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Del lapicero largo a la memoria corta.-

   Estamos en una época del año en la que nadie piensa en sillas, ni en escobas, todo el mundo tiene en la mente quesos, turrones, chorizos, cavas, jamones, langostinos, licores, bombones y demás exquisitas viandas, por lo que me llamó la Srta. Dª. Carmen pidiéndome Brandy del Maestrazgo y para explicarme el lugar de la entrega de la mercancía, como no dispongo de teléfono móvil, me pasó las instrucciones vía teléfono fijo.

   Para no olvidar, lo mejor es anotar, porque dicho sea de paso, más vale tener un lapicero largo que una memoria corta y tomando apuntes directamente en mi bloc de notas, en la imagen queda muy bien reflejado el resultado.

lugardeentrega

   Aunque pienso que está claro el lugar de la entrega del licor, por si alguien lo observa, le diré que hay una errata. Esta tarde me he desplazado directamente sin detenerme a preguntar a nadie por el camino y cuando he llegado a destino, no encontraba la puerta de entrada del local, debiendo parar y bajar del coche a consultar. Está en la pared sur del edificio y por no indicarlo en la nota es por lo que no la encontraba.

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El diploma en la pared.-

Tengo alguna dificultad en explicar para qué sirve un diploma en la pared sin enfadar al lector.
La posesión de un diploma, lo interpreto como el reconocimiento justificativo por algo excepcional o anecdótico de nuestra vida cotidiana al haber realizado alguna acción inesperada o diferente a la costumbre del día a día, lo que significa que habiendo expedido, entregado y recogido, el diploma, no debería servirnos como autocomplacencia de lo que hicimos algún día o del merecido agradecimiento.
Lo valioso en la vida, es nuestro continuo humilde trabajo diario, sin importar el nivel de cargo o relevancia, pensando que, al igual que en las paredes de piedra seca de los bancales de nuestro entorno, las piedras grandes se apoyan con las pequeñas; de la misma forma que en la escritura, los acentos, los puntos y las comas, ayudan a confeccionar correctamente las oraciones gramaticales; teniendo en cuenta que solo una vez en nuestra vida pasamos por un lugar y todo el bien que podamos hacer o todas las atenciones que podamos prodigar, nunca deberíamos descuidar y menos eludir o ignorar, aprendamos que el diploma colgado en la pared, bien pensado, solo sirve para mantenernos entretenidos quitándole regularmente el polvo y de hecho, muchas personas guardamos los nuestros, en los armarios.

La cultura de la mala educación.-

Dicen que Chert es el pueblo de la provincia de Castellón con mayor número de licenciados por metro cuadrado, posiblemente sea cierto porque cuando mi padre estudiaba, en clase asistían más personas de Chert que de los pueblos vecinos y en mi época de estudiante, se repetía el censo, aunque actualmente, por el descenso poblacional de los pueblos de interior a consecuencia de la emigración de sus vecinos, posiblemente esta relación haya cambiado.
Pero el verdadero indicativo de la cultura de un pueblo, no está en el número de estudiantes que asisten a la escuela, ni en el número de diplomas colgados en las paredes de sus casas, por no hablar de los títulos universitarios de sus vecinos, sino en la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos con tanto esfuerzo durante los años de estudio, porque ¿qué es la cultura?. La definición engloba tal cantidad de acepciones que, cultura no solamente es enseñanza, adquirir instrucción, saber muchas cosas, tener amplios conocimientos, construir museos, presentar exposiciones o hacer conferencias, su definición es tan amplia que hasta la cortesía es cultura.
Aunque la cultura de un pueblo se puede medir por la falta de puntualidad de sus gentes, que como fenómeno social, se encuentra muy arraigado en nuestros días, también cabe la posibilidad de hacerlo extensivo al número de saludos o buenos deseos que sus vecinos se prodigan, tanto entre ellos mismos como hacia sus forasteros visitantes en cualquier lugar que los encuentran, por eso, un pueblo es grande, porque sus habitantes son buenos, porque son cultos y porque nuestro saludo sincero, enriquece a quien lo recibe sin empobrecernos por ofrecerlo.