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Del lapicero largo a la memoria corta.-

   Estamos en una época del año en la que nadie piensa en sillas, ni en escobas, todo el mundo tiene en la mente quesos, turrones, chorizos, cavas, jamones, langostinos, licores, bombones y demás exquisitas viandas, por lo que me llamó la Srta. Dª. Carmen pidiéndome Brandy del Maestrazgo y para explicarme el lugar de la entrega de la mercancía, como no dispongo de teléfono móvil, me pasó las instrucciones vía teléfono fijo.

   Para no olvidar, lo mejor es anotar, porque dicho sea de paso, más vale tener un lapicero largo que una memoria corta y tomando apuntes directamente en mi bloc de notas, en la imagen queda muy bien reflejado el resultado.

lugardeentrega

   Aunque pienso que está claro el lugar de la entrega del licor, por si alguien lo observa, le diré que hay una errata. Esta tarde me he desplazado directamente sin detenerme a preguntar a nadie por el camino y cuando he llegado a destino, no encontraba la puerta de entrada del local, debiendo parar y bajar del coche a consultar. Está en la pared sur del edificio y por no indicarlo en la nota es por lo que no la encontraba.

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Triangulación Venus, La Luna y Júpiter.-

   Los astros celestes, al igual que las personas, interaccionan entre ellos y por formar parte del sistema universal, también con el planeta Tierra que no permanece ajeno, de tal forma que ejercen variaciones capaces de afectar a todos los seres vivos, tanto a los animales como a las plantas, pero la influencia que llegan a tener entre ellos, por estar directamente relacionada con el tamaño de sus masas e inversamente, con el cuadrado de la distancia que les separa, es mínima y de esta suerte, para los terrícolas, solo es prácticamente perceptible las influencias del Sol y de La Luna.

   Ayer tarde desde las 17 h.17 min. GMT pudimos presenciar en un reducido espacio de la bóveda celeste, la visión de los tres astros citados que atraían poderosamente la mirada del observador. Es normal que estos fenómenos fascinen a las personas por no ser cotidianos o por alguna extraña razón que nos mantiene absortos y cuando, las circunstancias son propicias, aparecen regularmente en el firmamento.

   Las alineaciones perfectas ocurren entre un dilatado número de años y para observarlas, se precisa tener la suerte de haber vivido cuando se producen, así y todo, pasan desapercibidas para muchas personas y solo algunas muy estudiosas u otras, por accidente, pueden disfrutar del privilegio de contemplarlas.