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Un billete de diez mil euros.-

Aunque no vea la televisión por no precisar disfrutar del famoso TDT, no lea los periódicos por carecer de tiempo adecuado para ello y no oiga la radio por necesitar prestar mi atención al trabajo que estoy realizando, de vez en cuando me entero de alguna que otra noticia de los más sugerente.
Al parecer, lo de la crisis es un sentimiento generalizado; lo de sentimiento lo digo porque en las sillas de las terrazas de los bares siempre observo personas trabajando en sus quehaceres y porque además, tomando como referente a los santos de lejos por ser más milagrosos, en este caso, a los del otro lado del Atlántico, la solución estadounidense sobre el endeudamiento aceptado, aconsejado o elegido, parece ser de lo más convincente.
Después de mucho pensar y analizar las posibilidades sociales, llego a la conclusión que, para poder mantener el estado del bienestar, lo mejor es fabricar billetes de 10.000 euros y cada mañana al levantarnos, pasar por el Ayuntamiento del pueblo para que a cada vecino se nos regale uno.

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Trabajar y disfrutar en la vida.-

El año pasado Julián Segarra, «El Destilador del Maestrazgo«, estuvo entretenido preparando una botella de brandy SEGARRA que resultó decidir comprarla la Srta. Bibiana para regalársela a su novio el día de su Santo Onomástico. Dª. Bibiana, le entregó a Julián Segarra un dinero en billetes de euros de los de curso legal a cambio de la botella de brandy del Maestrazgo. Julián Segarra, aprovechó para el pago de los Impuestos reglamentarios a las Arcas del Tesoro Público y ¡gol!, ¡goool!.
Por fin acabo de terminar la declaración de I.R.P.F. para el ejercicio 2008 y me congratulo del magnífico «golazo» que le meto este año a la Hacienda Pública gracias al excelentísimo pase de la Srta. Bibiana. Y es que verdaderamente, un fabricante de alegría embotellada, transmite felicidad incluso cuando se trata de pagar los agradables y satisfactorios impuestos.
Ahora ya sabéis por qué algunos personajes que no han aprendido a disfrutar de las buenas sensaciones que se obtienen al deleitarse el paladar con la degustación de una copita de los licores SEGARRA, cuando deben ingresar al Fisco lo que a Derecho corresponde, en lugar de hacerlo con ilusión, ponen cara de vinagre.

EL MAESTRAZGO.-

Reconozco que el nombre es lo suficientemente sugestivo como para que todos quieran arrimar el ascua a su sardina, pero aquí no caben matices, ni voy a andarme por las ramas con medias tintas, las cosas son como son y a quien no le agrade la historia siempre tiene la posibilidad de retroceder las manecillas del reloj y cambiarla.
Las Ordenes Militares nacen con la finalidad de combatir el islamismo por los cristianos en los Santos Lugares y en la Península Ibérica, por tener su propia cruzada durante 800 años, es el único territorio de Europa en el que sus Reyes Cristianos no participan en las Cruzadas a Tierra Santa.
Cuando los Reyes Católicos Dª. Isabel y D. Fernando conquistan Granada, existen en nuestra geografía cuatro grandes Ordenes, la de Santiago, la de Calatava, las de Alcántara y la de Santa María de Montesa. Las tres primeras son absorbidas por la Corona por la innecesidad de su razón de existencia, pero la Orden Militar de Santa María de Montesa, a consecuencia de ser nombrado Papa Alejandro VI y por otro lado constituir un territorio compacto, continúa durante cien años más, hasta tiempos de Felipe II, como territorio autónomo y con el nombre de Maestrazgo.
El Maestrazgo está representado por cinco castillos y constituido por los pueblos del norte de la provincia de Castellón de los cuales Carrascal ha desaparecido pero que no va más allá de Sant Mateu, Cervera del Maestre, Cálig de La Torre, San Jordi, Traiguera, Sant Rafael del Riu, Rosell, Canet lo Roig, La Jana, Chert, Tírig, Albocácer, La Salzadella, Ares del Maestre, Benasal, Villar de Canes, Torre d’Embessora, Culla, Adzaneta, Benafigos, Vistabella del Maestrazgo, Vilanova d’Alcolea, Torre Endoménech, Sarratella, Coves, Alcalá de Chivert, Alcocebre, Santa Magdalena de Pulpis, Peñiscola, Benicarló y Vinaròs.
En la relación indicada, no he citado las posesiones que tenía la Orden Militar de Santa María de Montesa en Valencia-Silla, Moncada, Sueca, Ademuz y de Alicante, concretamente en la comarca del Comptat.