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Imposible abrir un sitio web.-

El pasado día de La Virgen del Carmen, intenté abrir el sitio web http://www.chert.org/ para colgar información en la red del Internet y la respuesta fue de rechazo por no encontrar el elemento solicitado. No era la primera vez que me ocurría y puse en funcionamiento alguna idea cristalina para intentar conseguir alojar la documentación ante la persistente negativa.
Abandonado momentáneamente el empeño, repetitivamente a diario he probado para tantear el lugar web con el mismo resultado. Estamos en plena temporada veraniega con mucha actividad cultural para la fresca de este caluroso verano en el pueblo de Chert y preciso colgar información internáutica de lo que se organiza y muestra con mucho esfuerzo y voluntad, como la exposición que presentará don Xavier Poblet Buil sobre Xert en el diario La Vanguardia durante el siglo XX.
Cuando has programando la página para elevar el contenido al espacio web http://www.chert.org/ y ves como el computador y el servidor no te dejan hacerlo, debes poner en marcha alguna que otra ocurrencia. Ayer, la Associació Cultural La Font de l’Albi me enviaba más documentación y finalmente, he tomado la decisión de alojar temporalmente en un blog para su debida constancia lo que definitivamente irá ubicado en la web cuando me dejen.

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La patrona de los internautas.-

Durante muchos años la única forma de navegar fue en barca a través del mar y se le concedieron los honores de ser patrona a la Santísima Virgen del Carmen de la que hoy celebramos su festividad. Con el paso del tiempo nació otra forma de navegar, en este caso por el aire y los aviadores eligieron por patrona a la Santísima Virgen del Loreto con clara diferenciación entre los medios de desplazamiento. Los astronautas, por ser un colectivo muy reducido, ni tan solo se han interesado en buscar patrona, pero ahora, con las nuevas tecnologías, muchas personas podemos navegar por la red, aunque hay quien confunde el programar y elevar la información al sistema de Internet, con el permanecer tras la mata chupándola por todo el morro.
Algún ocurrente de facilona ocurrencia, eligió como patrona de los informáticos a la Santísima Virgen de La Tecla y pienso que, Santa Tecla, muy bien puede ser la patrona del webmaster programador pero, observando que para navegar por la red del Internet solo usamos genéricamente la tecla izquierda del ratón del ordenador, no podemos extrapolar el patronazgo para quien apenas usa el teclado.
Por el momento y mientras no haya quien proponga una santa patrona más acorde con la realidad social, es difícil mantener de forma genérica a la Santísima Virgen del Carmen como patrona o concederle el privilegio a la Santísima Virgen de La Tecla, aunque los internautas, muy bien podrían elegir tener un patrón en lugar de patrona.

La Santisima Virgen del Pilar.-

En la calle donde vivo, había en medio del paseo de la Independencia una fuente redonda de granito artificial con un pilar central y dos caños laterales por los que manaba el agua. Encima del pilar, una bola con una farola, presidía la estampa. Mi padre, Julián Segarra Ortí, regularmente se desplazaba hasta Zaragoza con su camioneta y remolque a proveerse de azúcar en la CIA (Compañía de Industrias Agrícolas) para elaborar los licores del Maestrazgo en su destilería de Chert y un buen día de vacaciones, me llevó con él a Zaragoza.
Debido a que circulaba con remolque y cuando iba cargado, el puerto de Torre Miró se hacía eterno, si bien a la ida fuimos por Alcañiz, a la vuelta lo hicimos por Calanda, Mas de Las Matas y Aguaviva pudiendo conocer la fuente de los 72 caños y la estanca en Alcañiz, las ruinas del antiguo poblado en Azaila, el valle de los Monegros y la llegada a Zaragoza, de la que hablaré mañana.
Acerándonos a visitar a la Santísima Virgen del Pilar, me caí de culo, estaba megagigasuperilusionado con La Pilarica y esperando verla encima de una fuente como la de mi pueblo, de repente, el mundo se me viene encima. Aquello era más grande que la catedral de Tarragona que era lo más grande que había visto en mi vida, aquello era enorme, inmenso, a los ojos de un niño que aún no había tomado la comunión y venía de un pueblo del Maestrazgo a verla (mientras escribo el corazón se me ha acelerado y estoy lloroso). Visitamos su altar y encina de un pilarcito del tamaño como un mojoncito de mármol jaspeado muy pulido y brillante (así lo recuerdo), aparecía ante mis ojos una pequeñita Virgen (con todos los respetos) como la Virgen de Vallivana. Al lado, en un lugar ovalado y preparado al efecto, los fieles devotos dábamos un beso. ¡Una experiencia inolvidable!. La Santísima Virgen del Pilar estaba en una catedral.

