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El brandy del Maestrazgo de Castellon.-

Subyace una razón histórica por la que las gentes de los pueblos del Maestrazgo nos hemos sentido más afines con las personas de las tierras de la desembocadura de río Ebro que con los residentes en las ciudades más importantes de nuestra Comunidad Valenciana. Es como si Castellón de La Plana y no digamos Valencia del Cid, nos cayesen lejos, como si fuesen pueblos de otras lejanas tribus.
Cuando nos desplazamos hacia la capital de la provincia, generalmente por alguna razón de gestión administrativa, siempre lo hacemos con desgana. Al llegar a la «capi«, nuestra personalidad se transforma y aflora el nerviosismo y en cambio, cuando regresamos a nuestro propio pueblo del Maestrazgo, lo hacemos con diligencia, en muchos casos con rapidez por no decir velocidad. Somos valencianos pero, del norte de la provincia de Castellón, como independientes, por haber nacido, crecido, trabajar y vivir en el Maestrazgo.
A mediados del siglo XX, un personaje muy entendido en marketing le aconsejó a mi padre que comprase un pajar en Jerez de los que siempre hay en venta y en las etiquetas de coñac, en lugar de Chert (Castellón) rotulase Jerez para vender más y mi padre, agradeciendo su consejo, le comentó: En la próxima impresión de etiquetas, cambiaré COÑAC por BRANDY DEL MAESTRAZGO, para que todos sepan que Chert es un pueblo del Maestrazgo y también el brandy que contienen las botellas.

¡Feliz Navidad!.

Las fiestas patronales.-

Hoy empiezan oficialmente las fiestas de agosto en el pueblo de Chert para venerar a nuestra Santa Patrona la Santísima Virgen de Nuestra Señora de la Asunción y continuamos con San Roque que también es Patrón de Chert, pero además, en el pueblo hay más Patronos, como San Marcos y cada año a finales de abril, nos desplazamos hasta la ermita de San Pedro de La Barcella para festejar el día y tal vez por no tener la ermita que en su día derribaron para ensanchar la actual calle Independencia, conservamos la advocación de San Vicente, por no hablar de San Antonio.
Es curioso mencionar, por ser un detalle único en el universo mundo, la ofrenda que realizan las mujeres jóvenes del pueblo chertolino a su Santísima Patrona, consistente en llevar ante el altar, unas semillas germinadas y crecidas en la más absoluta oscuridad, de forma que, la debilidad y falta de clorofila, hace que caiga la planta alrededor de la maceta en la que por tradición se planta y crece en forma de unos blancos cabellos que la rodean y cubren como una verdadera cabellera conocida en el pueblo de Chert con el nombre de «cabelleres» y que celosamente guardan las chicas sin que los hombres sepamos.
Parece ser que esta costumbre, única en toda la faz de La Tierra, la conservamos en este pueblo de épocas ancestrales muy primitivas y anteriores a los ilercavones, ofreciéndola las mujeres de la tribu en Chert a la diosa de la fertilidad, cuidando la maceta a escondidas de las miradas de todos para presentarla con sorpresa en el día señalado y conseguir ser la más deseada del grupo o ramillete de flores chertolinas.

Las fiestas patronales.-

Hoy empiezan oficialmente las fiestas de agosto en el pueblo de Chert para venerar a nuestra Santa Patrona la Santísima Virgen de Nuestra Señora de la Asunción y continuamos con San Roque que también es Patrón de Chert, pero además, en el pueblo hay más Patronos, como San Marcos y cada año a finales de abril, nos desplazamos hasta la ermita de San Pedro de La Barcella para festejar el día y tal vez por no tener la ermita que en su día derribaron para ensanchar la actual calle Independencia, conservamos la advocación de San Vicente, por no hablar de San Antonio.
Es curioso mencionar, por ser un detalle único en el universo mundo, la ofrenda que realizan las mujeres jóvenes del pueblo chertolino a su Santísima Patrona, consistente en llevar ante el altar, unas semillas germinadas y crecidas en la más absoluta oscuridad, de forma que, la debilidad y falta de clorofila, hace que caiga la planta alrededor de la maceta en la que por tradición se planta y crece en forma de unos blancos cabellos que la rodean y cubren como una verdadera cabellera conocida en el pueblo de Chert con el nombre de «cabelleres» y que celosamente guardan las chicas sin que los hombres sepamos.
Parece ser que esta costumbre, única en toda la faz de La Tierra, la conservamos en este pueblo de épocas ancestrales muy primitivas y anteriores a los ilercavones, ofreciéndola las mujeres de la tribu en Chert a la diosa de la fertilidad, cuidando la maceta a escondidas de las miradas de todos para presentarla con sorpresa en el día señalado y conseguir ser la más deseada del grupo o ramillete de flores chertolinas.