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La visita de un amigo.-

Siempre es de agradecer que los demás se acuerden de ti y muy especialmente cuando recibes una visita que puede ser en casa o con las nuevas tecnologías en la página web, en el blog o en el buzón del correo, por no hablar de los SMS también hoy de moda.
Cada día las personas somos más conscientes de las múltiples posibilidades del computador personal conectado a la red de Internet y aumenta progresivamente el número de ventas del inventillo y el censo de internautas dispuestos a navegar.
Tengo una amistad que su emoción por ser propietario, debió ser de tal magnitud que lo comentó con sus amigos más próximos y siempre aparece indebidamente el enteradillo sabelotodo, el técnico especialista en desconfigurar un programa o un sistema operativo y haciéndose el despistado, se olvida de dejarlo en las mismas condiciones de operatividad que estaba cuando puso sus indeseables manazas encima del teclado de ordenador ajeno, descuidando finalmente, un interesante y novedoso servicio de acceso a la red, inservible.
El hecho de saber algo de un tema, no significa que lo sepamos todo y aunque en este caso, para solucionar la contingencia, se decidió recurrir a mi persona y aprovechar mis escasos conocimientos que para quien sabe menos, le deben parecer ser elevados, hay que recordar y tener siempre muy presente que todos somos inmigrantes informáticos y aunque nos ayudamos o molestamos soltando un cabo cuando lo necesitamos, nadie lo sabemos todo empezando por yo mismo.

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Ofrecer o vender.-

Hay dos formas diferentes de entender el comercio, un árbol en el que florecen muchos y maduran pocos.
Los comerciantes que lo son de verdad, observan las tendencias de los consumidores que consumen de verdad y fabrican y comercializan aquello que los potenciales clientes de masas quieren comprar, la moda, la novedad, el boom, mientras los estudiosos de marketing, colaboran elaborando sus informes en base a los caprichos del momento, sabiendo que no se van a vender más que un determinado número de unidades de aquel competitivo producto.
Paralelamente a este mercado de masas, existe un reducido mercado sin valor comercial, cual es el de aquellos Personajes que no siendo Consumidores habituales, precisan para un determinado momento de su vida algo muy bueno, algo exquisito o algo diferente y buscan al fabricante o al elaborador capaz de ofrecer con el fruto de su trabajo y saber, el deleite exclusivo de aquellas pocas personas que lo saben apreciar.
Con este simple y elemental planteamiento comercial, es fácil comprender como en un pequeño pueblo del Maestrazgo como es Chert, continúe existiendo una tradición centenaria en la elaboración de licores por destilación de plantas silvestres recogidas y seleccionadas por el propio Julián Segarra durante los días correctos de su maduración en los montes del Maestrazgo, los destile conservando todas sus propiedades originales en el alambique de cobre calentado con fuego de leña de olivo en su destilería y los envejezca de forma natural en la quietud de los barriles de roble de su bodega para ofrecerlos a sus distinguidos y muy estimados Amigos.

Con la naturaleza salvaje.-

«Nos fuimos del pueblo a la ciudad por no ir al campo y ahora debemos regresar al pueblo para ir al campo».
Este es un fenómeno social que cada día está más de moda y como las costumbres, cuando se generalizan parecen ser virtudes, es frecuente tropezarte los fines de semana con los nuevos defensores del paisaje, el entorno y la riqueza de la naturaleza, paseando y husmeando por los montes de nuestro prestigioso Maestrazgo.
Por el tiempo de la primavera, aparece la floración de muchas plantas que, causando admiración al curioso caminante por el colorido de sus flores, nos aportan muchas de las propiedades que el organismo humano necesita en pequeñas proporciones para la renovación de sus células y que los animales salvajes conocen inconfundiblemente.
Algunas personas aprovechan el paseo para su recolección y una forma de conservación, es añadirlas a una botella del clásico aguardiente destilado de vino de toda la vida, el problema está en localizarlo, porque en el mercado del súper ya no existe, al no ser un licor comercial, no obstante, Julián Segarra, continua elaborándolo en su destilería de Chert para disfrute del amante de las cosas buenas, auténticas y naturales.