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Confundir la precaucion con el miedo.-

Hace tan solo 90 años, las carreteras de nuestra geografía del Maestrazgo empezaron a ser invadidas por unas infernales máquinas que corrían más que andaban, alcanzando una vertiginosa velocidad de 40 km./h. delante de una polvareda que espantaba a todos los demás viandantes.
Sus conductores, provistos de una prenda de vestir a modo de bata llamada guardapolvo y una gorra, evitaban en lo posible las turbulencias atmosféricas que elevaban a su paso y que conseguían despertat todas las maldiciones de quienes se topaban.
Hoy las vías interurbanas han cambiado, tanto por los firmes como por el trazado y hay unas velocidades de circulación máximas y mínimas que no podemos ni superar, ni rebajar y cuando circulemos a velocidades anormalmente deducidas por cualquier razón, deberemos hacerlo lo más cerca posible del borde derecho de la calzada junto a la cuneta, con el fin de no entorpecer al resto de los usuarios. Ver Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por R. D. Legislativo 339/1990 de 2 marzo. (BOE de 20-12-2001), porque hay algunos chóferes especializados que con sus muevos vehículos recien matriculados andan menos que el tanque de SEGARRA soplándole de frente.