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Cuidado con el escalón.-

La capacidad de la mente humana para aprender es ilimitada pero si no la gobernamos y dominamos, se comporta como un potro salvaje corriendo desbocado por el monte sin control.
Recuerdo cuando estudiaba lenguaje de programación en Fortan de la mano del Dr. D. Antonio Aucejo Pérez, después, tuve que aprender a programar en Basic para manipular las calculadoras de bolsillo y aquellas revolucionarias Z80, con la aparición e incorporación de microprocesador 8086, empecé en MS-DOS para pasar a programar en hipertexto en la utilización y aplicación de las páginas web en Internet y con el tiempo, tanto esfuerzo ha servido aparentemente de muy poco con el actual sistema de creación y mantenimiento de la estructura blog.
Durante un par de días estoy peleando con el león usando la cola del ratón y ya empiezo a dominar la fiera, porque si bien las instrucciones de D. Raúl son fundamentales por su importancia e interés, después de ocho horas de teoría, con el debido respeto, acabé mareado como un flan y una angustia interior se apoderó de mi persona que me imposibilitó cenar a gusto. Ahora con un poco más de calma, la tormenta neuronal va escampando y los impulsos nerviosos fluyen por mi cuerpo sin aparatoso chisporroteo eléctrico, el león ha dejado de rugir y me parece que ya lo tengo nerviosamente enjaulado.
Me quedan por pulir unos detalles pero, ahí van los primeros resultados navegando en https://destilator.wordpress.com/.

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Hoy hemos tenido suerte.-

Aunque por encima de la Mola de les Calderes continúan viéndose nubarrones negros parece como si el susto ya hay pasado.
Hace tan solo una hora la oscuridad se ha apoderado de Chert, el viento del oeste arrastraba unas nubes que presagiaban tormenta y en cambio, en el ambiente se hacía sentir un bascoso airecillo de levante, de repente, pasadas las cinco de la tarde unas extrañas gotas de lluvia acompañadas de unos crocks catacroks hacían presentir lo peor, el nivel de luminosidad ambiental ha descendido lo suficiente como para activar las células sensoras y se han encendido las luces públicas del pueblo como si de noche se tratase, mientras tanto, un malévolo rumos se oía en las altas capas de la atmósfera.
Los labradores estamos acostumbrados a conocer este indeseado momento y antaño, cuando se presentaba, algunas personas coordinadas, se acercaban en dirección a la tormenta y lanzaban unos cohetes aéreos explosivos que calentaban las piedras de granizo del interior de la nube ayudando a precipitase en compañía de agua e impidiendo que el granizo estropease las cosechas.
En la actualidad como los productos derivados de la actividad agrícola carecen de valor e interés comercial y social, los cohetes se guardan para las festividades locales y no se permite su utilización para estos necesarios, aconsejados y útiles menesteres.
Por suerte para todos, el calor de las nubes levantinas no era suficiente como para elevar las nubes tormentosas superiores más frías y el granizo, no ha precipitado como tal, ha empezado a llover de forma prudencial y la cosecha de la uva de esta nualidad, por el momento, se ha salvado.