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EL MAESTRAZGO.-

Reconozco que el nombre es lo suficientemente sugestivo como para que todos quieran arrimar el ascua a su sardina, pero aquí no caben matices, ni voy a andarme por las ramas con medias tintas, las cosas son como son y a quien no le agrade la historia siempre tiene la posibilidad de retroceder las manecillas del reloj y cambiarla.
Las Ordenes Militares nacen con la finalidad de combatir el islamismo por los cristianos en los Santos Lugares y en la Península Ibérica, por tener su propia cruzada durante 800 años, es el único territorio de Europa en el que sus Reyes Cristianos no participan en las Cruzadas a Tierra Santa.
Cuando los Reyes Católicos Dª. Isabel y D. Fernando conquistan Granada, existen en nuestra geografía cuatro grandes Ordenes, la de Santiago, la de Calatava, las de Alcántara y la de Santa María de Montesa. Las tres primeras son absorbidas por la Corona por la innecesidad de su razón de existencia, pero la Orden Militar de Santa María de Montesa, a consecuencia de ser nombrado Papa Alejandro VI y por otro lado constituir un territorio compacto, continúa durante cien años más, hasta tiempos de Felipe II, como territorio autónomo y con el nombre de Maestrazgo.
El Maestrazgo está representado por cinco castillos y constituido por los pueblos del norte de la provincia de Castellón de los cuales Carrascal ha desaparecido pero que no va más allá de Sant Mateu, Cervera del Maestre, Cálig de La Torre, San Jordi, Traiguera, Sant Rafael del Riu, Rosell, Canet lo Roig, La Jana, Chert, Tírig, Albocácer, La Salzadella, Ares del Maestre, Benasal, Villar de Canes, Torre d’Embessora, Culla, Adzaneta, Benafigos, Vistabella del Maestrazgo, Vilanova d’Alcolea, Torre Endoménech, Sarratella, Coves, Alcalá de Chivert, Alcocebre, Santa Magdalena de Pulpis, Peñiscola, Benicarló y Vinaròs.
En la relación indicada, no he citado las posesiones que tenía la Orden Militar de Santa María de Montesa en Valencia-Silla, Moncada, Sueca, Ademuz y de Alicante, concretamente en la comarca del Comptat.

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El millon de euros.-

Con este dinero se puede comprar un pack que incluye todo lo que el vendedor esté dispuesto a ofrecer, mientras espera a que alguien pique en el anzuelo y lo compre.
Desde luego, con la exposición de motivos del titular periodístico que acabo de hacer, espanto a todos los peces y no encontraré en el mundo, a nadie dispuesto a regalarme la susodicha cantidad monetaria, de ahí la necesidad del marketing que hace más viable la posibilidad de venta de un producto que por si mismo no tiene ningún valor comercial.
Un artículo que se publicita tener la particularidad de combinar sabores de coco, vainilla y chocolate, es un licor y no un brandy. El brandy es cuestión de solera, el brandy que tiene solera, la tiene y el brandy que no la tiene, no la tiene y aquí no caben medias tintas.
Ya se que muchos lectores se preguntarán, ¿qué es eso de la solera?, pero este fabricante de brandy de pueblo, ¿de qué habla?.
Es público y notorio el seguimiento que se me hace a mis artículos epistolares, de los que los publicistas, aprovechan sus contenidos para intentar vender los licores de la competencia, desconociendo que los licores elaborados en la Destilería de Julián Segarra de Chert no tiene competencia en cualidades, aunque reconozco que se puede fabricar en lugar de destilar, con un resultado más barato y sin el nombre SEGARRA, pudiendo competir en el precio pero mis Clientes Consumidores, saben que cuando compran mis elaborados pagan el justo precio del exquisito licor contenido de los envases y no las florituras del envase, del embalaje o del pack.
Las botellas de licor que llevan adherida una etiqueta rotulada con la marca SEGARRA no precisan certificado de autenticidad porque el número de serie de la precinta fiscal, así lo acredita suficientemente.

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El precio de las cosas.-

Quienes pertenecemos al mundo del comercio de verdad por llevar algún tiempo dentro del mismo y vivirlo en la sangre que corre por nuestras venas, sabemos que el valor de los productos que comercializamos está en función de sus cualidades, otra cosa muy diferente es, cuando se pretende ser comerciante aventurero o de paso y se haya montado el establecimiento como actividad económica para obtener rápidamente ingresos sustanciosos y lucrarse fácilmente con la intención de vivir al margen del trabajo comercial.
Estos días he realizado una impresión del cuento Sayyid Jacmet porque al precio que compro la tinta, las tiradas no superan la docena de ejemplares y de nuevo he tenido que cambiar el cartucho de tinta. He estado mirando el embalaje por todos los lados incluso leyendo la letra pequeña escrita en idioma extranjero y me he encontrado con la sorprendente sorpresa sorpresiva de que el cartucho que me vendieron por 20 euros contiene 11 ml. de tinta ya que el cartucho que costaba 11 euros, solo contenía 5 ml.
Supongo que la tinta de impresión la deben fabricar con materiales traídos directamente de La Luna o excavados en La Tierra con una azada porque al precio que la venden, es más valiosa que el Brandy GRAN MAESTRE que ha costado 87 años en envejecerlo. Ahora entiendo el por qué los italianos hablaban del brandy più caro del mondo cuando se referían al Brandy GRAN MAESTRE, no era caro de precio, sino caro de deseado.

El precio de las cosas.-

Quienes pertenecemos al mundo del comercio de verdad por llevar algún tiempo dentro del mismo y vivirlo en la sangre que corre por nuestras venas, sabemos que el valor de los productos que comercializamos está en función de sus cualidades, otra cosa muy diferente es, cuando se pretende ser comerciante aventurero o de paso y se haya montado el establecimiento como actividad económica para obtener rápidamente ingresos sustanciosos y lucrarse fácilmente con la intención de vivir al margen del trabajo comercial.
Estos días he realizado una impresión del cuento Sayyid Jacmet porque al precio que compro la tinta, las tiradas no superan la docena de ejemplares y de nuevo he tenido que cambiar el cartucho de tinta. He estado mirando el embalaje por todos los lados incluso leyendo la letra pequeña escrita en idioma extranjero y me he encontrado con la sorprendente sorpresa sorpresiva de que el cartucho que me vendieron por 20 euros contiene 11 ml. de tinta ya que el cartucho que costaba 11 euros, solo contenía 5 ml.
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