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La solidaridad del hipocrita.-

Cuando era pequeño, cerca de la casa donde vivo, vivía Juan Francisco y como nuestras abuelas tenían mucha afición a hacer puntilla e intercambiaban asiduamente inquietudes, motivó nuestra amistad. Juan Francisco tenía muchos juguetes que por cierto, todos eran míos y yo, cuatro tebeos estropeados que también eran míos.
Desde hace unos años se nos cae la baba pronunciando la palabra solidaridad hasta el nivel de autoconvencernos de lo muy solidarios que somos, llegando a pensar ser muchísimo más solidarios que el resto de las personas de nuestro entorno y especialmente, cuando estamos en público y precisamos cacarear nuestras virtudes.
Esta semana pasada intenté acceder con mi ordenador portátil a la red de Internet para consultar mi correo electrónico y le pedí al inventillo que me buscase las conexiones más próximas, de tal suerte que pillé ocho líneas de acceso, por cierto, todas cerradas con candado, para que nadie se las llevase a su casa. Ahora entiendo lo insolidario que se puede llegar a ser ofreciendo una conexión wifi del tipo http://www.ruralwifi.net/.

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La ilustre hipocresia del necio.-

Me he levantado esta mañana soñando que aún no he nacido, tengo toda la vida por delante para aprender y por ser un zoquete pueblerino, debo oír las estúpidas palabras de algún capitalino que, por haber asistido una vez a clase, suponen saber muchísimo más que los juiciosos.
Mirando a los niños del patio de las escuelas del pueblo donde vivo, observo que ora juegan a pelota, ora a saltar la tapia, por lo que entiendo que sus entretenimientos son cíclicos y de ahí su comportamiento humano en la vida, hasta el extremo de que, cuando una cosa está de moda, hasta el peor de los vicios se convierte en virtud.
Un cliente del cercano Delta del Ebro ahora residente en Barcelona, me ha preguntado por la ginebra segarra y se mostraba muy interesado porque las Ginebras de peor calidad incorporan a su elegante aroma y su sensual paladar unos rimbombantes llamados ingredientes botánicos de selectas hierbas y plantas aromáticas de pino, raíz de violeta, almendra dulce y amarga, flor de angélica, cardamomo, regaliz, ajedrea, anís, raíz de lirio, mandarina, casia, chufa, naranja dulce, corteza de limón, flor de vid, coriandro, piel de naranja, mentol, hinojo, nuez moscada, azafrán, naranja amarga, azahar, pimienta, canela, …
Corta el rollo de las especias ¡Jaume!, ¿hablamos de ginebra o de morcillas?.

El vicio de las virtudes.-

A principios del mes pasado, este blog dejó de ser operativo. Cuando colocaba las etiquetas, me decía que no era posible por haber superado el máximo permitido y como desde el primer día solo me admite un determinado número de caracteres que limita la cantidad de etiquetas, estaba dispuesto a abandonarlo y me pasé a http://juliansegarra.blogspot.com/ que apenas utilizo.
Accidentalmente hace un par de días coloqué por error un artículo y cual mi sorpresa fue admitido. Por suerte, me percaté de mi equivocación de blog y ante la extrañeza de su permisibilidad, he decidido que voy a continuar escribiendo en él para disfrute del lector por tener la posibilidad de comentar mis ocurrencias.
Y es que bajo mi criterio, me satisface su buena consideración en la red del Internet y ahora que he conseguido gratuitamente lo que todo el mundo está dispuesto a pagar por tenerlo, es una lástima que defraude a los asiduos lectores; aunque reconozco que me agrada más la programación del hipertexto de las páginas web porque no entiendo nada.

El viajar justo o con poco dinero.-

También es un forma de viajar. Hoy está de moda y cuando algo está de moda, aún siendo el peor de los vicios, se convierte en la mejor de las virtudes. El presumir de haber ido a ver las cosas más exóticas de los lugares más lejanos y lo barato que compramos cualquier tontería inservible de recuerdo acreditativo del viaje, se ha convertido en un sentimiento colectivo que hasta en la televisión se utiliza como campaña publicitaria.
Claro que hubiéramos podido ir a comer al restaurante del pueblo o de la calle en donde vivimos, pero eso no tendría gracia, como no la tiene si para degustar el café no utilizásemos el coche y nos desplazáramos bien lejos, porque como nuestro vecino o amigo también puede acercarse al bar como nosotros, ya no es posible el vanagloriarnos.
Ahora que el turismo rural está de moda, es curioso observar en los pueblos, a grupos de personas deambulando por las calles, porque el andar es gratis y su reducida disponibilidad económica, no les permite satisfacer más gastos que los imprescindibles de la gasolina para su vehículo y el alojamiento, es para no dormir debajo del puente.

