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El acceso a internet.-

La aparente complejidad de la red de Internet, hace que aflore nuestra sapiencia y cuando algo no funciona como nosotros esperamos, trasladamos nuestro problema al vecino, al que le participamos del anormal funcionamiento de nuestra infraestructura, en la confianza que sea él quien ponga sus conocimientos a nuestra disposición para que nos solucione la incidencia y correr solícito al bar, a presumir de lo bien que nos funcionan las nuevas tecnologías en nuestra computadora personal.
En la sociedad de consumo que nos ha tocado vivir, todo se mueve alrededor de lo mismo y si cuando vamos a comprar una botella de Brandy del Maestrazgo no tenemos el servicio esperado, nunca es culpa del destilador sino de tendero o bodeguero a quien le compramos y que, por no pagar, dispone y ofrece lo que se merece, porque al comprar una botella de licor de la marca SEGARRA, no solo pagamos el contenido de la botella, sino el tenerla a nuestra disposición, impuestos, servicio, transporte, envasado, destilación, en fin, «todo» y cuando alguien de la cadena no paga lo que debe, se rompe.
En Internet ocurre lo mismo, cuando pagamos una conexión a determinada velocidad, pagamos la conexión y la velocidad, pero si quien nos factura, no paga lo que debe, ni tenemos conexión, ni velocidad y a quien debemos remitir las quejas, es a quien pagamos, no al vecino, cuando nada tiene que ver con nuestros contratos comerciales y aceptado o resignado mal servicio, de hecho, Julián Segarra Esbrí de Chert, tiene acceso a todos los artículos publicados en la red de Internet y con la conexión internáutica de rural wifi gratuita, se puede comprobar fácilmente por quienes se acerquen a la zona de cobertura aunque, como es gratis, no se puede protestar.

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El plastico oxidado.-

En algo tan sencillo y frágil, es donde guardamos la información más preciada que tanto esfuerzo y años de dedicación nos cuesta conseguir, sin percatarnos que por un simple roce se puede producir un estropicio de imposible reparación, por no hablar del mal estar general e impotencia que se produce en todo nuestro cuerpo y mente que de repente y durante unos días, nos evidencia la pequeñez e indefensión de la persona.
La última semana, el servidor de las webes que gestiono, estuvo inoperativo y no os imagináis las cantidad de personas que se han preocupado en saber de la incidencia sin que pudiese dar aclaraciones, porque en realidad no existían explicaciones, para colmo, el operador telefónico, también daba la impresión de estar ausente y con lo alta y bien situada que está la Mola Gran, llegó incluso a perder la cobertura necesaria para el normal funcionamiento de los teléfonos móviles. Habiendo sufrido hace cincuenta días un estropicio consistente en el borrado del contenido de mi computadora personal, no voy a incidir sobre mi estado anímico y quienes vinieron por casa a visitarme, llegaron a percatarse de mi evidente raro comportamiento y mal humor general.
Por suerte para todos, desde el miércoles, parece que los responsables de mantenimiento nos han abierto el grifo del manantial de la fuente y el agua vuelve a fluir por el río, permitiéndonos navegar por sus contenidos para mayor gracia y reconocimiento mundial de las personas del pueblo de Chert que con nuestra humilde aportación, colaboramos en la difusión de la cultura de un pueblo del Maestrazgo.