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Resignacion a la ilegalidad.-

Colaboración de María Asunción Segarra Esbrí.

Leía en La Vanguardia del día 30 de agosto, a mí las noticias siempre me llegan tarde, que los alcaldes de Vendrell y Calafell, se habían reunido con los interlocutores de los vendedores del top-manta para recordarles que el día 1 de septiembre finalizaba el plazo de los acuerdos que habían tenido al principio del verano con el Consellé d’Interior Juan Saura para la ocupación de una zona de tolerancia donde se permitía la venta ilegal.
Desconozco si en el pueblo de Vinaròs hay zona de tolerancia de venta ilegal, pero lo que sí sé es que todos los días, en la playa, cada 5 minutos pasa un vendedor ¿ilegal?, ofreciéndote toda clase de productos de imitación (bolsos, gafas de sol, películas, calzoncillos, collares, pulseras) y te invitan además, a hacerte un peinado afro o incluso un masaje y por las tardes-noches, en el paseo Blasco Ibáñez, se ponen a vender con la manta en el suelo. ¿Habrán llegado los interlocutores de los top-manta de Vinaròs a algún acuerdo legal o ilegal con el Ayuntamiento igual que con esos municipios catalanes?.
¿Y los legales?, al final del paseo Fora Forat todas las tardes de los meses de junio, julio y agosto, montan un mercadillo de artesanía, para el que todos los comerciantes presentan una solicitud al Ayuntamiento a tal efecto, en la que acompañan toda la documentación pertinente (DNI, IAE, Seg. Social, permiso de residencia, permiso de trabajo, tasas, registros, certificados y demás).
Y yo pregunto, si lo legal es legal y lo ilegal es legal, ¿qué más da llegar a un acuerdo legal o ilegal para estar legal si aunque estés ilegal, igual estás legal y tienes todos los derechos de los legales y no cumples ninguna obligación legal?.

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Y seguimos creciendo hacia abajo.-

Si el nivel de paro era elevado el año pasado, este año vamos a tener más de lo mismo y no es precisamente un problema de política económica, sino de falta de resignación en aceptar la realidad actual que no se puede atajar con un plan de inversión municipal para reparar los desperfectos locales por razones de uso y con financiación a base de deuda pública.
Hace algún tiempo nos caía la baba escuchando las lindezas de nuestros gobernantes cuando nos hablaban de como creaban cada día empleo y de repente, como a quien se le ha comido la lengua el gato, siendo los mismos dirigentes políticos, estamos evolucionando a su destrucción y a una velocidad vertiginosa que no va a desacelerarse antes de dos años.
Viendo la dimensión social de esta tragedia, nadie se percata de cual es su lugar en el escenario y si la misión de empresario es conseguir el euro para darlo a los trabajadores, ambos, deben cumplir con diligencia su obligación durante la jornada laboral, el Estado, regular las normas para que exista una muy buena convivencia cívica a todos los niveles y todos, empezar a aprender a distinguir lo superfluo de lo necesario.