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El colmo de lo absurdo.-

   Esta mañana he recibido en mi correo electrónico el artículo colgado en http://casaconjacuzzi.blogspost.com al que estoy suscrito, con el comentario de la chapuza legislativa reguladora de la recogida de setas.

   Mi amplia experiencia en la recogida de setas y lo digo con guasa y de esta forma para que quede constancia porque desde hace cuatro años soy «Recolector Mayor de Rovellones en el Reino de España» y a la llegada del tiempo propicio de su crecimiento, me apunto un día al año con mis amigos para acercarnos al monte y trincar todos los que encontramos a nuestro paso, me permite comentar el absurdo aspecto legal de la Orden.

   En calidad de agricultor fiscalmente declarado, cuando voy al campo a recoger los frutos de mi actividad agrícola, lo hago con capazo y saco, cuando he ido al monte a recolectar setas de las que solo elijo los rovellones, lo hago con cesta pero nunca se me ocurriría ir al campo o al monte acompañado de una balanza.

   Las balanzas se usan a nivel comercial por quienes supuestamente recogen setas (en la tienda de la esquina), mientras degustan una merendola en el bar o restaurante del pueblo. Hay que ser analfabeto de una actividad como la de recogida de setas para fijar los límites en 6 kilogramos, los límites, de haberlos, deberían medirse por cestos, porque al monte se va con cesta y no con balanza.

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El obsequio de mis amigos.-

   Este año la climatología ha permitido el crecimiento de las setas en los montes del Maestrazgo y como ayer se seleccionaron los ejemplares que recolectamos para la V Exposición de Setas El Pinar inaugurada ahora hace un instante en el Grao de Castellón, mis amigos José María, Javier y Carlos Armengol Adell, han querido agasajarme con algunos ejemplares de níscalos, conocidos como rovellones, sabedores de ser los que a mi más me gustan.

   En la imagen podemos contemplar la caja que contiene el presente delicioso regalo que hoy mismo voy a degustar.

El Equipo «R».-

   A la búsqueda y captura del níscalo o rovellón “lactarius deliciosus“, el Equipo “R” (de rovellonero), sale al monte el día propicio, con su cesta debajo del brazo e intenta, aunque no siempre lo consigue, llenar la canastilla de las apreciadas setas para regresar a su casa y comérselas.

   En la imagen podemos ver a casi todos los intrépidos componentes del Equipo “R”, los rovelloneros Carlos, Fermín, Javi, Julián, Andrés, Vicent y José María que, apretando el pulsador del aparato fotográfico, desaparece escondido detrás de la máquina de retratar, en un día de suerte.