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Chococas 08.-

   Esta tarde María Jesús, la novia del destilador del Maestrazgo, me ha invitado a dar un paseo por el Paseo Ribalta de la capital de La Plana y al pasar por las cercanías de la antigua estación ferroviaria, una larga cola de personas ha llamado nuestra atención al ver, en medio de la plaza de España, una carpa. La Asociación Provincial de Panadería y Pastelería de Castellón, por iniciativa personal de D. Joan Asensi, durante los días del 7 al 9 de noviembre de 2008, ha organizado una original muestra de artesanía pastelera con el nombre de I Feria del chocolate, el dulce y la panadería.

   Una simpática señorita con una bandeja en mano repleta de dulces de chocolate, invitaba a los transeúntes en la calle y a degustar deliciosas chocolatinas, lo que nos ha animado a entrar al recinto y comprobar su contenido.

   En medio de la gran carpa, una exposición museo de utensilios antiguos de los usados en la elaboración del chocolate, despertaban la curiosidad de los visitantes, alrededor del recinto hasta 26 stands de diferentes firmas de alcance internacional como Chocolates Comes de Sueca o Chocolates Valor de Villajoyosa mostraban sus prestigiosos elaborados junto a firmas provinciales y locales como Pastelería Adsuara, Rafael Ripollés, Cocoa, Exclusivas Esteller, Panadería Pastor, Tardul, Cafés Joya, La Grosella, Nenúfar, Pastelería Galindo o la Panadería-pastelería Miró que, entre otras, agasajaban a los asistentes con la degustación de sus especialidades. Al fondo, dos talleres de elaboración, aglutinaban gran parte de los visitantes; en uno, Chocolates Comes entretenía a los más peques que trabajaban sus propios dulces como auténticos profesionales dando las formas más diversas a sus manualidades, en el otro, el Sr. Manuel, Maestro Turronero Agut de Benlloch, realizaba una demostración de elaboración del guirlache, el auténtico turrón de nuestra tierra para agasajar posteriormente de forma personal al numeroso público asistente entre el que me incluía.

   De entre todos, destacaba el stand de la Pastelería Jovaní que estaba muy bien surtido de múltiples especialidades de su Maestro Pastelero D. Julio Jovaní Ferrara allí presente y que nos atendió personalmente. Nos regaló un espléndido presente de su extenso escaparte, pudiendo degustar unos divinos soles de chocolate blanco y chocolate negro con frutos secos entre los que habían piñones, almendras, avellanas cacahuetes, pistachos y nueces, también nos deleitó con turrones de chocolate blanco, chocolate negro y chocolate con leche rellenos de frutos secos, saboreamos las deliciosas tejas de bizcocho con almendra y cubiertas de exquisito chocolate negro para no mojarnos, toda una delicatessen que muy acertadamente elaboran don Pedro y don Julio Jovaní; no tengo palabras para describir el excelente sabor de las orejas de chocolate y además, las deliciosas peinetas de chocolate que probamos, por no hablar de los sabrosos micos de frutos secos cubiertos de chocolate, en fin, una larga lista de exquisiteces que nunca un rey, ni reina, llegó a imaginar en el más de sus plácidos sueños y que don Julio Jovaní, nos fascinó con su fabuloso ágape.

   ¡De lo que os habéis perdido!, ¡de lo que os habéis perdido!. Nunca nadie disfrutará tanto, degustando diferentes clases de chocolates y dulces de chocolate.

   A la salida de la carpa, la luna en fase de cuarto creciente parecía que nos estaba mirando guiñando un ojo y junto a ella, un par de nubes en forma de caprichosa silueta, asemejaban mover la cabeza repetitivamente como dándonos a entender que habíamos pecado. Desgraciadamente no podremos confesarnos porque el inolvidable recuerdo de su exquisito sabor, no permite tener propósito de enmienda.

Un, dos, tres i cuatre, a mí tamé m’agrà el xocolate.

http://www.maestrat.info/chococas/

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El dia de fiesta.-

Los truenos de esta mañana, han despertado mi plácido sueño, San Pedro estaba cambiando cajas en el cielo y por eso hacía tanta ruidera, o tal vez, como ayer se celebró el día de San Mateo, hoy retiraban los carafales de los festejos celestiales, pero en cualquier caso, la lluvia que acompañaba posteriormente a los truenos, no solamente nos permite celebrar el día de trabajo libre de faena, sino que nos favorece con la pérdida de parte de la cosecha, la que aún está pendiente de recolección.
Así es la vida del campo, todo el año haciendo los deberes con nuestras obligaciones cotidianas y cuando estás a punto de recoger el fruto de tu trabajo, unas simples inclemencias meteorológicas de última hora, acaban con tus ilusiones y te hundes en la impotencia de no poder hacer nada, aunque bien pensado, estas lluvias impertinentes, nos favorecen con la innecesidad de continuar el esfuerzo de la recolección siempre tan sacrificado.
El preciso instante de la publicación de este artículo en el blog, debería coincidir astronómicamente con el cambio de solsticio de verano con el solsticio de otoño y como cuando se trata de celebraciones, cualquier excusa es buena, durante los días en los que la tierra del campo permanezca mojada, vamos a celebrar el final de la recogida de la cosecha con muy buena cara.