La aficion por los regalos.-

Cuando llevas algún tiempo en el ejercicio de una actividad económica, te encuentras ante muchas situaciones inexplicables frente a caradura ciudadano forastero que imagina, por el hecho de ser fabricante de un producto y vivir en un pueblo del Maestrazgo perdido entre las montañas, desconoces a los consumidores de tus elaborados y por ser ellos los más sinvergüenzas, tu tienes la obligación de regalarles el fruto de tu trabajo.
Se dice que al lado de la virtud de pedir, nace el vicio de no dar y esta máxima debería grabarse en la mente de algún picaruelo que con la excusa de la publicidad, pretende obtener regalos inmerecidos solo por el hecho de ser el más osado en solicitarlos.
Tengo un largo repertorio de incautos peticionarios y cuando se acerca algún novatilla con el pretexto de ser atendido y agasajado por el hecho de ser un currante que va de vacaciones, aficionado a la actual moda del puente o de ocio durante el fin de semana, le apunto en la lista y cuando le toque el turno del regalo, ya lo recibirá directamente o se lo llevaré yo personalmente.

La aficion por los regalos.-

Cuando llevas algún tiempo en el ejercicio de una actividad económica, te encuentras ante muchas situaciones inexplicables frente a caradura ciudadano forastero que imagina, por el hecho de ser fabricante de un producto y vivir en un pueblo del Maestrazgo perdido entre las montañas, desconoces a los consumidores de tus elaborados y por ser ellos los más sinvergüenzas, tu tienes la obligación de regalarles el fruto de tu trabajo.
Se dice que al lado de la virtud de pedir, nace el vicio de no dar y esta máxima debería grabarse en la mente de algún picaruelo que con la excusa de la publicidad, pretende obtener regalos inmerecidos solo por el hecho de ser el más osado en solicitarlos.
Tengo un largo repertorio de incautos peticionarios y cuando se acerca algún novatilla con el pretexto de ser atendido y agasajado por el hecho de ser un currante que va de vacaciones, aficionado a la actual moda del puente o de ocio durante el fin de semana, le apunto en la lista y cuando le toque el turno del regalo, ya lo recibirá directamente o se lo llevaré yo personalmente.

Del usar y tirar.-

Cuando nos acercamos a un establecimiento comercial para adquirir un determinado producto, generalmente se nos atiende con una sonrisa en los labios para convencernos de sus cualidades y virtudes, cuando el ignorante vendedor, no sabe que no es él el que vende porque en realidad somos nosotros los que compramos y de esta suerte, nos vamos contentos con la nueva adquisición y el vendedor queda satisfecho de la repercusión adinerada por la operación económica.
A partir de ahora, hemos de cuidar muy mucho que lo comprado no se nos estropee porque, por si no lo sabemos, en el caso de que eso ocurra, nos percatamos de la imposibilidad de su reparación.
Si tenemos la desgracia de sufrir una contingencia y acudimos al establecimiento vendedor para solventarla, siempre ocurre que nuestro aparato ya no se fabrica, no existen piezas de repuesto, el fabricante ha cerrado el establecimiento y en definitiva, mejor hacernos la idea que deberíamos comprar otro nuevo tirando el usado al basurero.
Dependerá de nuestra cabezonería o de nuestros conocimientos adquiridos con esfuerzo durante los años de estudio en la escuela, aprendiendo las lecciones de nuestros Maestros y su aplicación práctica en el difícil caminar de la vida, para poder superar las dificultades que se nos han presentado y encontrar la solución de forma tan fácil y sencilla como los problemas de cuando estudiábamos.

