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La fotografia nocturna.-

   Siempre es un problema de difícil, por no reconocer de imposible solución, el pretender impregnar un cliché fotográfico sin luz porque es inherente al mismo la necesidad de su existencia pero para conseguir algo aceptable necesitamos inmovilizar una cámara que permita ajustar el tiempo de exposición mas si está completamente oscuro, olvidémonos de intentarlo por insuficiencia de luz.

   Cuando disponemos de una cámara comprada en la tienda, tanto si es analógica como si es una cámara digital, siempre tendremos problemas y obtendremos fotografías verdosas o amarillentas aunque se pueden obtener aceptables resultados durante la llamada “hora azul” porque hay luz casi suficiente, no obstante, si tenemos un deshecho por cámara, incluso sin diafragma pero los conocimientos básicos del funcionamiento fotográfico, con un cajón soporte de la película te diviertes de lo lindo.

   Este es el resultado durante el tiempo del eclipse total del día 15 de junio de 2011 en un intento por obtener impresión fotográfica con luz cósmica.

«Lo Lleó del Maestrat«.

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Triangulación Venus, La Luna y Júpiter.-

   Los astros celestes, al igual que las personas, interaccionan entre ellos y por formar parte del sistema universal, también con el planeta Tierra que no permanece ajeno, de tal forma que ejercen variaciones capaces de afectar a todos los seres vivos, tanto a los animales como a las plantas, pero la influencia que llegan a tener entre ellos, por estar directamente relacionada con el tamaño de sus masas e inversamente, con el cuadrado de la distancia que les separa, es mínima y de esta suerte, para los terrícolas, solo es prácticamente perceptible las influencias del Sol y de La Luna.

   Ayer tarde desde las 17 h.17 min. GMT pudimos presenciar en un reducido espacio de la bóveda celeste, la visión de los tres astros citados que atraían poderosamente la mirada del observador. Es normal que estos fenómenos fascinen a las personas por no ser cotidianos o por alguna extraña razón que nos mantiene absortos y cuando, las circunstancias son propicias, aparecen regularmente en el firmamento.

   Las alineaciones perfectas ocurren entre un dilatado número de años y para observarlas, se precisa tener la suerte de haber vivido cuando se producen, así y todo, pasan desapercibidas para muchas personas y solo algunas muy estudiosas u otras, por accidente, pueden disfrutar del privilegio de contemplarlas.

Alineación Venus, Tierra y Júpiter.-

   Ayer tarde salí a terrado por necesidad. El frío del helado invierno es suficientemente importante como para sentirse hasta en los huesos y no desear salir de casa a tomar el fresco, máxime a esta hora del atardecer en la que la oscuridad de la noche avanza sin remisión y el mercurio del termómetro desciende por debajo de los 0º C. Por encima del tejado del edificio de las escuelas del pueblo, desde hace unos días estoy observando dos astros brillantes que destacan en el firmamento a una distancia aparente de una pulgada a brazo extendido y reconocidos sin necesidad del telescopio. Durante todo el verano el planeta Júpiter nos ha gratificado la visión con su presencia y con la ayuda del telescopio, hemos podido contemplar sus satélites más grandes avanzando desde el este al oeste por la bóveda celeste del sur y en está época del año, va descendiendo hacia el horizonte, pero de repente, por debajo vemos la aparición de otro planeta mucho más brillante, el más brillante del cielo chertolí después del Sol y La Luna, se trata de Venus que, siguiendo su órbita, parece que va al encuentro de Júpiter.

   Es evidente que si Júpiter sigue una trayectoria externa a la de La Tierra y el planeta Venus, por describirla interna, nunca van a encontrarse, desde nuestra terrícola posición, parece como si quisieran alinearse o incluso golpearse y en unos días, veremos qué proximidad aparente alcanzan.

   Este fenómeno astronómico, ocurre regularmente todos los años y en ocasiones, la proximidad visual aparente es como la mostrada desde la Unidad de Observación Astronómica del Maestrazgo en Chert.

Venus escondido detrás de La Luna.

La alineacion planetaria.-

La alineación de varios planetas vistos desde La Tierra, ocurre de vez en cuando y si durante estos días miramos hacia la constelación de Leo después de la puesta del Sol, es observable a simple vista desde cualquier parte del mundo a cuatro de los planetas del sistema solar cuando las nubes lo permitan, Mercurio, Venus, Saturno y Marte.
Por tratarse de un planeta interior y su órbita ser más cercana al Sol, en principio, vemos muy próximo del horizonte occidental como un débil punto luminoso a Mercurio, aunque algo más alto y mucho más reluciente, aparece Venus por ser para los terrícolas, el astro más brillante después del Sol, encima, el que resplandece tímidamente es Saturno que sin telescopio, no podemos ver sus anillos y el más elevado de todos es Marte algo anaranjado.
Debido al movimiento de rotación y gracias a tener una órbita externa a la de La Tierra, girando la mirada hacia la constelación de Sagitario podemos contemplar a Júpiter y si disponemos de telescopio, ver Io, Europa, Ganímedes y Calisto, sus cuatro lunas más grandes y en dirección a la constelación de Libra, aparecía ayer noche La Luna en fase de cuarto creciente.
Por la noche después de cenar, ayer estuve entretenido durante un rato mirando el cielo chertolino y aunque las nubes por un lado y la luminosidad de las luces de pueblo por otro, dificultaban intermitentemente la espectacular visión, puede disfrutar con la relajante observación planetaria que aún podremos seguir contemplando su alineación durante unos cuantos días.

