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Un Reino en donde luce poco Sol.-

Aprovechando el tiempo climatológico gracias a que disfrutamos de unos días soleados, me he tomado la libertad de pasearme por el monte para ver el estado de mis platitas que para quien aún no me conozca, le invito a salir de su propia ignorancia y enterarse de algo aunque solo sea virtualmente en la red del Internet.
En el Maestrazgo cada día hay más fincas agrícolas abandonadas por lo que las plantas salvajes crecen por doquier y posiblemente en un tiempo cronológico no muy lejano, para recogerlas solo deberé salir de la destilería y cortarlas de la propia puerta.
Con la venta de los productos derivados de la actividad agrícola los labradores no pueden pagar el precio que cuesta su recolección y de esta suerte, de forma progresiva se abandonan las cosechas y su cultivo, pasando las personas a trabajar en otras actividades económicas de producción industrial y de servicios.
La falta de sapiencia en los nuevos oficios nos ha conducido a lo fácil, cual es el producir mucho a bajo precio pero sin ninguna cualidad y engañando en cada pedido a los inocentes consumidores habrá que empezar a pensar en comer patata porque el pollo se ha acabado y el nivel de despilfarro ya no es posible soportarlo.

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Las setas del Pico de Penyagolosa.-

   En el marco de  las 2ª Jornadas Micológicas de Castellón, programadas para este fin de semana, ayer viernes día 30 de octubre fuimos invitados a una salida al monte de los alrededores del Pico de Penyagolosa para comprobar sobre el propio terreno de forma práctica las distintas clases de setas que crecen en el paraje.

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   En un espléndido día soleado, casi impropio de esta época anual, a la llegada el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa nos repartimos los asistentes formando varios grupos reducidos que, acertadamente guiados por un entendido maestro, íbamos observando y diferenciando las setas que encontrábamos nuestro paso y recolectando las comestibles. A mi me tocó por suerte estar incluido en el Equipo «R» que con un lazo rojo de robellón, fuimos acompañados por la Srta. Dª. María Antonia Agut Monferrer de Adzaneta del Maestrazgo, la mejor profesora que cualquier alumno pueda imaginar tener para aprender en la vida y que con sus amplísimos conocimientos, iba explicando las cualidades de cada uno de los ejemplares encontrados a nuestro paso.

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   De regreso, repusimos fuerzas en el Restaurante Casa Ramón de Adzaneta del Maestrazgo deleitando nuestros paladares con excelentísimos manjares, cual mejor, a base de setas, desde las ensaladas a los postres, para finalizar con una magistral explicación práctica, regalo personal de Dª. María Antonia Agut Monferrer sobre las características de cada tipo de las setas recolectadas.

Estresados hasta los huevos.-

Cuentan que el ratoncito de la ciudad llamado don Ricardo, salió un día soleado por el campo y se encontró con el ratoncito Gasparet, el del Cuento del tord Wenceslas y viendo como recogía almendras y bellotas del monte, entablaron conversación. A la hora de comer, se fueron «al cau» de Gasparet que estaba bien surtido de frutos secos y le invitó a degustar sus exquisiteces. Para don Ricardo todo le parecía poco e insignificante presumiendo que en la despensa de la ciudad habían más y mejores viandas, por lo que le emplazó para que en algún viaje a la ciudad, pasase por la casa dónde él se alimentaba.
Llegado el tiempo de las declaraciones y liquidaciones fiscales, debió el ratoncito Gasparet desplazarse hasta la ciudad a presentar y pagar su contribución, aprovechando para acercarse a visitar a su muy buen amigo el ratoncito don Ricardo que le mostró la gran despensa muy bien surtida de chorizos, quesos y jamones.
De repente, la dueña de la casa, abrió la puerta y entró el gato. Como don Ricardo ya sabía lo que ocurría, fue presto a esconderse, pero al no haber avisado a Gasparet, recibió un susto casi de muerte. Gasparet, se escondió detrás de una caja de botellas de Brandy del Maestrazgo y aguantando la respiración, intentó pasar desapercibido del gato que afortunadamente no pudo atraparlo.
La vida acelerada en las grandes ciudades estresa a cualquiera, en la «capi» están estresadas las personas, están estresados los cabritos, están estresadas las vacas, está estresada la leche, están estresados los cerdos, están estresadas las gallinas y están estresados hasta los huevos.