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Observar una explosion cosmica.-

Cuando la noche aparece limpia de nubes y/o con una ligera brisa, especialmente durante el periodo de cuarto menguante en el que La Luna no molesta en absoluto por ser visible durante el día, podemos contemplar en el firmamento chertoli raros fenómenos luminosos que acaparan sorprendentemente nuestra atención.
Pensando en tiempo cósmico, hace unos 12.000,000.000 años cuando en el Universo solo habían 600,000.000 estrellas, una de ellas varios cientos de veces mayor que nuestro Sol, no pudiendo soportar la energía que almacenaba, explotó. La inmensa cantidad de radiación liberada ha viajado por los confines del espacio sideral y la observación minuciosa nos permite poder distinguir un punto luminoso en la estrellada bóveda celeste.
Lo que acabó siendo un agujero negro, nos sirve para entender que las primeras estrellas nacieron de forma más rápida de lo que pensábamos porque solo tienen hidrógeno y no es el caso de ésta tan lejana que con la inmensa radiación gamma que liberó en los 10 segundos de su desaparición, superaba la de 100 soles durante toda su existencia.
Aunque se supone que cada día nacen más de 1.000 agujeros negros en galaxias que están entre los 2.000,000.000 a 5.000,000.000 de años luz de nosotros, en este caso hemos tenido la fortuna que en el momento de su estallido dos inmensos chorros de materia salieron en direcciones opuestas y uno tomó la de nuestro sistema solar.

El aniversario de la astronomia.-

La Unión Astronómica Internacional en colaboración la UNESCO han decidido proclamar el año 2009 como el Año Internacional de la Astronomía, ¡mira que bien!, tanto ruido cuando las personas dedicadas al estudio del firmamento, ya hace tiempo que conscientemente aceptaron por muy brillantes e ingeniosos que sean, la imposibilidad de conseguir responder a preguntas fundamentales como la edad del universo.
Corría el año 1609, hace ahora 400 años, cuando Galileo Galilei construyó el primer rudimentario telescopio y observando el firmamento, empezó a descubrir que Saturno estaba rodeado de anillos, Júpiter tenía cuatro satélites mayores, nuestro Sol presentaba manchas y que la Vía Láctea era simplemente una alineación de estrellas formando una galaxia.
Puesto que los telescopios terrestres se ven afectados por factores meteorológicos como las nubes, las turbulencias y la contaminación lumínica ocasionada por los grandes luminarias urbanas, reduciendo la posibilidad de su ubicación, la ciencia espacial nos permite el uso de su infraestructura para la utilización de telescopios orbitales.