A pasar el rato.-

Son las 13:30 hora oficial del domingo día de la Virgen del Pilar, «Reina y Señora de la Hispanidad» y como no tenemos ninguna visita que atender, decidimos sentarnos a la mesa para comer. Nos hemos comido la ensalada y empezado el primer plato cuando, de repente, se abre la puerta de la calle y comprendemos que alguien viene a vernos.
Me levanto de la mesa y me acerco para atenderles con una sonrisa de oreja a oreja. Se trata de una pareja de mediana edad, de la que la mujer permanece en la calle mojándose porque llueve mientras el hombre está en la entrada.
Yo.- ¡Hola buenos días!. Pase, pase, no guarde cumplidos que se va ud. a mojar. ¿En qué puedo atenderles? y el hombre responde con una pregunta.
El.- ¿Se puede visitar?.
Yo.- ¿Visitar por comprar o visitar por pasar el rato?.
El.- Responde, por pasar el rato.
Yo.- Les explico, que ahora estoy pasando el rato comiendo y les pregunto. ¿Pueden udes. volver a venir a pasar el rato otro rato?.
El.- De acuerdo, ¡volveremos otro rato!, responde el hombre y despidiéndose, se van.
Al entrar y sentarme para reanudar la comida, mi padre me pregunta y le explico. Entonces él comenta: ¿Qué a esta hora no tienen que hacer la comida o comen de bocadillo?.
Yo.- Supongo irán al restaurante a pasar el rato.
En esta vida, no hay nada como ser claros y llamar a las cosas por su nombre, sin ambigüedades, porque puedo entender que una persona de viaje, coincida su paso por Chert con la hora de comer y en mi caso, le atiendo sin problemas aunque deba levantarme de la mesa interrumpiendo mi comida pero, el domingo al mediodía a la hora de comer, ¿se bebe ir a visitar una destilería por pasar el rato?.
La destilería de Julián Segarra de Chert, es un lugar de trabajo en el que se atiende cortés y cordialmente a todas las vistas pero no dónde el ocioso, el que no tiene nada que hacer, deba ir a que le entretengan a la hora de comer o de dormir del destilador, a estas horas, el visitante dominguero, debería pensar en ir a otra parte recordando que mi tiempo es tan valioso como el suyo.

A pasar el rato.-

Son las 13:30 hora oficial del domingo día de la Virgen del Pilar, «Reina y Señora de la Hispanidad» y como no tenemos ninguna visita que atender, decidimos sentarnos a la mesa para comer. Nos hemos comido la ensalada y empezado el primer plato cuando, de repente, se abre la puerta de la calle y comprendemos que alguien viene a vernos.
Me levanto de la mesa y me acerco para atenderles con una sonrisa de oreja a oreja. Se trata de una pareja de mediana edad, de la que la mujer permanece en la calle mojándose porque llueve mientras el hombre está en la entrada.
Yo.- ¡Hola buenos días!. Pase, pase, no guarde cumplidos que se va ud. a mojar. ¿En qué puedo atenderles? y el hombre responde con una pregunta.
El.- ¿Se puede visitar?.
Yo.- ¿Visitar por comprar o visitar por pasar el rato?.
El.- Responde, por pasar el rato.
Yo.- Les explico, que ahora estoy pasando el rato comiendo y les pregunto. ¿Pueden udes. volver a venir a pasar el rato otro rato?.
El.- De acuerdo, ¡volveremos otro rato!, responde el hombre y despidiéndose, se van.
Al entrar y sentarme para reanudar la comida, mi padre me pregunta y le explico. Entonces él comenta: ¿Qué a esta hora no tienen que hacer la comida o comen de bocadillo?.
Yo.- Supongo irán al restaurante a pasar el rato.
En esta vida, no hay nada como ser claros y llamar a las cosas por su nombre, sin ambigüedades, porque puedo entender que una persona de viaje, coincida su paso por Chert con la hora de comer y en mi caso, le atiendo sin problemas aunque deba levantarme de la mesa interrumpiendo mi comida pero, el domingo al mediodía a la hora de comer, ¿se bebe ir a visitar una destilería por pasar el rato?.
La destilería de Julián Segarra de Chert, es un lugar de trabajo en el que se atiende cortés y cordialmente a todas las vistas pero no dónde el ocioso, el que no tiene nada que hacer, deba ir a que le entretengan a la hora de comer o de dormir del destilador, a estas horas, el visitante dominguero, debería pensar en ir a otra parte recordando que mi tiempo es tan valioso como el suyo.