La alineacion planetaria.-

La alineación de varios planetas vistos desde La Tierra, ocurre de vez en cuando y si durante estos días miramos hacia la constelación de Leo después de la puesta del Sol, es observable a simple vista desde cualquier parte del mundo a cuatro de los planetas del sistema solar cuando las nubes lo permitan, Mercurio, Venus, Saturno y Marte.
Por tratarse de un planeta interior y su órbita ser más cercana al Sol, en principio, vemos muy próximo del horizonte occidental como un débil punto luminoso a Mercurio, aunque algo más alto y mucho más reluciente, aparece Venus por ser para los terrícolas, el astro más brillante después del Sol, encima, el que resplandece tímidamente es Saturno que sin telescopio, no podemos ver sus anillos y el más elevado de todos es Marte algo anaranjado.
Debido al movimiento de rotación y gracias a tener una órbita externa a la de La Tierra, girando la mirada hacia la constelación de Sagitario podemos contemplar a Júpiter y si disponemos de telescopio, ver Io, Europa, Ganímedes y Calisto, sus cuatro lunas más grandes y en dirección a la constelación de Libra, aparecía ayer noche La Luna en fase de cuarto creciente.
Por la noche después de cenar, ayer estuve entretenido durante un rato mirando el cielo chertolino y aunque las nubes por un lado y la luminosidad de las luces de pueblo por otro, dificultaban intermitentemente la espectacular visión, puede disfrutar con la relajante observación planetaria que aún podremos seguir contemplando su alineación durante unos cuantos días.

La observacion astronomica.-

Noche clara y despejada de nubes, con una temperatura ambiente de 23ºC, humedad relativa del aire al 77%, sin un pizca de viento y con absoluta tranquilidad, propiciaban un tiempo atmosférico agradable para la observación estelar del firmamento chertolino sin ropa de abrigo. Con estas condiciones ambientales, los amantes de la observación astronómica tenemos una cita obligada con el cielo durante estos días de la luna nueva para, aprovechándonos de las ventajas climatológicas, darnos el gustazo de la contemplación celeste en la que las estrellas brillan con todo su esplendor.
Después de cenar, atender el correo electrónico y otras obligaciones coyunturales, la noche va avanzando lo suficiente como para permitir la visión del cosmos con solo salir a la calle, en mi caso, lo hago al terrado de la casa donde vivo. Al abrir la puerta, lo primero que veo son las tres farolas del patio de las escuelas del pueblo que el Sr. Alcalde ha mandado encender por la noche para que los hombres del mañana puedan hacer sus gamberradas con luz ambiental suficiente, no obstante, la luminosidad de Júpiter que por su tamaño y distancia refleja excelentemente la luz del Sol, le convierten, en esta época del año, en el astro más brillante del cielo y me permite distinguirlo de inmediato como una lentejuela por encima del tejado de las escuelas.
Mi visión se eleva hacia el cenit fascinando las retinas de mis ojos mientras observo el paso de un avión en dirección norte a sur, desde Barcelona a Valencia del Cid y con sus luces blanca y roja intermitentes y blanca azulada fija me entretiene un instante hasta que oigo el leve ruido ambiental de sus motores que por la distancia, llega muy amortiguado como un susurro.
Hacia el norte, el edificio de la casa en la que vivo, oculta la luz de la calle Independencia y permite distinguir claramente la Constelación de la Osa Mayor y junto a Megrez, la estrellita María Jesús que no siendo visible a simple vista doy fe de su existencia. Me fijo evidentemente en el carro y proyecto cinco veces la distancia entre las estrellas Merak y Dubhe para localizar la Estrella Polar que da nombre a la Unidad de Observación Astronómica del Maestrazgo en Chert y el carro de la Osa Menor, mientras, entre ambas, puedo distinguir la cola de la Constelación Dragón en un conjunto observable a ojo desnudo sin ningún tipo de instrumental óptico. A la derecha de la Estrella Polar en dirección al este geográfico, la Constelación de Cefeo precede a la Constelación de Casiopea y la Vía Láctea con todo su esplendor, me invitan a concienciarme una vez más de la inmensidad el Universo y la pequeñez de mi persona.