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La aficion por los regalos.-

Cuando llevas algún tiempo en el ejercicio de una actividad económica, te encuentras ante muchas situaciones inexplicables frente a caradura ciudadano forastero que imagina, por el hecho de ser fabricante de un producto y vivir en un pueblo del Maestrazgo perdido entre las montañas, desconoces a los consumidores de tus elaborados y por ser ellos los más sinvergüenzas, tu tienes la obligación de regalarles el fruto de tu trabajo.
Se dice que al lado de la virtud de pedir, nace el vicio de no dar y esta máxima debería grabarse en la mente de algún picaruelo que con la excusa de la publicidad, pretende obtener regalos inmerecidos solo por el hecho de ser el más osado en solicitarlos.
Tengo un largo repertorio de incautos peticionarios y cuando se acerca algún novatilla con el pretexto de ser atendido y agasajado por el hecho de ser un currante que va de vacaciones, aficionado a la actual moda del puente o de ocio durante el fin de semana, le apunto en la lista y cuando le toque el turno del regalo, ya lo recibirá directamente o se lo llevaré yo personalmente.

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Del usar y tirar.-

Cuando nos acercamos a un establecimiento comercial para adquirir un determinado producto, generalmente se nos atiende con una sonrisa en los labios para convencernos de sus cualidades y virtudes, cuando el ignorante vendedor, no sabe que no es él el que vende porque en realidad somos nosotros los que compramos y de esta suerte, nos vamos contentos con la nueva adquisición y el vendedor queda satisfecho de la repercusión adinerada por la operación económica.
A partir de ahora, hemos de cuidar muy mucho que lo comprado no se nos estropee porque, por si no lo sabemos, en el caso de que eso ocurra, nos percatamos de la imposibilidad de su reparación.
Si tenemos la desgracia de sufrir una contingencia y acudimos al establecimiento vendedor para solventarla, siempre ocurre que nuestro aparato ya no se fabrica, no existen piezas de repuesto, el fabricante ha cerrado el establecimiento y en definitiva, mejor hacernos la idea que deberíamos comprar otro nuevo tirando el usado al basurero.
Dependerá de nuestra cabezonería o de nuestros conocimientos adquiridos con esfuerzo durante los años de estudio en la escuela, aprendiendo las lecciones de nuestros Maestros y su aplicación práctica en el difícil caminar de la vida, para poder superar las dificultades que se nos han presentado y encontrar la solución de forma tan fácil y sencilla como los problemas de cuando estudiábamos.

Con la naturaleza salvaje.-

«Nos fuimos del pueblo a la ciudad por no ir al campo y ahora debemos regresar al pueblo para ir al campo».
Este es un fenómeno social que cada día está más de moda y como las costumbres, cuando se generalizan parecen ser virtudes, es frecuente tropezarte los fines de semana con los nuevos defensores del paisaje, el entorno y la riqueza de la naturaleza, paseando y husmeando por los montes de nuestro prestigioso Maestrazgo.
Por el tiempo de la primavera, aparece la floración de muchas plantas que, causando admiración al curioso caminante por el colorido de sus flores, nos aportan muchas de las propiedades que el organismo humano necesita en pequeñas proporciones para la renovación de sus células y que los animales salvajes conocen inconfundiblemente.
Algunas personas aprovechan el paseo para su recolección y una forma de conservación, es añadirlas a una botella del clásico aguardiente destilado de vino de toda la vida, el problema está en localizarlo, porque en el mercado del súper ya no existe, al no ser un licor comercial, no obstante, Julián Segarra, continua elaborándolo en su destilería de Chert para disfrute del amante de las cosas buenas, auténticas y naturales.