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El acceso a internet.-

La aparente complejidad de la red de Internet, hace que aflore nuestra sapiencia y cuando algo no funciona como nosotros esperamos, trasladamos nuestro problema al vecino, al que le participamos del anormal funcionamiento de nuestra infraestructura, en la confianza que sea él quien ponga sus conocimientos a nuestra disposición para que nos solucione la incidencia y correr solícito al bar, a presumir de lo bien que nos funcionan las nuevas tecnologías en nuestra computadora personal.
En la sociedad de consumo que nos ha tocado vivir, todo se mueve alrededor de lo mismo y si cuando vamos a comprar una botella de Brandy del Maestrazgo no tenemos el servicio esperado, nunca es culpa del destilador sino de tendero o bodeguero a quien le compramos y que, por no pagar, dispone y ofrece lo que se merece, porque al comprar una botella de licor de la marca SEGARRA, no solo pagamos el contenido de la botella, sino el tenerla a nuestra disposición, impuestos, servicio, transporte, envasado, destilación, en fin, «todo» y cuando alguien de la cadena no paga lo que debe, se rompe.
En Internet ocurre lo mismo, cuando pagamos una conexión a determinada velocidad, pagamos la conexión y la velocidad, pero si quien nos factura, no paga lo que debe, ni tenemos conexión, ni velocidad y a quien debemos remitir las quejas, es a quien pagamos, no al vecino, cuando nada tiene que ver con nuestros contratos comerciales y aceptado o resignado mal servicio, de hecho, Julián Segarra Esbrí de Chert, tiene acceso a todos los artículos publicados en la red de Internet y con la conexión internáutica de rural wifi gratuita, se puede comprobar fácilmente por quienes se acerquen a la zona de cobertura aunque, como es gratis, no se puede protestar.

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La comunicacion inalambrica.-

A finales del siglo XX, algunas personas imaginaron que la comunicación inalámbrica iba a ser desplazada por a la comunicación del cable porque con el incremento del uso de la línea telefónica en los ordenadores, se veía a la comunicación por el éter como un atraso tecnológico. Con el cambio de milenio, se ha entendido realmente la autonomía y versatilidad de este tipo de comunicación y con la aparición de las baterías de litio, de reducidísimo peso, se ha popularizado de tal suerte, que hoy, somos cuatro despistados los que aún no disponemos de teléfono móvil o de ordenador portátil.
La autoengañada sociedad del consumo, ha sentido la necesidad de la utilización de las llamadas nuevas tecnologías y las empresas del sector, han visto un gran potencial de nuevos clientes descubridores de este fascinante medio de comunicación inmediata y se ha empezado a comercializar el sistema wifi del que todo el mundo presume por sus ventajas de operatividad. Su nombre se corresponde con una abreviatura de Wireless Fidelity, también llamada WLAN (wireless lan, red inalámbrica) o estándar IEEE 802.11 que emite a 11 Mb/seg o a 54 Mb/seg. con un alcance entre 100 a 150 metros en condiciones normales, convirtiéndose en una herramienta perfecta para el acceso a Internet sin cables.
Julián Segarra de Chert dispone en su destilería de un punto de acceso a la red de Internet que, conectándolo al módem y a un transceptor wifi, le convierte en candidato ideal para tener una zona wifi en el pueblo que vive. En principio, pensaba instalar las antenas en el tejado soportando el riesgo de que sus vecinos, cada vez que observasen una interferencia en sus televisores le denunciarían ante Telecomunicaciones pero como quiera que no tiene la necesidad de montar un andamio y empezar una obra, ha elegido un emplazamiento más discreto y aunque se reduzca el alcance, permite el acceso gratuito a la red por medio del sistema inalámbrico en un pueblo del Maestrazgo.

Del programa padre al programa hijo.-

Estos días está toda la sociedad alborotada y no he llegado a comprender si es por la paralización del sector servicios a causa el incremento en el precio del carburante o por la declaración de beneficios que en esta época del año nos viene como si de los exámenes de fin de curso se tratase. Ayer se acercó un personaje a visitarme y no teniendo bien claro sus intenciones, estuvimos dialogando sobre temas varios, dando una pasada por la declaración de los impuestos directos. El hombre en cuestión, parece ser que usa el programa PADRE para confeccionar su declaración del IRPF y como no se entera nada de nada de su contenido, el resultado final es el que ingresa en la Arcas del Tesoro Público y a callar, quiero decir, a pagar.
Después de más de cien años presentando declaraciones y liquidaciones fiscales, es inevitable el aprender algo y si a esta experiencia generacional le añado la personal de los últimos veinticinco años, el lector podrá entender que si cada año se cambian las instrucciones reglamentarias o las ordenanzas reguladoras, al final se concluye que no he aprendido nada.
El primer correo de hoy está en esta línea y al parecer, también hay otras personas que se han molestado en comprobar que los impuestos directos han subido y mucho, los borradores que nos envían desde las Delegaciones de la AEAT tienen algunos errores, lo que acredita que los señores Funcionarios no son dioses sino personas como los Contribuyentes y por lo que me han comentado, los señores Gestores encargados de ayudar a confeccionar las declaraciones, deben realizar un curso de una semana para aprender a hacer bien las liquidaciones.
Sin instrucción previa, ni asesoramiento fiscal, acabo de terminar mi declaración del IRPF y si algo tengo claro es que soy de este planeta, porque con la criptonita, me hago un bocadillo y con el betanio, un sombrero, pero como no soy padre, para mis declaraciones liquidaciones me ayudo del programa HIJO y aunque cada año se cambien determinados aspectos de las declaraciones, siempre tengo claro que Hacienda Impone Justas Obligaciones.
http://www.juliansegarra.com/