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Saturno, el planeta anillado.-

    Corría el siglo XVII cuando Galileo observó que este planeta estaba rodeado por un enorme anillo. Una curiosidad que Huygens, en 1656, identificó como un sistema de varios anillos, hasta que Casini, en 1675, descubrió una separación más oscura enmedio de todos los anillos.
     Cuando la tecnología nos permitió enviar sondas de observación durante el último cuarto del siglo XX, supimos de la existencia de más planetas anillados como Júpiter y Urano pero con anillos extraordinariamente débiles.
     Debido a su rápida rotación, Saturno se observa ligeramente achatado por los polos, siendo el segundo planeta más grande del Sistema Solar y el único con anillos visibles desde la Tierra. Su atmósfera es de hidrógeno, con un poco de helio y metano pero con una densidad menor que el agua.


    Los anillos le confieren un aspecto muy llamativo para el observador.
http://www.estrellapolar.net/

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Triangulación Venus, La Luna y Júpiter.-

   Los astros celestes, al igual que las personas, interaccionan entre ellos y por formar parte del sistema universal, también con el planeta Tierra que no permanece ajeno, de tal forma que ejercen variaciones capaces de afectar a todos los seres vivos, tanto a los animales como a las plantas, pero la influencia que llegan a tener entre ellos, por estar directamente relacionada con el tamaño de sus masas e inversamente, con el cuadrado de la distancia que les separa, es mínima y de esta suerte, para los terrícolas, solo es prácticamente perceptible las influencias del Sol y de La Luna.

   Ayer tarde desde las 17 h.17 min. GMT pudimos presenciar en un reducido espacio de la bóveda celeste, la visión de los tres astros citados que atraían poderosamente la mirada del observador. Es normal que estos fenómenos fascinen a las personas por no ser cotidianos o por alguna extraña razón que nos mantiene absortos y cuando, las circunstancias son propicias, aparecen regularmente en el firmamento.

   Las alineaciones perfectas ocurren entre un dilatado número de años y para observarlas, se precisa tener la suerte de haber vivido cuando se producen, así y todo, pasan desapercibidas para muchas personas y solo algunas muy estudiosas u otras, por accidente, pueden disfrutar del privilegio de contemplarlas.

Venus degustando Ginebra SEGARRA.-

   Hoy he salido al terrado a contemplar de nuevo el alineamiento planetario entre Venus, La Tierra y Júpiter y cual mi sorpresa cuando no encuentro a Venus por ninguna parte. Parece mentira con el tiempo que estoy observando el firmamento y de repente pierdo nada más y nada menos que a un planeta y es que si no lo veo, no lo creo.

   Efectivamente, Venus había desaparecido de la bóveda celeste como por arte de magia y la memoria me recuerda el tiempo de principiante cuando me construí el telescopio y empecé a observar el cielo. En aquella ocasión lo que más me intrigaba era una estrella grande que a su alrededor cambiaban diariamente su posición otras estrellas más pequeñas y con el tiempo aprendí que lo que miraba era Júpiter y no una estrella, siendo las supuestas estrellitas cambiantes sus satélites Io, Europa, Ganímedes y Calisto.

   Venus hoy estaba vergonzosamente escondido detrás de La Luna degustando una ginebra SEGARRA y en un instante inesperado después de las 17 h. GMT se ha asomado tímidamente por debajo de La Luna que lo eclipsaba. Ahora, mientras redacto este artículo, se puede contemplar al trío estelar presidiendo el firmamento chertolí.

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  Triangulación Venus, La Luna y Júpiter.

Alineación Venus, Tierra y Júpiter.-

   Ayer tarde salí a terrado por necesidad. El frío del helado invierno es suficientemente importante como para sentirse hasta en los huesos y no desear salir de casa a tomar el fresco, máxime a esta hora del atardecer en la que la oscuridad de la noche avanza sin remisión y el mercurio del termómetro desciende por debajo de los 0º C. Por encima del tejado del edificio de las escuelas del pueblo, desde hace unos días estoy observando dos astros brillantes que destacan en el firmamento a una distancia aparente de una pulgada a brazo extendido y reconocidos sin necesidad del telescopio. Durante todo el verano el planeta Júpiter nos ha gratificado la visión con su presencia y con la ayuda del telescopio, hemos podido contemplar sus satélites más grandes avanzando desde el este al oeste por la bóveda celeste del sur y en está época del año, va descendiendo hacia el horizonte, pero de repente, por debajo vemos la aparición de otro planeta mucho más brillante, el más brillante del cielo chertolí después del Sol y La Luna, se trata de Venus que, siguiendo su órbita, parece que va al encuentro de Júpiter.

   Es evidente que si Júpiter sigue una trayectoria externa a la de La Tierra y el planeta Venus, por describirla interna, nunca van a encontrarse, desde nuestra terrícola posición, parece como si quisieran alinearse o incluso golpearse y en unos días, veremos qué proximidad aparente alcanzan.

   Este fenómeno astronómico, ocurre regularmente todos los años y en ocasiones, la proximidad visual aparente es como la mostrada desde la Unidad de Observación Astronómica del Maestrazgo en Chert.

Venus escondido detrás de La Luna.

La alineacion planetaria.-

La alineación de varios planetas vistos desde La Tierra, ocurre de vez en cuando y si durante estos días miramos hacia la constelación de Leo después de la puesta del Sol, es observable a simple vista desde cualquier parte del mundo a cuatro de los planetas del sistema solar cuando las nubes lo permitan, Mercurio, Venus, Saturno y Marte.
Por tratarse de un planeta interior y su órbita ser más cercana al Sol, en principio, vemos muy próximo del horizonte occidental como un débil punto luminoso a Mercurio, aunque algo más alto y mucho más reluciente, aparece Venus por ser para los terrícolas, el astro más brillante después del Sol, encima, el que resplandece tímidamente es Saturno que sin telescopio, no podemos ver sus anillos y el más elevado de todos es Marte algo anaranjado.
Debido al movimiento de rotación y gracias a tener una órbita externa a la de La Tierra, girando la mirada hacia la constelación de Sagitario podemos contemplar a Júpiter y si disponemos de telescopio, ver Io, Europa, Ganímedes y Calisto, sus cuatro lunas más grandes y en dirección a la constelación de Libra, aparecía ayer noche La Luna en fase de cuarto creciente.
Por la noche después de cenar, ayer estuve entretenido durante un rato mirando el cielo chertolino y aunque las nubes por un lado y la luminosidad de las luces de pueblo por otro, dificultaban intermitentemente la espectacular visión, puede disfrutar con la relajante observación planetaria que aún podremos seguir contemplando su alineación durante unos cuantos días.