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La ayuda social del ladron.-

Dice el refranero valenciano que «distiu, tot el mon viu» y debe ser cierto porque cuando las épocas son propicias, todo el mundo se desenvuelve favorablemente, repercutiendo en las economías personales que afortunadamente se incrementan y permiten mantener un nivel de gasto que se traduce en el llamado «estado del bienestar«.
De la misma forma que en los mares revueltos y tempestuosos de ve la destreza de los buenos marineros, también en los tiempos de recesión y crisis se delatan las personas sensatas, aquellas que saben afrontar los duros reveses de la vida y subsistir apretándose el cinturón, o lo que haga falta, para contener el despilfarro dentro de sus posibilidades económicas.
Ayer, en un pueblo perdido del Maestrazgo en el que nunca pasa nada, o que no estamos acostumbrados a que pase algo, fuimos portada en los diarios de máxima tirada y difusión provincial porque sucedieron nueve robos a nueve viviendas y almacenes. Evidentemente es un caso aislado y no tiene importancia porque no le robaron ni al ministro de economía, ni al presidente del gobierno.

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