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Los constructores, un colectivo incivico.-

En las relaciones humanas, aunque es bien sabido que entre todos nos ayudamos y entre todos nos molestamos, debemos tener siempre presente la voluntad de intentar perjudicar lo menos posible a nuestros vecinos que nos favorecen con su ayuda cuando la necesitamos, si pretendemos una buena convivencia cívica.
Hoy que la construcción precisa de toda clase de tecnología para su desarrollo, en las calles de los pueblos y ciudades no se puede instalar tanta parafernalia bloqueando el acceso y libre tránsito que nada tiene que ver con dificultar el paso a los demás usuarios de la vía pública, si lo entorpecemos hasta el límite de imposibilitarlo.
Es sabido que al edificar se pagan unas licencias de obra por ocupación de vía pública, pero la licencia gubernativa ¿es por ocupar la calle o por bloquearla?. Pues si la licencia ampara el abuso de llegar a perturbar o cerrar actividades económicas, ahí es en donde debería intervenir la irresponsable autoridad competente y poner las medidas correctoras a quienes desvergonzadamente hacen un uso inadecuado de las ordenanzas reguladoras.

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Agregar otra flor al ramo.-

Cuando vamos a la floristería para comprar en la tienda un ramo de flores, elegimos una cantidad determinada y de una clase específica en función de nuestro propio criterio o presupuesto y se nos atiende por pedido. Este detalle, lo puede presentar cualquiera que tenga la voluntad de gastarse unas monedas pero realmente, no tiene nada de particular y muchísimo menos de detalle personal. Parece ser que aparecer en Internet es el sueño de algunos de los Representantes de nuestros Ayuntamientos que al descubrir las nuevas tecnologías de la comunicación por mediación de sus hijos, también les agradaría pertenecer al club de los elegidos y con el presupuesto municipal, se puede contratar a un webmaster para que haga una web pero sin conocimiento de las peculiaridades diferenciales del pueblo y sus vecinos. En el mundo del Internet existen programadores informáticos de todos los colorines y personas como D. Juan Antonio Micó Navarro con iniciativa propia y como cualquier otro vecino del pueblo de Chert, cuando escribe sobre un tema, lo eleva a la red para añadir una flor personal más de su propio jardín. El pueblo de Chert es de Maestrazgo pero con un gran detalle diferencial, su web cultural es el resultado de la voluntad de sus vecinos al igual que la elección de los componentes de su Consistorio Municipal.

El homo sapiens.-

Desde que nacemos, empezamos a descubrir un nuevo mundo totalmente desconocido que puede ser fascinante o frustrante según la instrucción que vamos recibiendo en el avance de nuestro aprendizaje, tal vez por ello, a nuestra especie la autodenominemos «homo sapiens» que significa el que quiere saber. Lo cierto es que la evolución tecnológica de los últimos tiempos nos pilla a todos fuera de juego e intentar incorporarla en nuestra vida, es tarea harto difícil al exigirnos una reorganización interna del cerebro y del espíritu que no siempre estamos dispuestos a poder realizar, mas si cabe, cuando en el mundo consumista, lo que ayer era un gran avance, hoy descubrimos como algo obsoleto porque, no somos nosotros los que evolucionamos sino las máquinas de nuestro entorno de las que solo aprovechamos una pequeñísima parte de sus posibilidades.
Un buen día tuve interés en aprender a programar en hipertexto y así lo hice porque el Internet me brindaba la oportunidad de almacenar información en una libreta de un armario de mi casa tan especial para mi, que por sus características, a su vez permitía a todo el mundo acceder a esta información de la que su importancia, residía en las ideas u ocurrencias que podía despertar en el lector para la ejecución de nuevas iniciativas y entre todos, cada cual en su parcela, compartir del conocimiento universal al alcance de todos nosotros mismos en cualquier parte de mundo y a cualquier hora. Ahora ya no era menester ir a una biblioteca en su horario público para instruirnos, nosotros, desde nuestra propia voluntad, avanzamos en los conocimiento que nos inquietan desde cualquier lugar y en cualquier instante. Pero, aquí nace el gran problema del autoaprendizaje. El ser autodidacto es tarea harto difícil y exige mucha voluntad o interés. Las personas somos seres de costumbres y cuando aprendemos a hacer una cosa de una manera, nos es muy difícil abandonar el método que tanto sacrificio nos cuesta en aprenderlo, para volverlo reaprender de otra forma que se supone debería ser la correcta.
En este preciso instante hay una corriente de sentimiento colectivo por el que al parecer, si no tienes un blog eres casi menos que subnormal, pero el blog, no es una planta cualquiera en un monte, no es un árbol que plantamos en nuestro campo y podemos ir a cuidarlo cualquier día que nos plazca, sino que se trata de un hijo al que debemos prodigarle todos los cuidados diarios que podamos y que por nuestras obligaciones, no siempre estamos dispuestos a concederle, por consiguiente, el resultado es el que es y todos los días nacen bloges nuevos y al igual que en el mundo del comercio, casi todos quedan en el olvido perdidos por las unidades de memoria internáutica de la red, pero aún así, lo importante no es lo que nosotros hayamos podido escribir para compartir en un instante de nuestra vida, sino la ocurrencia que pueda despertar en la mente del lector, en cualquier otro momento de la suya.