Del usar y tirar.-

Cuando nos acercamos a un establecimiento comercial para adquirir un determinado producto, generalmente se nos atiende con una sonrisa en los labios para convencernos de sus cualidades y virtudes, cuando el ignorante vendedor, no sabe que no es él el que vende porque en realidad somos nosotros los que compramos y de esta suerte, nos vamos contentos con la nueva adquisición y el vendedor queda satisfecho de la repercusión adinerada por la operación económica.
A partir de ahora, hemos de cuidar muy mucho que lo comprado no se nos estropee porque, por si no lo sabemos, en el caso de que eso ocurra, nos percatamos de la imposibilidad de su reparación.
Si tenemos la desgracia de sufrir una contingencia y acudimos al establecimiento vendedor para solventarla, siempre ocurre que nuestro aparato ya no se fabrica, no existen piezas de repuesto, el fabricante ha cerrado el establecimiento y en definitiva, mejor hacernos la idea que deberíamos comprar otro nuevo tirando el usado al basurero.
Dependerá de nuestra cabezonería o de nuestros conocimientos adquiridos con esfuerzo durante los años de estudio en la escuela, aprendiendo las lecciones de nuestros Maestros y su aplicación práctica en el difícil caminar de la vida, para poder superar las dificultades que se nos han presentado y encontrar la solución de forma tan fácil y sencilla como los problemas de cuando estudiábamos.

El licor destilado.-

La destilación del alcohol es un práctica que lleva ejerciéndose más de 10 siglos desde los alquimistas árabes, de hecho, el aparato destilador es conocido como alambique o su variante alquitara, utilizándose el destilado alcohólico para fines medicinales y de su uso en la preparación de medicinas con sus propiedades, virtudes o remedios, se extenderá también al deleite de los sutiles paladares más delicados, naciendo las bebidas derivadas de los alcoholes con el nombre de licores.
En occidente, a los primeros destilados les llamaron aguardientes y al ser el vino un transformado agrícola abundante y las cepas, plantas de fácil enrizamiento, crecimiento y cultivo en nuestra favorable climatología, es el alcohol destilado de vino el más utilizado y aunque en oriente medio y especialmente en la desembocadura del río Nilo, los cañaverales de azúcar crecían frondosos y propiciaban la obtención de alcoholes de caña, en Europa, se conoció la técnica de la destilación después de la invasión napoleónica española y la falta de vino como materia prima, puso en actividad la imaginación en búsqueda de alcoholes en los cereales.
La incorporación en los mercados alimenticios de los productos sintéticos de laboratorio, ha desplazado el proceso de la destilación y el oficio de destilador que con su pericia de excelente y cuidadoso maestro, consigue obtener idénticos resultados aunque varíe la anualidad de la recolección, propiciando que el antiguo oficio se pierda y quede relegado a solo unos pocos amantes de la elaboración de los licores naturales.
Los licores elaborados por destilación de alguna planta, flor, baya, fruto o semilla, se convierten en apreciados verdaderos broches de oro al finalizar las comidas que se precien y sus anfitriones, experimentan el placer de agasajar a sus distinguidos invitados con verdaderas delicias o auténticas obras de arte.

El licor destilado.-

La destilación del alcohol es un práctica que lleva ejerciéndose más de 10 siglos desde los alquimistas árabes, de hecho, el aparato destilador es conocido como alambique o su variante alquitara, utilizándose el destilado alcohólico para fines medicinales y de su uso en la preparación de medicinas con sus propiedades, virtudes o remedios, se extenderá también al deleite de los sutiles paladares más delicados, naciendo las bebidas derivadas de los alcoholes con el nombre de licores.
En occidente, a los primeros destilados les llamaron aguardientes y al ser el vino un transformado agrícola abundante y las cepas, plantas de fácil enrizamiento, crecimiento y cultivo en nuestra favorable climatología, es el alcohol destilado de vino el más utilizado y aunque en oriente medio y especialmente en la desembocadura del río Nilo, los cañaverales de azúcar crecían frondosos y propiciaban la obtención de alcoholes de caña, en Europa, se conoció la técnica de la destilación después de la invasión napoleónica española y la falta de vino como materia prima, puso en actividad la imaginación en búsqueda de alcoholes en los cereales.
La incorporación en los mercados alimenticios de los productos sintéticos de laboratorio, ha desplazado el proceso de la destilación y el oficio de destilador que con su pericia de excelente y cuidadoso maestro, consigue obtener idénticos resultados aunque varíe la anualidad de la recolección, propiciando que el antiguo oficio se pierda y quede relegado a solo unos pocos amantes de la elaboración de los licores naturales.
Los licores elaborados por destilación de alguna planta, flor, baya, fruto o semilla, se convierten en apreciados verdaderos broches de oro al finalizar las comidas que se precien y sus anfitriones, experimentan el placer de agasajar a sus distinguidos invitados con verdaderas delicias o auténticas obras de arte.