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Usar o robar.-

Bajo mi criterio, que no tiene por qué ser compartido, no es correcto acceder a la red, buscar lo que nos interesa, entrar al azar a una de las publicaciones y sin leerla, imprimirla. Las páginas web en la red, no están a disposición de quien quiera imprimirlas esforzándose por apretar un botón del ratón, sino para ser consultadas por quienes las precisen. El saber en la red de Internet, está al alcance de todos para ser usado por todo el mundo, para despertar ideas en nuestra mente que ayudarán a desarrollar nuevas ideas que a la vez, favorecerán, en un efecto dominó, el engrandecer del saber universal.
La aportación de cada uno de nosotros con nuestros escritos o publicaciones en la red por insignificante que parezca, es muy importante, máxime por el hecho de compartir los diferentes puntos de vista de un mismo tema y colaborar, tal vez sin saberlo, en el desarrollo de su utilidad práctica.
La información de Internet, se puede y debe consultar que para eso el autor la ha colgado en la red a disposición de todos, pero hay que tener siempre presente que no se publicó para ser robada, sino para ser usada y antes de decidir tomar su contenido sin la necesidad de agradecerlo por disponer de fácil acceso, hay que intentar aprender a respetar el trabajo de los demás si esperamos igual respeto hacia nosotros.

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Un alto en el escribir.-

Mañana miércoles, día veinticuatro de septiembre, posiblemente no escribiré nada en el blog, será un día muy especial dedicado al Sr. D. Raúl Abad, aunque bien pensado y mejor escrito, será don Raúl quien me dedique el día a mi y a otras personas que como yo, vamos disfrazados de esponjas y aunque no sea tiempo de carnavales, nuestras mentes son presa de una malévola y ávida intención cual es, la de absorber todos los conocimientos que podamos de su amplia sapiencia.
D. Raúl, en sus dominios territoriales, es para mi «El Maestro», el responsable directo de que durante un tiempo, cada día os haya entretenido con mis ocurrencias, que, aunque en principio y aparentemente no sirven para nada, solo pretenden tener la finalidad de despertar otras ideas en las mentes de quienes las lean y de esta sutil forma, piedra con piedra, como quien hace una pared, ayudar a engrandecer el conocimiento universal.
El Maestro, siempre es El Maestro y como en aquel programa televisivo de «Crónicas de un pueblo», al Sr. Maestro no siempre le sabemos dedicar un instante de nuestro tiempo para recordarle y agradecerle las lecciones que con tanto esfuerzo nos enseña durante el importante tiempo que nos regala y al final, contribuye a marcar otra etapa interesante en nuestra vida.

La fiesta rural wifi de Chert.-

Recuerdos de cuando era un niño, después de las fiestas de agosto y hasta el comienzo de la actividad docente en las clases de la escuela en un pueblo del Maestrazgo, casi todos los días, bien por la mañana o bien por la tarde, jugábamos a los toros con unos cuernos y un cencerro atado, simulando lo que días antes habíamos visto hacer a los mayores con los toros de verdad, los de carne y hueso.
Las tradiciones cambian al compás de las evoluciones sociales y el comportamiento de las personas también. Hoy los niños se divierten o entretienen de formas distintas, adaptadas a las novedosas tecnologías y adquiriendo en las tiendas de electrodomésticos los nuevos avances tecnológicos, con el inconveniente de la falta de infraestructuras e imposibilitando, en algunas ocasiones, jugar con todas sus facultades y muy especialmente, cuando se trata de los innovadores juegos online.
Es evidente que hace falta ser una gran e importante multinacional o pertenecer a la cúpula gobernante política de una sociedad, para hacer coincidir el 800 aniversario del nacimiento del Rey Jaime I con poder tener ideas e iniciativas propias y muy especialmente, si son del tipo «The rural wifi party from Chert» pensadas y regaladas para todos los niños del pueblo de Chert y de la aldea de Anroig.

