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La termodinámica.-

Después de llover, apetece salir a la calle a respirar un poco de aire limpio de las habituales partículas que siempre lleva en suspensión y si sale el Sol, aunque existan nubes en movimiento que intermitentemente lo tapen, aparece un diferencial térmico que cuando lo medimos, podemos observar como el mercurio del termómetro sube y baja llegando a alcanzar variaciones apreciables de un grado centígrado.
Con el movimiento del mercurio en el termómetro, me ha venido a la mente la idea de la dinámica de la temperatura y por su extrapolación, el concepto de termodinámica (del griego θερμo, termo, que significa «calor» y δύναμις, dinámico, que significa «fuerza») siendo una rama de la física que estudia los efectos de los cambios de la temperatura, presión y volumen de los sistemas físicos a nivel macroscópico.
Este movimiento de la energía en movimiento, de la que nunca valoramos su importancia o alcance, es la que influye tan decisivamente en nuestro estado anímico y nos hace sentir mejor o peor, formando parte de la vida misma y de los seres vivos en nuestro sistema de vida del mundo en que vivimos.

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Hoy hemos tenido suerte.-

Aunque por encima de la Mola de les Calderes continúan viéndose nubarrones negros parece como si el susto ya hay pasado.
Hace tan solo una hora la oscuridad se ha apoderado de Chert, el viento del oeste arrastraba unas nubes que presagiaban tormenta y en cambio, en el ambiente se hacía sentir un bascoso airecillo de levante, de repente, pasadas las cinco de la tarde unas extrañas gotas de lluvia acompañadas de unos crocks catacroks hacían presentir lo peor, el nivel de luminosidad ambiental ha descendido lo suficiente como para activar las células sensoras y se han encendido las luces públicas del pueblo como si de noche se tratase, mientras tanto, un malévolo rumos se oía en las altas capas de la atmósfera.
Los labradores estamos acostumbrados a conocer este indeseado momento y antaño, cuando se presentaba, algunas personas coordinadas, se acercaban en dirección a la tormenta y lanzaban unos cohetes aéreos explosivos que calentaban las piedras de granizo del interior de la nube ayudando a precipitase en compañía de agua e impidiendo que el granizo estropease las cosechas.
En la actualidad como los productos derivados de la actividad agrícola carecen de valor e interés comercial y social, los cohetes se guardan para las festividades locales y no se permite su utilización para estos necesarios, aconsejados y útiles menesteres.
Por suerte para todos, el calor de las nubes levantinas no era suficiente como para elevar las nubes tormentosas superiores más frías y el granizo, no ha precipitado como tal, ha empezado a llover de forma prudencial y la cosecha de la uva de esta nualidad, por el momento, se ha salvado.