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Saturno, el planeta anillado.-

    Corría el siglo XVII cuando Galileo observó que este planeta estaba rodeado por un enorme anillo. Una curiosidad que Huygens, en 1656, identificó como un sistema de varios anillos, hasta que Casini, en 1675, descubrió una separación más oscura enmedio de todos los anillos.
     Cuando la tecnología nos permitió enviar sondas de observación durante el último cuarto del siglo XX, supimos de la existencia de más planetas anillados como Júpiter y Urano pero con anillos extraordinariamente débiles.
     Debido a su rápida rotación, Saturno se observa ligeramente achatado por los polos, siendo el segundo planeta más grande del Sistema Solar y el único con anillos visibles desde la Tierra. Su atmósfera es de hidrógeno, con un poco de helio y metano pero con una densidad menor que el agua.


    Los anillos le confieren un aspecto muy llamativo para el observador.
http://www.estrellapolar.net/

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Eugenia y Joan Carles.-

Dª. Eugenia y el Sr. Joan Carles se han acercado de turismo por el pueblo de Chert en el corazón del Maestrazgo para conocer de primera mano el proceso de la destilación de los licores naturales con el alambique de cobre de la Destilería de Julián Segarra y además, se han sorprendido gratamente al poder utilizar el sistema de comunicación wifi rural de las nuevas tecnologías.

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Elena y Pablo.-

   Dª. Elena y el Sr. Pablo también se acercaron hasta el pueblo de Chert para activar las nuevas tecnologías de la red inalámbrica de ruralwifi que tiene a disposición del usuario que lo pueda necesitar la Destilería de Julián Segarra y por falta de suministro eléctrico de su batería interna, no han podido accionar la realidad del proyecto, ¡lástima! la batería del tractor estaba cargada pero no servía.

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El cambio de horario.-

Con tanta tecnología a nuestro alcance, tanto coche, ordenador, teléfono móvil y tanto presumir del Internet y aún nadie ha inventado nada para solucionar el problema que nosotros mismos hemos creado supuestamente para mejorar nuestra vida. Desde que a alguien se le ocurrió el invento del cambio de horario, nos despertamos por la mañana sin saber realmente que hora es y necesitamos del reloj para saber que es la hora de levantarnos.
Hace muchos años que el reloj fue inventado, pero nunca fuimos tan dependientes de la dichosa maquinita que, supuestamente necesitamos llevarla continuamente atada a nuestra muñeca, cuando en realidad, somos nosotros quienes vamos sujetos al reloj, conviertiéndonos en sus esclavos.
Esclavos de un tiempo que nadie sabe lo que es, del que todo el mundo habla pero que nadie respeta y llegado el momento, cuando decidimos utilizar su sistema de medida para coincidir con los demás, no somos fieles a nuestra palabra dada y si alguien nos reclama su tiempo de espera, siempre tenemos la excusa se culpar a los demás por nuestra negligencia e irresponsabilidad.

El fenomeno HKM.-

Con toda la tecnología que tenemos a nuestra disposición y su facilidad de manejo, nunca nos paramos a pensar en el esfuerzo individual, conjunto y coordinado de la gran cantidad personas que han podido intervenir en la obtención de un determinado resultado o en el aparente sencillo proyecto y muchísimo menos, en la grandísima suma de horas invertidas y de medios humanos.
Estoy convencido de que nunca nadie a oído hablar de HKM porque me lo acabo de inventar pero no estoy pensando en una emisora de radio, ni de una discoteca, sino en la propietaria de la patente Estadounidense número 2292387 que nunca ganó un céntimo por su invento y gracias a una ocurrencia ocurritiva con mucha ocurrancia, podemos hoy disfrutar de los inventillos de las nuevas tecnologías, tanto de los teléfonos móviles como del Internet con el ordenador personal, los juguetes online e incluso de la televisión digital terrestre.
Hedy Kiesler Markey no es una científica eminente, ni una reconocida investigadora, ni la directora de una gran empresa multinacional, ni la presidenta de un país, sino una artista de Hollywood que viendo tocar el piano, inventó en 1940, presentó en 1941 y patentó en 1942 el concepto de transmisión en espectro ensanchado, un sistema de comunicación en el que la información es secreta y que hoy la utilizamos todos los días formando parte de nuestra vida sin evidente importancia.

La fiesta rural wifi de Chert.-

Recuerdos de cuando era un niño, después de las fiestas de agosto y hasta el comienzo de la actividad docente en las clases de la escuela en un pueblo del Maestrazgo, casi todos los días, bien por la mañana o bien por la tarde, jugábamos a los toros con unos cuernos y un cencerro atado, simulando lo que días antes habíamos visto hacer a los mayores con los toros de verdad, los de carne y hueso.
Las tradiciones cambian al compás de las evoluciones sociales y el comportamiento de las personas también. Hoy los niños se divierten o entretienen de formas distintas, adaptadas a las novedosas tecnologías y adquiriendo en las tiendas de electrodomésticos los nuevos avances tecnológicos, con el inconveniente de la falta de infraestructuras e imposibilitando, en algunas ocasiones, jugar con todas sus facultades y muy especialmente, cuando se trata de los innovadores juegos online.
Es evidente que hace falta ser una gran e importante multinacional o pertenecer a la cúpula gobernante política de una sociedad, para hacer coincidir el 800 aniversario del nacimiento del Rey Jaime I con poder tener ideas e iniciativas propias y muy especialmente, si son del tipo «The rural wifi party from Chert» pensadas y regaladas para todos los niños del pueblo de Chert y de la aldea de Anroig.

Las tradiciones importadas.-

Con todo el trasiego de personas fruto de los avances tecnológicos y su facilidad de adquisición, nos desplazamos fácilmente de unos pueblos a otros y copiamos aquellos detalles que más nos agradan y de rápida incorporación en el nuestro como si de una tradición ancestral se tratase cuando en realidad es una importación con incorporación de pocos años.
La presentación de las carrozas en el pasacalle del pregón de las fiestas patronales o la sustitución del cayado por una caña en la Romería de San Marcos de la Barcella, sin claros ejemplos, pero hoy me voy a referir a los fuegos de artificio, cohetes y petardos que engalanan las noches y llenan de vistosidad a una bonita y llamativa fiesta que nunca tuvimos pero que sin percatarnos la estamos absorbiendo como propia.
El uso de la pólvora nunca fue propio de pueblos con escasos recursos agrícolas, principal fuente de ingresos de sus habitantes que en el caso de Chert, por estar desde siempre más bien dedicados a actividades industriales en las que sus vecinos, hubieron de espabilarse para poder vender en los mercados exteriores sus productos, no propiciaron el gasto de su reducido presupuesto festero en los llamativos fuegos artificiales, hoy derivando hacia los «correfocs» que tanto nos divierten a todos y muy especialmente a los jóvenes del cambio de milenio.