La limitación está en la imaginación.-

Es curioso observar las inmensas posibilidades que tiene la mente de la persona en cuanto al desarrollo de iniciativas y como cada cual encauza su sapiencia, al fin que precisa.
Hace unos pocos días, abrí este blog sin pensar para qué lo quería, en principio para nada y máxime al enterarme de la necesaria y continua actualización, pero a la vez, la curiosidad por aprender cosas nuevas, me incitaron a no desaprovechar la oportunidad que nos brindan los medios tecnológicos actuales en los que las cosas, se diseñan para un fin y después las personas, nos apropiamos de la idea genérica para adaptarla a nuestras necesidades concretas, de tal suerte que, lo que en principio sirve para una supuesta tontería, con el paso del tiempo, aparece una aplicación específica que, el uso cotidiano la hace insustituible, aunque no imprescindible.
En estos momentos estoy gestionando varios dominios de Internet y lo cierto es que, aunque me agrada programar, nadie podemos estar pendientes de los demás para enterarnos de lo que hacen cada día, ni nosotros estar atentos para inmediatamente contarlo, porque mientras lo explicamos, no hacemos nada. Por otro lado, mi presencia en la red y en el mundo de la comunicación, está alcanzando un pequeño nivel que por falta de tiempo libre ya no puedo controlar y resumiendo, los artículos que cuelgo en la red de Internet solo son conocidos por las personas colaboradoras directas porque nadie puede estar continuamente como un perro sabueso buscando novedades, ni yo, enviando correos para divulgarlas. En el blog, va incorporada la opción, de la que me consta algunas personas ya utilizan, para que cualquier interesado en la inclusión de nuevos contenidos, pueda inscribirse y de esta suerte, cada vez que publique algo, se va a enterar por un aviso automático de lo redactado.

El homo sapiens.-

Desde que nacemos, empezamos a descubrir un nuevo mundo totalmente desconocido que puede ser fascinante o frustrante según la instrucción que vamos recibiendo en el avance de nuestro aprendizaje, tal vez por ello, a nuestra especie la autodenominemos «homo sapiens» que significa el que quiere saber. Lo cierto es que la evolución tecnológica de los últimos tiempos nos pilla a todos fuera de juego e intentar incorporarla en nuestra vida, es tarea harto difícil al exigirnos una reorganización interna del cerebro y del espíritu que no siempre estamos dispuestos a poder realizar, mas si cabe, cuando en el mundo consumista, lo que ayer era un gran avance, hoy descubrimos como algo obsoleto porque, no somos nosotros los que evolucionamos sino las máquinas de nuestro entorno de las que solo aprovechamos una pequeñísima parte de sus posibilidades.
Un buen día tuve interés en aprender a programar en hipertexto y así lo hice porque el Internet me brindaba la oportunidad de almacenar información en una libreta de un armario de mi casa tan especial para mi, que por sus características, a su vez permitía a todo el mundo acceder a esta información de la que su importancia, residía en las ideas u ocurrencias que podía despertar en el lector para la ejecución de nuevas iniciativas y entre todos, cada cual en su parcela, compartir del conocimiento universal al alcance de todos nosotros mismos en cualquier parte de mundo y a cualquier hora. Ahora ya no era menester ir a una biblioteca en su horario público para instruirnos, nosotros, desde nuestra propia voluntad, avanzamos en los conocimiento que nos inquietan desde cualquier lugar y en cualquier instante. Pero, aquí nace el gran problema del autoaprendizaje. El ser autodidacto es tarea harto difícil y exige mucha voluntad o interés. Las personas somos seres de costumbres y cuando aprendemos a hacer una cosa de una manera, nos es muy difícil abandonar el método que tanto sacrificio nos cuesta en aprenderlo, para volverlo reaprender de otra forma que se supone debería ser la correcta.
En este preciso instante hay una corriente de sentimiento colectivo por el que al parecer, si no tienes un blog eres casi menos que subnormal, pero el blog, no es una planta cualquiera en un monte, no es un árbol que plantamos en nuestro campo y podemos ir a cuidarlo cualquier día que nos plazca, sino que se trata de un hijo al que debemos prodigarle todos los cuidados diarios que podamos y que por nuestras obligaciones, no siempre estamos dispuestos a concederle, por consiguiente, el resultado es el que es y todos los días nacen bloges nuevos y al igual que en el mundo del comercio, casi todos quedan en el olvido perdidos por las unidades de memoria internáutica de la red, pero aún así, lo importante no es lo que nosotros hayamos podido escribir para compartir en un instante de nuestra vida, sino la ocurrencia que pueda despertar en la mente del lector, en cualquier otro momento de la suya.