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El millon de euros.-

Con este dinero se puede comprar un pack que incluye todo lo que el vendedor esté dispuesto a ofrecer, mientras espera a que alguien pique en el anzuelo y lo compre.
Desde luego, con la exposición de motivos del titular periodístico que acabo de hacer, espanto a todos los peces y no encontraré en el mundo, a nadie dispuesto a regalarme la susodicha cantidad monetaria, de ahí la necesidad del marketing que hace más viable la posibilidad de venta de un producto que por si mismo no tiene ningún valor comercial.
Un artículo que se publicita tener la particularidad de combinar sabores de coco, vainilla y chocolate, es un licor y no un brandy. El brandy es cuestión de solera, el brandy que tiene solera, la tiene y el brandy que no la tiene, no la tiene y aquí no caben medias tintas.
Ya se que muchos lectores se preguntarán, ¿qué es eso de la solera?, pero este fabricante de brandy de pueblo, ¿de qué habla?.
Es público y notorio el seguimiento que se me hace a mis artículos epistolares, de los que los publicistas, aprovechan sus contenidos para intentar vender los licores de la competencia, desconociendo que los licores elaborados en la Destilería de Julián Segarra de Chert no tiene competencia en cualidades, aunque reconozco que se puede fabricar en lugar de destilar, con un resultado más barato y sin el nombre SEGARRA, pudiendo competir en el precio pero mis Clientes Consumidores, saben que cuando compran mis elaborados pagan el justo precio del exquisito licor contenido de los envases y no las florituras del envase, del embalaje o del pack.
Las botellas de licor que llevan adherida una etiqueta rotulada con la marca SEGARRA no precisan certificado de autenticidad porque el número de serie de la precinta fiscal, así lo acredita suficientemente.

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El millon de euros.-

Con este dinero se puede comprar un pack que incluye todo lo que el vendedor esté dispuesto a ofrecer, mientras espera a que alguien pique en el anzuelo y lo compre.
Desde luego, con la exposición de motivos del titular periodístico que acabo de hacer, espanto a todos los peces y no encontraré en el mundo, a nadie dispuesto a regalarme la susodicha cantidad monetaria, de ahí la necesidad del marketing que hace más viable la posibilidad de venta de un producto que por si mismo no tiene ningún valor comercial.
Un artículo que se publicita tener la particularidad de combinar sabores de coco, vainilla y chocolate, es un licor y no un brandy. El brandy es cuestión de solera, el brandy que tiene solera, la tiene y el brandy que no la tiene, no la tiene y aquí no caben medias tintas.
Ya se que muchos lectores se preguntarán, ¿qué es eso de la solera?, pero este fabricante de brandy de pueblo, ¿de qué habla?.
Es público y notorio el seguimiento que se me hace a mis artículos epistolares, de los que los publicistas, aprovechan sus contenidos para intentar vender los licores de la competencia, desconociendo que los licores elaborados en la Destilería de Julián Segarra de Chert no tiene competencia en cualidades, aunque reconozco que se puede fabricar en lugar de destilar, con un resultado más barato y sin el nombre SEGARRA, pudiendo competir en el precio pero mis Clientes Consumidores, saben que cuando compran mis elaborados pagan el justo precio del exquisito licor contenido de los envases y no las florituras del envase, del embalaje o del pack.
Las botellas de licor que llevan adherida una etiqueta rotulada con la marca SEGARRA no precisan certificado de autenticidad porque el número de serie de la precinta fiscal, así lo acredita suficientemente.

El oficio de destilador.-

Aplicando la regla del redondeo, durante algunos más de los últimos ciento cincuenta años en mi familia alguien se ha dedicado entre otras actividades al oficio de destilador de alcoholes naturales para su obtención y uso en la fabricación de los aguardientes y con la aparición del impuesto sobre la renta del alcohol hace más de cien años, también a la elaboración de las bebidas derivadas de los alcoholes naturales conocidas genéricamente con el nombre de licores y como en todas la etapas de la vida, la evolución ha sido constante pero, no para mejorar la técnica de la destilación que no es mejorable y quien afirme lo contrario, engaña, sino para adaptar la técnica de la destilación a las cambiantes ordenanzas reguladoras y como afortunadamente hoy casi se ha perdido, quedándose reducida a la separación de los componentes derivados del petróleo, el oficio de destilador como tal, también ha desaparecido.
Hace algún tiempo leía en el BOE la creación de reglamentaciones nuevas para regular oficios modernos que algunas personas realizan sin ningún tipo de preparación profesional y se me ocurrió que podría poner al Departamento de Cultura y Educación de la Generalidad Valenciana en funcionamiento para comprobar qué inventaban para el oficio de mi familia.
Me consta que en la única ciencia docente donde se cita el proceso de la destilación, es en el segundo ciclo de las enseñanzas que imparte el Departamento de Ciencias Químicas de la Universidad en la rama de Química Técnica pero como esta instrucción no tiene salida comercial, las lecciones son más bien teóricas, no obstante, como también estoy reconocido fiscalmente como profesor de formación y perfeccionamiento profesional, el día que por ley se me exija una acreditación de destilador titulado, para tranquilidad de los Consumidores de mis elaborados, deberé examinarme a mi mismo y expedirme la licencia, garantizando la elaboración de los licores destilados de las plantas naturales en el pueblo de Chert mientras viva mi padre Julián Segarra Ortí.

El oficio de destilador.-

Aplicando la regla del redondeo, durante algunos más de los últimos ciento cincuenta años en mi familia alguien se ha dedicado entre otras actividades al oficio de destilador de alcoholes naturales para su obtención y uso en la fabricación de los aguardientes y con la aparición del impuesto sobre la renta del alcohol hace más de cien años, también a la elaboración de las bebidas derivadas de los alcoholes naturales conocidas genéricamente con el nombre de licores y como en todas la etapas de la vida, la evolución ha sido constante pero, no para mejorar la técnica de la destilación que no es mejorable y quien afirme lo contrario, engaña, sino para adaptar la técnica de la destilación a las cambiantes ordenanzas reguladoras y como afortunadamente hoy casi se ha perdido, quedándose reducida a la separación de los componentes derivados del petróleo, el oficio de destilador como tal, también ha desaparecido.
Hace algún tiempo leía en el BOE la creación de reglamentaciones nuevas para regular oficios modernos que algunas personas realizan sin ningún tipo de preparación profesional y se me ocurrió que podría poner al Departamento de Cultura y Educación de la Generalidad Valenciana en funcionamiento para comprobar qué inventaban para el oficio de mi familia.
Me consta que en la única ciencia docente donde se cita el proceso de la destilación, es en el segundo ciclo de las enseñanzas que imparte el Departamento de Ciencias Químicas de la Universidad en la rama de Química Técnica pero como esta instrucción no tiene salida comercial, las lecciones son más bien teóricas, no obstante, como también estoy reconocido fiscalmente como profesor de formación y perfeccionamiento profesional, el día que por ley se me exija una acreditación de destilador titulado, para tranquilidad de los Consumidores de mis elaborados, deberé examinarme a mi mismo y expedirme la licencia, garantizando la elaboración de los licores destilados de las plantas naturales en el pueblo de Chert mientras viva mi padre Julián Segarra Ortí.