas de colorines y un ratón de diseño apto para la mano de un niño.
Con las infraestructuras que hoy tenemos a nuestra disposición gracias a todos los avances tecnológicos y con la flexibilidad que nos ofrecen a cualquier hora de cualquier día o las posibilidades únicamente limitadas por nuestra imaginación, hoy quien no estudia y aprende es sencillamente porque no quiere.

Recuerdos de la escuela.-

Aunque nunca he parado de estudiar y muchísimo menos de aprender, no recuerdo con agrado mi época de estudiante y tal vez por ello, no me gustaría revivirla, pero con la incorporación en nuestros propios domicilios de las computadoras personales, he de reconocer que desde hace doce años, cuando accedí por primera vez a la red de Internet, añoro el no poder vivir mi actividad docente en los tiempos actuales.
El año pasado, al Sr. Conseller de Educación la Generalidad Valenciana D. Alejandro Font de Mora Turón, se le ocurrió regalar unos ordenadores para los colegios de los niños de primaria como los chavales de la escuela de don Miquel Beltrán de Chert y Dª. Araceli Segarra Ferreres, me invitó un día a verlos. La emoción me embargó de tal manera que sentado con una pequeñita sillita, con el culo casi a ras de suelo y con las rodillas por debajo de los hombros pegadas a las axilas, me puse a manipular el bonito y llamativo inventillo con las teclas de colorines y un ratón de diseño apto para la mano de un niño.
Con las infraestructuras que hoy tenemos a nuestra disposición gracias a todos los avances tecnológicos y con la flexibilidad que nos ofrecen a cualquier hora de cualquier día o las posibilidades únicamente limitadas por nuestra imaginación, hoy quien no estudia y aprende es sencillamente porque no quiere.