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La inquietud del lector.-

Desde hace unos meses estoy escribiendo en este blog mis ocurrencias sin saber el interés que pueda despertar en el lector. A la izquierda del encabezamiento, existe la posibilidad de solicitar el envío de contenido directamente en el correo electrónico del interesado registrándolo, pero mi nula sapiencia en estos menesteres, no me permiten saber si alguien se encuentra en lista, salvo cuando escribe un comentario en el blog, lo que me permite deducir, que alguien está pendiente o le interesa su recepción, no obstante, desde hace menos de un mes, estoy metido en otro blog que responde al espacio web https://destilator.wordpress.com/ y he observado que algunas personas me buscan por temas relacionados con la electricidad y la química.
A finales de la década de los ochenta, mi amigo el Sr. D. Pedro Monzó Fuster, me pidió que le preparase para sus alumnos, un tema de química y otro de física. En aquella época no existía el Internet y los redacté en formato papel, por lo que no están disponibles al alcance del internauta.
Como mi única afición ha sido la electrónica, durante algunos años estuve muy metido en el mundillo, diseñando y experimentando circuitos en AF, lógica, con los revolucionarios CI en TTL y control y aunque ahora abandonada por exceso de obligaciones laborales, para colaborar en la web cultural de Chert, permití el acceso a una publicación electrónica basada en el diseño y la construcción de filtros pasa bajos de segundo orden para baja frecuencia, con la revolucionaria realidad de no sufrir pérdidas de inserción con el uso del mismo, algo inimaginable desde el punto de vista didáctico, pero realmente posible en la práctica experimentada.

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El cambio de estrategia.-

Habrá adivinado el lector que uno de los diarios que leo es el BOE, pero si me garantiza no decírselo a nadie, le contaré un secreto por ser el único que leo y como quiera que se aproximan las vacaciones, hay un poco más de actividad legislativa interesante. Con los nuevos planes de expansión urbanística del pueblo de Chert donde vivo, he parado un rato en la lectura del BOE nº 154 del jueves 26 de junio de 2008 porque se publicaba el R.D.L. 2/2008 de 20 de junio por el que se aprueba el texto refundido de la ley del suelo.
En calidad de pueblerino de un pueblo muy pequeño del Maestrazgo, me interesa el contenido del Art. 23 sobre valoración del suelo rural y a los efectos de esta ley, los terrenos se tasarán mediante la capitalización de la renta anual real o potencial (la mayor) de la explotación, referida al momento de la valoración.
Como quiera que si pongo en venta los productos derivados de mi actividad agrícola ofreciendo la uva cosechada para la producción de vino, incrementaré mi renta anual y si divido el importe de la venta por el número de horas invertidas en la actividad productiva obtengo un rendimiento inferior a un euro por hora trabajada, estoy en condiciones de alquilar por su justiprecio, un paquete de azadas a los deportistas interesados en desear realizar la actividad ociosa de cabar las cepas para mantenerse en excelente forma física, permitiéndoles estar en contacto directo con la naturaleza, además de disfrutar por tomar el sol, sin invitarles a contribuir en el incremento de mi renta anual real, pero por favor, no vayáis divulgando la existencia del Art. 24 de la misma ley sobre valoración en el suelo urbanizado porque no os contaré más secretos.

El homo sapiens.-

Desde que nacemos, empezamos a descubrir un nuevo mundo totalmente desconocido que puede ser fascinante o frustrante según la instrucción que vamos recibiendo en el avance de nuestro aprendizaje, tal vez por ello, a nuestra especie la autodenominemos «homo sapiens» que significa el que quiere saber. Lo cierto es que la evolución tecnológica de los últimos tiempos nos pilla a todos fuera de juego e intentar incorporarla en nuestra vida, es tarea harto difícil al exigirnos una reorganización interna del cerebro y del espíritu que no siempre estamos dispuestos a poder realizar, mas si cabe, cuando en el mundo consumista, lo que ayer era un gran avance, hoy descubrimos como algo obsoleto porque, no somos nosotros los que evolucionamos sino las máquinas de nuestro entorno de las que solo aprovechamos una pequeñísima parte de sus posibilidades.
Un buen día tuve interés en aprender a programar en hipertexto y así lo hice porque el Internet me brindaba la oportunidad de almacenar información en una libreta de un armario de mi casa tan especial para mi, que por sus características, a su vez permitía a todo el mundo acceder a esta información de la que su importancia, residía en las ideas u ocurrencias que podía despertar en el lector para la ejecución de nuevas iniciativas y entre todos, cada cual en su parcela, compartir del conocimiento universal al alcance de todos nosotros mismos en cualquier parte de mundo y a cualquier hora. Ahora ya no era menester ir a una biblioteca en su horario público para instruirnos, nosotros, desde nuestra propia voluntad, avanzamos en los conocimiento que nos inquietan desde cualquier lugar y en cualquier instante. Pero, aquí nace el gran problema del autoaprendizaje. El ser autodidacto es tarea harto difícil y exige mucha voluntad o interés. Las personas somos seres de costumbres y cuando aprendemos a hacer una cosa de una manera, nos es muy difícil abandonar el método que tanto sacrificio nos cuesta en aprenderlo, para volverlo reaprender de otra forma que se supone debería ser la correcta.
En este preciso instante hay una corriente de sentimiento colectivo por el que al parecer, si no tienes un blog eres casi menos que subnormal, pero el blog, no es una planta cualquiera en un monte, no es un árbol que plantamos en nuestro campo y podemos ir a cuidarlo cualquier día que nos plazca, sino que se trata de un hijo al que debemos prodigarle todos los cuidados diarios que podamos y que por nuestras obligaciones, no siempre estamos dispuestos a concederle, por consiguiente, el resultado es el que es y todos los días nacen bloges nuevos y al igual que en el mundo del comercio, casi todos quedan en el olvido perdidos por las unidades de memoria internáutica de la red, pero aún así, lo importante no es lo que nosotros hayamos podido escribir para compartir en un instante de nuestra vida, sino la ocurrencia que pueda despertar en la mente del lector, en cualquier otro momento de la suya.